Tratamiento de Fisioterapia para la Rotura de ligamento lateral interno
¿Tú rodilla se torció durante el entrenamiento? ¿Dolor severo en la cara interna de la rodilla? Estas son características típicas de una rotura de ligamento lateral interno (LLI). Junto con el ligamento cruzado anterior, el LLI es uno de los ligamentos que más frecuentemente se desgarra. Un esguince de rodilla tipo III comúnmente se da producto de la práctica deportiva y suele ocasionar intolerable dolor, edema e inflamación en la cara interna de la rodilla. En el siguiente artículo hablaremos más a fondo sobre esta grave lesión de rodilla:
También conocido como esguince del ligamento lateral interno, la rotura del ligamento lateral interno (LLI) es una frecuente lesión deportiva en la que las fibras del LLI se separan totalmente producto de una tensión excesiva que supera su capacidad elástica. En teoría, los ligamentos colaterales internos pueden romperse de forma aislada, pero una combinación de roturas de ligamentos es mucho más común y probable. Vale la pena mencionar en este caso, la lesión de rodilla llamada "Tríada infeliz o Triada de O'Donoghue". Esta lesión trata de una rotura simultánea de 3 estructuras: el ligamento interno, el ligamento cruzado anterior y el menisco medial o interno.
El ligamento lateral interno (Del latín, Ligamentum collaterale tibiale) es una estructura aplanada constituida por tejido fibroso que discurre en diagonal (un poco hacia adelante y hacia abajo) desde el fémur hasta la tibia. El ligamento es relativamente ancho y está fusionado con la cápsula articular, por lo que también la estabiliza. Su contraparte: el ligamento colateral externo conecta el fémur con el peroné. Juntos constituyen los ligamentos colaterales que brindan estabilización lateral a la articulación de la rodilla e impiden la hiperextensión lateral de la misma.
Las lesiones del ligamento lateral interno (LLI) son frecuentes en el deporte, especialmente en el fútbol y el esquí, de hecho, el 60% de las lesiones de rodilla al esquiar involucran el LLI. Las roturas de este ligamento ocurren principalmente producto de un impacto en la parte exterior o lateral de la rodilla, en la parte inferior del muslo o en la parte superior de la pierna, mientras que el pie está en estático en el suelo sin moverse. Generalmente cuando el ligamento lateral interno se rompe, provoca daños en el menisco medial o en el ligamento cruzado anterior (LCA). De las personas famosas afectadas por esta lesión destacamos al futbolista argentino Lionel Messi, quien presentó una rotura de LLI en 2015.
Se confirma rotura del ligamento lateral interno de la rodilla izquierda de Messi. 7 a 8 semanas de baja #Messi pic.twitter.com/iqtmXkbNBh
— Pasión Madridista (@MadridRealES) September 26, 2015
Cuando el ligamento lateral interno se rompe, se genera un chasquido o sensación de desgarre en la cara interna de la rodilla, que antecede la aparición de dolor intenso en el interior de la rodilla, es decir, directamente encima del ligamento afectado. Otros síntomas y signos asociados son:
Es importante destacar que el dolor a menudo aumenta al doblar la pierna completamente (flexión), así como también si empuja la rodilla hacia adentro con la pierna extendida. La mayoría de los movimientos también intensifican el dolor, lo que, unido a la inestabilidad articular dificulta cualquier movimiento de la pierna y por ende la marcha. En ocasiones, a la persona lesionada le resulta difícil localizar el dolor inmediatamente después de la lesión, ya que esta rotura frecuente ocurre acompañada de lesiones intraarticulares que ocasiona inflamación y dolor en toda la rodilla.
Esta rotura generalmente suele ocurrir producto de fuerzas que empujan la parte inferior de la pierna hacia adentro mientras la pierna se encuentra extendida. Esto suele ser causado por un lado por cambios bruscos de dirección y velocidad; y por otro lado por lesiones de contacto, que son especialmente frecuentes en ciertos deportes como
Si bien estas actividades deportivas, también ocasionan cambios bruscos de dirección y velocidad; a menudo, la rotura del ligamento interno ocurre cuando el pie está aferrado al suelo y, al mismo tiempo, la dirección cambia rápidamente, lo que es común, al esquiar y al jugar fútbol. Las lesiones del LLI también pueden ser el resultado de golpes directos en la parte lateral de la rodilla que provocan una tensión extrema en valgo. Si, por ejemplo, un jugador de fútbol le da un rodillazo a la región lateral de la rodilla de otro jugador, puede producirse esta lesión. Si bien como hemos destacado anteriormente, esta lesión puede ocurrir de forma aislada, es muy frecuente que ocurra junto con lesiones en otras estructuras de la rodilla. Un ejemplo de esto es la "tríada infeliz o triada de O'Donoghue" que consiste en lesiones concomitantes del LLI, el ligamento cruzado anterior (LCA) y el menisco medial.
