Prevención de la cefalea crónica con tóxina botulínica

Prevención de la cefalea crónica con tóxina botulínica
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La cefalea tensional  es la forma más frecuente de cefalea y la más importante desde el  punto de vista socioeconómico por los costes directos e indirectos que produce. Desde que la  OMS la considero  una enfermedad discapacitante aumento el interés por su tratamiento y su prevención.

Es uno de los principales motivos de consulta en atención Primaria y también en Neurología siendo el 80% cefaleas primarias, entre ellas las migrañas.

Se considera que la cefalea es crónica cuando su frecuencia de presentación es mayor de 15 días al mes o más de tres meses al año.

Es más frecuente en el sexo femenino y el promedio de edad de mayor frecuencia esta entre los 40 y los 50 años.

Al menos el 25 % de los pacientes con migraña precisan de un tratamiento preventivo cuyo objetivo es prevenir la frecuencia de las crisis y su intensidad mejorando considerablemente la calidad de vida del paciente.

Mecanismo de acción de la toxina en la cefalea

Se sugiere que la toxina botulínica A (TBA) actúa directamente en la musculatura pericraneal, causando relajación y tiene un efecto analgésico independiente del que ejerce sobre el tono muscular.

En el paciente con cefalea la TBA  actúa inhibiendo la liberación de la sustancia P y de otros neurotransmisores implicados en la vía del dolor como el glutamato. De todo ello se deriva una menor sensibilización de las fibras sensitivas nociceptivas.

Los ensayos controlados han demostrado la eficacia de la toxina sobre el placebo en el tratamiento preventivo de la migraña crónica.

Indicaciones y administración

Esta indicado en pacientes que sufren tres o más crisis de migraña al mes y en aquellos con menos de una crisis a la semana pero que dura varios días o en el caso de que sean muy intensas y presenten escasa respuesta al tratamiento sintomático o incluso intolerancia.

También está indicada en pacientes que consumen fármacos sintomáticos 2 días o más a la semana ya que esto lleva a desarrollar un estado de migraña crónica.

Se tratan 15 puntos pericraneales, de forma subcutánea  entre los que se recomienda el tratamiento directo de los puntos dolorosos (sensibilidad a la digitopresión)  y  de los puntos desencadenantes del dolor lo que enfatiza el método de aplicación individualizado.

En cualquier caso, la TBA se administra en los músculos frontales, temporales, corrugadores y procerus, asi como a nivel de la inserción craneal del esternocleidomastoideo, en el trapecio, en el esplenio y en la región occipital.

Se ha estudiado  que la aplicación de agujas, la inyección de surosalinos o de anestésicos locales en los puntos dolorosos pericraneales también es de ayuda, al parecer por bloqueo de los impulsos nociceptivos sin embargo, el control de la cefalea es por un período de tiempo mucho menor en comparación con el obtenido con la TB.

Se inyecta tres veces con intervalos de unos tres meses. Tras una primera utilización de la TBA se puede conseguir reducir en un 50% la frecuencia de las crisis a los tres meses en un paciente con migraña crónica.

Recomendaciones

Las ventajas de esta opción, además de su demostrada eficacia, son la ausencia de efectos secundarios sistémicos o para el sistema nervioso central, su excelente tolerabilidad local y que puede perfectamente combinarse con los tratamientos preventivos orales.

El control del dolor reduce la necesidad de tratamientos antidepresivos y analgésicos no esteroideos prescritos frecuentemente en estos pacientes, con una disminución significativa del potencial de dependencia farmacológica y toxicidad gástrica respectivamente.

En la práctica clínica, el tratamiento con toxina botulínica ha demostrado que reduce la frecuencia y, sobre todo ,la intensidad de las crisis de migraña, disminuyendo la necesidad de tratamiento sintomático y de visitas a urgencias para tratamiento parenteral, lo que se traduce en una clara mejoría en la calidad de vida y también en un ahorro farmacoeconómico

La buena tolerancia (tiene mínimos efectos locales transitorios)  y el efecto prolongado de la toxina la convierten en un potencial tratamiento preventivo en los pacientes con cefalea.

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