Tengo un hematoma en el tobillo, no puedo pisar y me duele ¿Qué puedo hacer?

Un esguince o torcedura de tobillo es una de las lesiones más frecuentes que se produce al caminar o correr, sobretodo al hacerlo sobre terrenos irregulares. En el momento en que ocurre esta lesión cuando el tobillo se dobla bruscamente, se llegan a estirar e incluso desgarrar los ligamentos, los cuales son los encargados de mantener unida la articulación, provocando así síntomas de dolor, inflamación y limitación al movimiento. En esguinces de II o III grado también será posible la aparición de un hematoma.

Algunas de la señales que te ayudarán a identificar si estas en presencia de una lesión de mayor grado será si es imposible apoyar el pie en el suelo, existe alguna deformación en la articulación o si se escuchó algún ruido en el momento que se produjo la lesión. En estos tres casos es recomendable acudir a tu profesional de salud de confianza.

En cuanto a las recomendaciones para abordar el esguince, realizar un vendaje funcional en los días posteriores a la lesión te permitirá evitar el movimiento del ligamento lesionado, manteniendo la función del pie y previniendo el deterioro de la fuerza muscular y la propiocepción. En los días iniciales es la aplicación de hielo o compresas frías durante 10 minutos ayudará a disminuir el dolor en la zona y por último, se recomienda realizar movilizaciones suaves del tobillo todos los días.