Torticolis congénita

Definición - Qué es Torticolis congénita

La torticolis congénita es una enfermedad en la que se produce una contractura o acortamiento del músculo esternocleidomastoideo (ECOM) la cual hace que el cuello del recién nacido luzca girado o torcido.

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Torticolis congénita

El ECOM, es un músculo que se encuentra ubicado en la región lateral del cuello y su función es la de rotar la cabeza, extender levemente e inclinar lateralmente el cuello.

¿Por qué se produce la torticolis congénita?

Como ya se mencionó, la causa de esta enfermedad es el acortamiento del músculo esternocleidomastoideo, aunque la razón por la que esta contractura se presente en el bebé aún no está bien definida, se presume que puede producirse debido a diversos factores, dentro de los cuales se encuentran:

  • Mala posición del feto dentro del útero 
  • Durante un parto traumático, donde se produzca un sobre estiramiento muscular 
  • Uso de fórceps para extraer al bebé
  • Posición podálica o de nalgas del feto

¿Cómo se descubre esta lesión o cuáles son sus signos?

Para un bebé recién nacido es imposible manifestar los síntomas de esta patología, por lo que quienes suelen notar esta deformidad son los padres del niño, quienes pueden observar que este siempre tiene la cabeza girada hacia el mismo lado, presentando dificultad para rotarla hacia el lado contrario, también se puede notar la presencia de una tumoración semejante a una oliva en el área del cuello que se puede palpar fácilmente, la cual generalmente no causa dolor.

La torticolis congénita suele presentarse frecuentemente en el recién nacido o durante los primeros meses de vida del bebé.

En la mayoría de los casos la inclinación de la cabeza suele ser hacia el lado derecho, mientras que la barbilla apunta hacia el lado izquierdo.

¿Cuál es el tratamiento para la torticolis congénita?

Luego del diagnóstico, el médico indicara la iniciación de un tratamiento fisioterapéutico lo más pronto posible, en casos complicados el médico podría realizar la infiltración con toxina botulínica en puntos específicos del músculo afectado, relajándolo y disminuyendo la espasticidad.
En cualquiera de los casos, la fisioterapia representa una gran opción, este será un proceso lento que requerirá de mucha paciencia, pero que generalmente resulta exitoso, ya que en la mayoría de los casos solo bastará con este para la total recuperación de la lesión.
La fisioterapia cuenta con diversas técnicas de rehabilitación infantil en las que se tiene por objetivo no solo el alivio de la lesión, sino también preservar el desarrollo psicomotor normal del niño.