A continuación, te dejaremos algunas recomendaciones y medidas preventivas, que también resultarán útiles para reducir el riesgo de padecer otras lesiones de rodilla:
La importante inflamación que ocurre posterior que se da producto de esta lesión, puede ser provocada por otras lesiones y enfermedades. Los principales diagnósticos diferenciales a considerar durante la valoración son:
El examen físico acompañado de un estudio de imagen cómo la resonancia magnética, puede ayudar a la obtención de un diagnóstico correcto.
El diagnóstico generalmente ya se puede obtener sobre la base de la descripción de los síntomas y el examen físico, sin embargo, requiere de una notable experiencia clínica por parte del especialista. Algunos de los especialistas que pueden llevar a cabo este diagnóstico son: traumatólogos, fisioterapeutas, ortopedistas y especialistas en medicina deportiva.
Constituye una parte fundamente del diagnóstico ya que permite la obtención de importante información relacionada a la lesión, cómo el mecanismo de la lesión y las alteraciones funcionales asociadas. En la anamnesis el profesional de salud encargado, realizará alguna de estas preguntas al paciente:
Posterior a la anamnesis, el especialista inspecciona la articulación en busca las alteraciones propias de la lesión (hinchazón, los hematomas y las desalineaciones). Si el ligamento interno se rompe, se espera solamente hinchazón lateral local. La palpación también puede ayudar al médico a encontrar evidencia de lesiones óseas e identificar los puntos dolorosos. El médico también inspecciona el flujo sanguíneo, las habilidades motoras, la amplitud articular y la sensibilidad del área afectada. El movimiento pasivo (por el médico) y activo (por fuerza muscular propia del paciente) de la pierna muestra el rango de movimiento de la rodilla e ilustra la limitación funcional en comparación con el lado opuesto. También valora la marcha y la estabilidad de la rodilla lesionada.
En el examen físico resulta imprescindible la aplicación en ambas rodillas de pruebas funcionales y de estrés que pongan en evidencia no sólo la rotura del LLI, sino también la presencia de otras lesiones. Las pruebas más usadas son:
La última prueba permite determina el grado de rotura presente. En el caso de una lesión de primer grado (Grado I), la articulación de la rodilla se puede abrir menos de cinco milímetros, lo que indica que el ligamento interno está lesionado pero intacto. Con una lesión de segundo grado (Grado II), se puede abrir de seis a diez milímetros, con una lesión de tercer grado (Grado III), más de diez milímetros. En este último caso, hay una rotura total del ligamento interno.
El tratamiento médico de esta lesión puede ser conservador o quirúrgico. El abordaje terapéutico conservador inicialmente se adhiere al protocolo PRICE (protección, reposo, hielo, compresión, elevación de la pierna lesionada), el médico, además, indica reposo deportivo, inmovilización con órtesis (durante 4 y 6 semanas), fisioterapia y si es necesario el uso de analgésicos o antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno.
El tratamiento quirúrgico es infrecuente, sin embargo, si el ligamento interno también arranca parte del hueso o el paciente es deportista, es necesario la cirugía. Además, teniendo en cuenta que esta rotura suele ir acompañada de otras lesiones que requieren cirugía, como el desgarro del LCA o las roturas meniscales. En estos casos también es necesaria la cirugía. Algunas de las técnicas artroscópicas usadas son:
Después de la cirugía, la pierna operada es inmovilizada con un aparato ortopédico con bisagras bloqueado a 30° de flexión durante aproximadamente tres semanas. Los médicos frecuentemente indican fisioterapia, los ejercicios de rango de amplitud articular inicialmente se realizan hasta 90°, mientras que los ejercicios de fortalecimiento son realizados junto con el aparato ortopédico. Después de tres semanas, se indica la descarga total de peso y el fisioterapeuta contribuye al destete del inmovilizador para permitir un rango completo de movimiento.
