Síndrome de ceguera auto-inducida del fisioterapeuta.

Síndrome de ceguera auto-inducida del fisioterapeuta.
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    Roberto Junquera
    Fisioterapeuta / Ftp. Visceral

    Soy Fisioterapeuta Diplomado por la Universidad de Valladolid y Enfermero en la especialidad de Psiquiatría (UPV-EHU). Tengo formación en diferentes técnicas y métodos como Sohier, cadenas musculares de L. Busquet, RPG, relajación miofascial de A.

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Hay un refrán castellano que dice algo así como: “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. Para entender mejor cómo se puede aplicar este refrán a la fisioterapia recurriré a un cuento sufí que leí hace unos pocos días:

“Había una vez un hombre buscando por el suelo debajo de la luz de un candil unas monedas que se le habían caído. Un buen samaritano se acercó a ayudarle, a lo que le pregunta:

— ¿Dónde se te han caído las monedas?

 Por allí, en esa zona oscura

 ¿Y por qué entonces buscas aquí?

 Porque aquí hay luz.”

¿Buscamos las respuestas en el lugar adecuado?

Cuando nos preguntamos por las causas de un determinado dolor a nivel músculo-esquelético ¿Dónde buscamos las respuestas?

Yo mismo durante años y la gran mayoría de fisioterapeutas hoy en día buscan las respuestas en el ámbito donde les han enseñado, donde están acostumbrados, por lo tanto donde es más cómodo. Haciendo referencia al cuento sufí, cuando llega un paciente y evaluamos su postura y la mecánica de sus tejidos buscamos en los lugares “donde hay luz”, donde todo es más evidente, ponderable y objetivo. Evidentemente los factores posturales y mecánicos, el sedentarismo o el exceso de ejercicio, son factores causales de muchos problemas pero son un factor mínimo en otras muchas ocasiones. Sabemos que en muchos problemas de espalda, el estrés y otras alteraciones emocionales pueden ser un factor causal importante pero es más cómodo mirar para otro lado.

Se aplican los mismos tratamientos que si las causas fueran únicamente traumáticas o micro-traumáticas, nos seguimos engañando haciendo lo mismo por comodidad y costumbre, trabajando “donde hay luz” aunque en ocasiones resulte  absurdo.

Ejemplos de Ceguera auto-inducida

Los siguientes son ejemplos de casos clínicos que en los que la ceguera auto-inducida ha participado. Léase con detenimiento:

  • Paciente diestro, sin actividad laboral que implique la mano, sin traumatismos previos, y diagnosticado de epicondilitis izquierda de seis meses de evolución. La tendencia de tratamiento es la de aplicar los mismos recursos que se aplican en una persona que tiene el mismo problema, pero en el brazo dominante, y con un nivel de actividad física intensa (y en especial movimientos repetitivos del mismo brazo dominante). ¿Por qué un único tratamiento, cuando las situaciones son totalmente distintas?
  • Mujer de 25 años, profesora, durante varios años padece ciáticas derechas durante la menstruación. Con los años el cuatro empeora y en la resonancia se confirma una hernia discal lumbar L5-S1 derecha, sin traumatismos previos. Evidentemente cualquier tratamiento de terapia manual que flexibilice y fortalezca la zona favorecerá la recuperación, sin embargo "se olvida" tratar la relación entre la musculatura lumbar  el sistema ginecológico. ¿Por qué el olvido de ésta relación entre ambos componentes?
  • Hombre de 40 años, médico y experto en salud laboral y ergonomía que presenta hernia discal cervical C5-C6 izquierda. Sin traumatismos previos y con los factores postulares bien vigilados debiéramos de preguntarnos con sinceridad ¿cuál puede ser la causa principal de esta hernia discal?

El fisioterapeuta con ceguera auto-inducida prefiere no ver los casos que no entiende, si algo no está evidenciado no existe, (como un niño cuando se tapa los ojos y piensa que los demás no le ven). Prefiere dedicar sus esfuerzos en saber muy bien el plexo braquial (que está muy bien, no se dice lo contrario) y hasta el más mínimo detalle de la anatomía de la columna cervical (que es perfecto, sin duda alguna)… Sin embargo prefiere no saber nada de los factores que influyen y provocan patología sobre la columna cervical más allá de los efectos perniciosos de ciertas posturas. En muchas ocasiones se consuela poniendo la etiqueta de “idiopático”.

Habría que recordarle una recomendación de Johann Wolfgang Goethe que dice “si no pretendiéramos saber todo con tanta exactitud, puede que conociéramos mejor las cosas”.

Pero para eso hay que tener la valentía de arriesgarse a ver los problemas se salud desde una perspectiva diferente aunque al principio no se comprendan. Una de estas perspectivas es la de las disfunciones viscerales. Observa el siguiente vídeo:

Disfunción visceral y dolor de espalda: conceptos y causas 

Hay una relación entre el mal funcionamiento de los órganos y los dolores que se producen en el sistema músculo-esquelético. ¿Sabes cómo funciona ésta relación? Te la explicamos en el siguiente vídeo.

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comentarios (2)

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me gustaria saber si ustedes tienen la carrera de fisioterapia por este medio

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Roberto Junquera

Tengo la carrera de fisioterapia, pero no sé a qué medio te refieres.

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