Este tipo de problema es más común de lo que se piensa siendo considerado a nivel mundial, como el cuarto dolor incapacitante más común que afecta alrededor del 30%-50% de la población en general siendo generalmente ocasionado por tensión muscular.
¿Cómo se origina el dolor cervical?
La cervicalgia puede estar asociada a muchos factores, siendo el más común la tensión muscular presente a nivel de la zona suboccipital. Además de ello, también se pueden mencionar otras afecciones que se asocian con el origen del dolor en la zona cervical, como son:
- Artrosis cervical o degeneración del cartílago intervertebral
- Presencia de hernias discales a nivel cervical
- Fibromialgia
- Escoliosis u otro tipo de alteración postural
- Síndrome del latigazo o esguince a nivel cervical
- Bruxismo
- Debilidad o sobrecarga muscular
Cuando se presenta dolor cervical también puede existir un origen más profundo, el cuál está asociado a factores como las emociones y los hábitos de alimentación, que pueden llegar a generar disfunciones a nivel visceral. Concretamente, la cervicalgia se relaciona con disfunciones del estómago, hígado y vesícula biliar.
Síntomas asociados a la presencia de la cervicalgia
Como su definición lo indica, durante la cervicalgia se padece de dolor en la región cervical que a su vez, puede venir asociado a otro tipo de lesiones o síndromes como puede ser:
- Bruxismo: Generando tensión sobre la musculatura masticatoria que refiere dolor en la zona de la cabeza y cuello.
- Neuralgia occipital o de Arnold: Donde el dolor inicia en la base del cuello y se irradia hasta el cráneo.
- Hombro doloroso: En algunos casos la cervicalgia también puede llegar a referir dolor en el hombro como consecuencia de alguna compresión nerviosa.
¿Cómo se puede prevenir la aparición de la cervicalgia?
Para lograr evitar la aparición de éste tipo de afección es necesario cumplir con las siguientes recomendaciones:
- Manejar el estrés y hacer conciencia de las emociones negativas para controlarlas y evitar su influencia sobre el cuerpo
- Mejorar los hábitos alimenticios.
- Realizar ejercicios que favorezcan el fortalecimiento de la musculatura cervico-dorsal
- Cuidar los hábitos posturales
- Practicar actividad física de forma recurrente, evitando el sedentarismo.
- Evitar el consumo en exceso de cafeína o bebidas estimulantes.
Tratamiento para la cervicalgia
Por lo general, el abordaje médico va de la mano a un tratamiento conservador que indica la ingesta de medicamentos analgésicos, uso de collarines, terapia neural, entre otros.
La intervención fisioterapéutica va dirigida a disminuir los síntomas del paciente mediante la aplicación de ejercicios de movilidad, estiramientos musculares y agentes físicos, al igual que favorecer el fortalecimiento muscular y corregir los hábitos posturales.
El abordaje sugerido mediante el Fiit Concept, busca dar una solución a largo plazo para éste problema, llegando a involucrar la ingesta de plantas medicinales, osteopatía visceral, manejo emocional, etc.
