La hiperpermeabilidad intestinal es un concepto que aunque lleva unos años estudiándose, parece que comienza a aparecer en el vocabulario de los fisioterapeutas. Se trata de un aumento del espacio entre las células de la pared intestinal (enterocitos) que permite el paso de substancias no deseadas al lumen.
Este problema puede ser causante de numerosas patologías asociadas a inflamaciones crónicas y agudas, así como problemas autoinmunes, enfermedad de crohn, celiaquía...
Debemos saber que el intestino además de su función de absorción de nutrientes y moléculas de agua, tiene una función barrera que podríamos diferenciar en 3 partes:
- Sistema de barrera microbiológica: Es importante esta función dado que estas bacterias, en su gran mayoría E.coli cumplen un rol importantísimo en todo el canal intestinal evitando la entrada de gérmenes y patógenos que llegan con los residuos alimentarios, además sintetizan la vitamina K y vitamina D, producen energía tanto para el ser humano como para las mismas bacterias, y absorben calcio, magnesio, sodio y hierro. Sin embargo su entrada en el corriente sanguíneo podría desencadenar una respuesta inmunitaria como veremos más adelante.
- Sistema de barrera química: Aquí nos encontramos con enzimas, pepsina, pH y péptidos antibacterianos.
- Sistema de barrera Física: Los Tight Junctions (enlaces entre los enterocitos de la pared intestinal), Moco y movimientos peristálticos.
¿Y cómo se produce el aumento de la permeabilidad intestinal?
En primer lugar debemos saber que entre los enterocitos de la pared intestinal se produce el paso de substancias de bajo peso molecular por difusión facilitada: moléculas de agua, azucares simples, péptidos, ácidos grasos...etc. Sin embargo debido a un aumento de la permeabilidad intestinal, los enlaces entre los enterocitos (Tight Junctions) se abren y pueden permitir el paso de substancias de alto peso molecular como son las bacterias al lumen intestinal, que provocan lo que se conoce con el nombre de disbiosis, activando al sistema inmune y más concretamente a los linfocitos T que atacaran a estas bacterias pero también a las células adyacentes provocando una reacción inflamatoria y autoinmune.
Los motivos que pueden llevar a este proceso son variados, y encontramos entre ellos ciertas enfermedades que provocan el aumento de la permeabilidad intestinal como son el lupus, la psoriasis y diabetes tipo 1.
También se ha demostrado que la toma de algunos tipos de fármacos, entre ellos AINES como el ibuprofeno, estaría detrás del aumento de la permeabilidad intestinal.
La ingesta de alimentos como los pimientos, el alcohol y las prolaminas (gluten) pueden desencadenar un aumento de la permeabilidad intestinal.
En el caso concreto de las prolaminas, que afectan a un buen número de personas sean celiacos o simplemente con cierta sensibilidad al gluten, se han realizado unos estudios muy concluyentes de cómo la gliadina, que es un componente del gluten, se adhiere a un receptor denominado CXCR3 liberando durante el proceso una proteína humana denominada zonulina que abre la barrera intestinal para hacerla más permeable, causando en pacientes sanos o con cierta intolerancia un efecto temporal pero en pacientes celiacos un efecto a largo plazo que puede ser peligroso.
Según estos estudios los resultados pueden ser también significativos para otras enfermedades autoinmunes. El mismo proceso puede ser que ocurra en pacientes con diabetes tipo I y en pacientes con esclerosis múltiple, en la que los intestinos son la puerta de entrada o el camino a través del cual, los antígenos y otros desórdenes autoinmunes entran en el cuerpo.
¿Cómo podemos saber si existe hiperpermeabilidad intestinal?
Existe una prueba muy sencilla denominada test de los dos azucares (Lactulosa y Manitol). Esta prueba mide el ratio L: M, cuando la permeabilidad esta aumentada con moléculas grandes como la lactulosa hay daño intestinal.
Los valores normales oscilan entre 0.04 y 0.09, valores aumentados por permeabilidad oscilan entre 015-0.40.
Evidentemente como fisioterapeutas no podemos realizar esta prueba pero en casos que sospechemos de un aumento de la permeabilidad intestinal podemos derivar a nuestros pacientes al profesional médico adecuado con esta indicación.
¿Como evitar la hiperpermeabilidad intestinal?
Si sospechamos que nuestros pacientes puedan tener un síndrome de hiperpermeabilidad o nos lo confirman las pruebas, una de las medidas más sencillas que podemos recomendarles es que hagan durante algunas semanas una dieta que no contenga gluten ni lactosa para comprobar los resultados.
Evidentemente otros factores como el stress, el sueño, el sedentarismo, la dieta occidental etc.…pueden producir un aumento de la permeabilidad intestinal por lo tanto debemos evitarlos en la medida de lo posible, en próximos artículos abordaremos más en concreto estos factores así como la inflamación crónica.