Como comentamos anteriormente la fisioterapia está indicada no sólo en el tratamiento conservador de esta lesión, sino también durante el período posoperatorio. Las lesiones de LLI aisladas se tratan satisfactoriamente mediante fisioterapia. Si este es el caso, el fisioterapeuta inicialmente inmoviliza la articulación con un aparato ortopédico o con un vendaje compresivo, e inicia intervenciones pasivas enfocadas en la reducción de la inflamación, dolor y edema, cómo: crioterapia, drenaje linfático manual (DLM), movilización de la rótula / tejidos blandos, ultrasonido terapéutico, termoterapia, diatermia, magnetoterapia entre otras. Además, inicia un entrenamiento progresivo enfocado en fomentar la regeneración del ligamento y la recuperación de la amplitud articular, fuerza muscular y estabilidad de la rodilla, con el objetivo de que el paciente regrese de manera óptima a sus actividades cotidianas o deportivas.
Las lesiones de ligamento lateral interno aisladas se tratan satisfactoriamente mediante fisioterapia..."
En el caso de roturas más severas o agravadas, es necesaria una operación en la que el médico repara el ligamento y las estructuras lesionadas. En este caso el fisioterapeuta diseñará un plan de rehabilitación posoperatorio que variará dependiendo del tipo de técnica quirúrgica utilizada y las características del paciente. Frecuentemente la rehabilitación es dividida por fases, en este caso son las siguientes:
Son variados los vídeos que podrás encontrar en nuestro portal de YouTube FisioOnline, todos ellos realizados por profesionales expertos en fisioterapia y rehabilitación que te brindarán información importante sobre distintas lesiones musculoesqueléticas, de manera breve y didáctica.
La rotura o esguince de ligamentos de la rodilla (ligamento lateral interno y ligamento lateral externo suelen requerir de una inmovilización con una rodillera o un vendaje funcional pero muchas veces lo que se aplica es una escayola o férula que retrasa y empeora la recuperación. Te recomendamos ver el vídeo a continuación para que aprendas a cómo usar esta inmovilización de manera correcta:
Cuando se trata de una lesión leve en este ligamento, o sea, un esguince de rodilla, una medida terapéutica altamente útil es el masaje terapéutico. Es por ello, que te queremos mostrar en el siguiente vídeo cómo realizar correctamente un automasaje, que te ayudará a reducir el dolor y la molestia en la zona interna de tu rodilla:
En el siguiente vídeo, podrás apreciar el tratamiento a realizar al presentarse una lesión o esguince de ligamento lateral interno de rodilla en su fase inicial:
Siguiendo con las pautas terapéuticas que te dejamos anteriormente, presta atención al siguiente vídeo en donde un experto fisioterapeuta te brindará las directrices necesarias para rehabilitar la articulación de rodilla con un esguince de rodilla:
La inestabilidad que esta lesión conlleva puede ser erradica eficazmente con un entrenamiento exhaustivo y programado. Culmina tu tratamiento al realizar los ejercicios y las medidas terapéuticas que te dejamos en el siguiente vídeo:
Los ejercicios propioceptivos constituyen la última etapa de entrenamiento de esta lesión, estos te ayudarán a potenciar, reforzar y estabilizar la rodilla. Si eres deportista estos ejercicios te ayudarán a retornar óptimamente a tu disciplina deportiva, si no eres deportista te ayudará a caminar, correr y a realizar las diferentes actividades que frecuentemente realizabas previo a la lesión:
Aunque el pronóstico de esta lesión suele ser favorable, el tiempo de curación depende en gran medida de factores individuales, además, de las características físicas, el cumplimiento de las medidas terapéuticas y la gravedad de la rotura suelen influir en el tiempo de curación. Por lo general, se necesitan entre ocho y diez semanas o más para que se cure este tipo de lesiones (si solo se ve afectado el ligamento interno). Una rotura del ligamento interno a menudo da como resultado un desgarro del ligamento cruzado o desgarro del menisco y la cápsula articular, cuya curación tiene una influencia adicional en el tiempo de curación. Es importante destacar, que su curación sólo puede ser efectiva si se cumplen los tiempos de reparación tisular y si no se ejerce demasiada tensión sobre la rodilla demasiado pronto, de lo contrario existe el riesgo de que se rompa de nuevo. En caso de desgarros muy graves del ligamento interno la duración de la curación puede durar hasta 9 meses.
La curación sólo puede ser efectiva si se cumplen los tiempos de reparación tisular y si no se ejerce tensión sobre la rodilla demasiado pronto, de lo contrario existe el riesgo de que se rompa de nuevo..."