A pesar de que todos los seres humanos nacemos de la misma forma, bien sea por parto natural o cesárea, normalmente nacemos con el mismo número de extremidades y contamos con la funcionabilidad de los diferentes aparatos y sistemas que operan en nuestro cuerpo; con el pasar del tiempo, podemos observar que cada uno adoptará diferentes tipos de patrones posturales, variedad de marchas y una diversidad mayor de afectaciones musculo-esqueléticas. Pero esto no es más que el resultado de conductas aprendidas y hábitos adquiridos durante nuestra vida.
La técnica de Alexander, se basa en más que aprender, en desaprender aquellas sencillas costumbres para darle un buen uso a nuestro cuerpo.
¿Pero quién descubrió la técnica de Alexander?
Frederik Matthias Alexander nació en 1869 en Australia. Fue un bebé prematuro y con pocas esperanzas de vida. Al ser asmático, y crecer con otras dificultades respiratorias, recibió educación por parte de un profesor privado, lo que le permitió tener mucho tiempo y así se inició en el negocio de la familia ayudando a su padre con los caballos, esto produjo que desarrollara una especial sensibilidad en el tacto y una detallada observación lo que sería útil para la creación de su técnica. Tiempo después cuando cumplió 20 año incursionó en el mundo del teatro como recitador logrando tener un gran éxito.
Sin embargo, tiempo después comenzó a sufrir de afonía en escena, varios médicos revisaron su caso sin encontrar la cura de las molestias que presentaba, y es allí donde a través de espejos él inicia una detallada observación de sí mismo, y logra darse cuenta de la relación que existe entre la cabeza, el cuello y la espalda lo que posteriormente llama control primario.
Así como también notó, que no se puede cambiar nada hasta que no se detenga la reacción habitual, descubriendo que la inhibición no es más que decir no a un estímulo innecesario ligado al control primario.
Al regresar a escena completamente recuperado, muchos médicos se interesaron en su técnica, creando escuelas para enseñarlas. A sus 75 años sufre un ECV lo que provoca una pérdida de un hemicuerpo, sin poseer esperanza de recuperación alguna; sin embargo, luego de pasar toda su vida utilizando su propia técnica logra recuperarse a los meses lo que le permitió iniciar nuevamente sus actividades laborales y diarias.
¿Para quién va dirigida la técnica de Alexander?
Ya que la técnica de Alexander es caracterizada por el trabajo inicial del cuerpo y la mente, puede ser empleada por toda persona con afectaciones músculoesqueléticas de cualquier tipo, incluso en algunos casos, esta técnica es considerada un importante método de relajación por el trabajo global que involucra.
Además de aquellos quienes manifiesten alteraciones posturales o simplemente deseen aprender a controlar y reconocer los estímulos de su alrededor para obtener una mejor respuesta y así beneficiar nuestro sistema corporal.
Beneficios de la técnica de Alexander
Al ser una técnica donde permite aprender a controlar la mente y el cuerpo, proporciona beneficios como:
- Descansar correctamente en los momentos que se disponga para esta acción.
- Mejora la respuesta del cuerpo ante los estímulos siendo más capaz de identificar cada uno de ellos y controlarlos antes de dar alguna respuesta.
- Permite estar relajado y consciente durante actividades.
- Disminuye el dolor.
- Actúa sobre el equilibrio, coordinación y postura del cuerpo.
- Ayuda a la facilidad y eficiencia de los movimientos.
- Agudiza la concentración.
- Evita el cansancio luego de posturas proturas prolongadas debido a actividades específicas.
- Evita el desgaste de energía.
¿En qué consiste la Técnica de Alexander?
La técnica de Alexander, consiste en tener claro qué posturas son innecesarias para realizar actividades; como el objetivo principal de esta técnica es concientizar sobre el control de la cabeza, cuello y espalda, para así obtener el control primario y luego la inhibición de estímulos como los determino Alexander, se debe tomar en cuenta que antes de iniciarse en este técnica se debe entender que para utilizarla debemos estar consciente de cada aspecto de nuestro cuerpo, un ejemplo claro es el modo que nos sentamos, como se encuentra nuestro cuerpo, cómo es su posicionamiento, si este de manera ergonómica o estamos con algún tipo de posturas viciosas que más adelante pueden ser desencadenantes de patologías.
Pues bien, esta misma observación que hacemos con algún tan sencillo como sentarnos, se debe trasladar a cada una de las actividades que realicemos cada día, y así se pueda partir de las posturas mal realizadas y que hacen que utilicemos movimientos compensatorios hacia una postura correcta en todas nuestras actividades de la vida diaria.
Ahora bien la técnica de Alexander básicamente debe comenzar por analizar la actividad que se van a realizar y enfocar que posturas son necesarias para hacerla de forma correcta sin lesiones, luego viene una activación del sentido cinestésico del cuerpo, que no es más que la forma de visualizarte en tu campo de acción, sin embargo este sentido te va a mostrar la forma incorrecta por que el cuerpo humano tiene memoria y este va a realizar la actividad de manera automática como ya la había aprendido, entonces es ahí donde ponemos en práctica la inhibición que consiste en intentar bloquear ese estimulo que nos hace que hagamos la actividad de manera equivocada, pero que para el cerebro está bien; destacando así el importante papel que juega la conciencia completa de nuestros sistemas para saber cómo bloquear esos estímulos.
Una vez que estos estímulos han sido bloqueados y que sabemos cómo se debe realizar la actividad, entonces comenzaremos a tener un mejor control para utilizar de forma adecuada el cuerpo, y es aquí donde intentaremos mantener erguida y alineada la cabeza, cuello y espalda lo que es el punto central de la técnica de Alexander; optimizando así nuestras funciones en el entorno que nos encontremos.
En un comienzo, puede costar un poco sobre todo por controlar el sentido cinestésico, pero una vez que aprendes a manejar y bloquear esos estímulos y mantener la alineación de los diferentes segmentos corporales involucrados, se hará un hábito de vida más.
Conclusión
Esta técnica la puedes combinar con todo tipo de actividades no tiene límite, dado que se adapta a cada una de ellas, y es porque al aprender a utilizar sus dos principios primordiales, ya lo demás es más fácil de realizar de forma automática, aprendamos a utilizar nuestro cerebro de forma racional desarrollando así la posibilidad de tomar decisiones con respecto a los movimientos a tomar en cada una de las actividades, dirigiendo la energía necesaria y evitando el desgaste físico.