Con motivo del día mundial para las personas con Síndrome de Down celebrado en el mes de Marzo, he querido escribir un poco acerca de ellos, para que conozcamos algunas de sus características físicas, y centrándome en mi profesión más específicamente en sus piececillos.
¿Qué se conoce como Síndrome de Down?
El Síndrome de Down es una discapacidad que afecta a 1 de cada 700 recién nacidos, y se produce por una alteración cromosómica conocida como trisomía del cromosoma 21, es decir en lugar de tener un par 21 presenta tres cromosomas 21. Estas personas tienen unas características físicas que no son únicas de esta afección, ya que se pueden encontrar en cualquier ser humano. No obstante la unión de todas ellas lleva a un diagnóstico clínico como es el Síndrome de Down, aunque solo un análisis cromosómico es la prueba más fiable.
¿Qué características presentan los Síndrome de Down?
Las personas afectadas con Síndrome de Down son pacientes con microcefalia, braquicefalia, occipucio aplanado, ojos oblicuos y boca abierta con protusión de la lengua de gran tamaño.
Presentan además un retraso del crecimiento y del desarrollo, con baja estatura y suelen tener tendencia al sobrepeso con gran hipotonía muscular e hiperlaxitud generalizada. Debido a la hiperlaxitud y la hipotonía suelen presentar también escoliosis idiopática (curva con desplazamiento lateral de la columna vertebral), subluxación (desplazamiento de una articulación por estiramiento de tejidos blandos) y dislocación (daño que se produce cuando un hueso se sale de su articulación) de la columna cervical, cadera y rótula. Además de lo anterior, también suelen tener menos fuerza en sus piernas que otras personas debido a dicha hipotonía.
Otra de las características que tienen es hipermovilidad articular, debido a la distensión de los ligamentos y tendones.
¿Qué características presentan desde el punto de vista podológico?
En el apartado anterior hemos visto algunas de las características generales que presentan estos pacientes, pero lo que realmente tratamos los podólogos y a lo que podemos poner solución son a las dolencias producidas por algunos de los siguientes puntos;
- Debido al retraso del crecimiento, suelen tener unas piernas desproporcionadamente cortas, unidos a unos pies cortos y anchos, que puede deberse en algunos casos a la presencia de unos metatarsianos cortos.
-
Existe un retraso en el desarrollo motor, pues comienzan a andar entre los 19 meses y 3 años (más tarde que otros niños) con una base de sustentación muy ancha y con balanceo.
-
Presentan según estudios en más del 90% de los casos un pie plano-valgo, apreciándose diferencias en función de la edad. Este tipo se pie se relaciona con la presencia de obesidad, hiperlaxitud e hipotonía.
-
Pueden presentar valgo de rodilla y luxación recidivante de rótulas, que puede acabar en tratamiento quirúrgico.
-
Suele apreciarse en ellos un genu recurvatum (hiperextensión de rodilla) debido a la presencia de valgo de rodilla e hiperlaxitud.
-
Alteraciones digitales como separación y un pliegue cutáneo plantar entre el primer y segundo dedo, con cierta frecuencia también puede haber sindactilia (fusión de los dedos) entre el segundo y tercer dedo, un dedo más corto debido a un acortamiento del metatarsiano, juanetes en la adolescencia etc…
-
Finalmente en cuanto a sus uñas, son normalmente engrosadas y cortas
Tratamiento podológico del síndrome de Down.
El tratamiento para este tipo de pacientes comienza con una estimulación precoz e integral por parte de los fisioterapeutas, cuya labor será la de potenciar la musculatura, por lo que deportes como la gimnasia y la natación serán de gran ayuda.
El podólogo es otro de los profesionales capacitados para tratar las dolencias producidas a nivel del miembro inferior, principalmente por la presencia de un pie plano valgo. Nuestra labor es la de tratar a cada paciente de forma individualizada y estudiando cada caso aislado de los demás.
El tratamiento podológico más común en este tipo de pacientes va encaminado a la realización de una ortesis plantar (plantilla), que aportará mayor sujeción al pie dando un alineamiento óptimo de piernas y pies, y además corregirá el arco longitudinal interno que lo tiene totalmente perdido. No obstante nada de esto funcionará si no elegimos un calzado adecuado al pie del niño, siempre cuando haya adquirido una buena autonomía de la marcha.
El zapato ideal debe tener suelas que sean muy flexibles en el área del recuadro de los dedos, de manera que se requiera de una fuerza mínima para poder flexionarlos, con contrafuertes mediales y de talón que sean firmes, ya que con un apoyo de talón o medial débil, es probable que el zapato se incline hacia adentro para tomar la forma de la postura del pie del niño. Además se recomienda el uso de cordones para mantener los pies más firmes sobre el soporte ya que el velcro no cierra herméticamente y el pie tiende a inclinarse.
Finalmente recordaros que este tipo de personas tienen limitaciones… pero como todo el mundo…