El sistema respiratorio cumple un rol esencial para la vida del ser humano, siendo el encargado de suministrar oxígeno a todos los tejidos del cuerpo, así como de eliminar los residuos de dióxido de carbono que se concentran en el organismo u otros desechos tóxicos.
La neumonía es una de las patologías más frecuentes que puede alterar el correcto funcionamiento de este complejo sistema, en el siguiente artículo podrás conocer a mayor profundidad sobre esta enfermedad, sus causas, tratamiento y cómo prevenirla.
¿Qué es la neumonía?
La neumonía es una enfermedad respiratoria de tipo agudo que genera inflamación en los sacos aéreos y daño a nivel de uno o ambos pulmones. Si bien, ésta enfermedad se presenta de manera bastante frecuente puede llegar a ser grave e incluso mortal si no se toman las medidas necesarias para su tratamiento en un tiempo oportuno, siendo a nivel mundial la primera causa de muerte por infección y de forma global, la décima causa de muerte.
Esta enfermedad puede afectar a personas en cualquier rango de edad. Los grupos de mayor riesgo a padecer neumonía en un estado más grave son los bebés y niños alrededor de los 2 años de edad, debido a que su sistema inmunológico aún continúa en desarrollo.
Recuento anatómico del sistema respiratorio
El aparato respiratorio está compuesto por un grupo de órganos que hacen posible el proceso de respiración, mediante los movimientos de inhalación y exhalación. Este grupo de órganos se puede dividir en dos partes, el tracto respiratorio superior e inferior.
Tracto respiratorio superior: Se encuentra conformado por las fosas nasales, los senos paranasales, la faringe y la parte superior de la laringe.
Tracto respiratorio inferior: Este se compone por la parte inferior de la laringe que se encuentra debajo de las cuerdas vocales, la tráquea y los pulmones, los cuáles a su vez contienen los bronquios, bronquiolos, conductos alveolares, sacos alveolares y alvéolos.
¿Cuál es la función del sistema respiratorio?
A macro modo, la principal función del sistema respiratorio es la ventilación pulmonar, la cuál se refiere al proceso de intercambio gaseoso entre la atmósfera y los alvéolos pulmonares mediante los movimientos de inspiración y espiración.
El tracto superior del sistema respiratorio no solo cumple la función de filtrar y dar paso al flujo de aire hacia los pulmones, además, partes como la laringe se encargan de resguardar las cuerdas vocales, responsables de la producción de la voz. También, la epiglotis se encarga de cerrar la entrada a la laringe, facilitando la función de deglución sin permitir el paso de alimentos a las vías respiratorias.
Por otra parte, el tracto respiratorio inferior no solo cumple función de conducción sino que además en este ocurre el intercambio gaseoso, permitiendo el paso de oxígeno a la sangre a través de los alvéolos pulmonares.
¿Cuáles son las causas de la neumonía?
La neumonía es provocada por una infección a nivel pulmonar por microorganismos como bacterias, virus, hongos o agentes químicos, los cuáles habitan en el ambiente que nos rodean o incluso dentro de nosotros mismos, en zonas como las fosas nasales, senos paranasales o boca, que en ocasiones se desplazan hacia los pulmones, generando así una infección y posteriormente, todas las manifestaciones que esta genera.
Tipos de neumonía
Tanto el desarrollo de esta enfermedad cómo su pronóstico y tratamiento tienen grandes variaciones según el agente que haya sido responsable de producirla. Según su origen, la neumonía se clasifica en diferentes tipos, dentro de los cuáles se encuentran los siguientes:
Neumonía adquirida en la comunidad: La NAC es el tipo más frecuente y en muchas ocasiones, menos riesgoso de neumonía. Cómo lo indica su nombre, este tipo de neumonía puede ser adquirida en espacios de la comunidad como el trabajo o la zona residencial y suele estar asociada a infecciones víricas o microbios.
Neumonía hospitalaria o nosocomial: Este tipo de neumonía es considerado uno de los más peligrosos debido a la alta cantidad de bacterias y microorganismos resistentes a los antibióticos que pueden estar presentes en un área hospitalaria, además del sistema inmunológico deficiente en personas que se encuentran en estado hospitalario.
Neumonía asociada a la ventilación mecánica: En muchas ocasiones, la neumonía nosocomial también se asocia a causas de ventilación mecánica. Este tipo de neumonía, como su nombre la describe, se presenta en personas que necesitan un ventilador mecánico ya sea por estar en UCI o en caso de enfermedades neuromusculares, en la cuál el acceso del dispositivo de ventilación a la vía aérea lo hace propenso a la exposición.
Neumonía en pacientes inmunodeprimidos: La aparición de signos de neumonía es una de las complicaciones más frecuentes y a su vez, más graves en este tipo de pacientes inmuno deprimidos, ya sea por una enfermedad como el VIH o por algún tratamiento médico inmunosupresor o radioterapia.
Neumonía asociada a la atención médica: Se asocia a pacientes de atención ambulatoria, centros sanitarios u hospitalarios, como pacientes en diálisis o que asistan a centros médicos con frecuencia.
Neumonía por broncoaspiración: Este último tipo de neumonía ocurre cuando los alimentos, líquidos o incluso el vómito se inhalan o se desplazan hacia el pulmón. Suele ser más presente en personas que tienen patologías bases que le dificultan la deglución como lesiones neurológicas y disfagia
Signos y síntomas de la neumonía
Los síntomas de la neumonía pueden presentarse de manera muy variable según las condiciones físicas de cada persona. En pacientes con edad avanzada, la neumonía se puede manifestar a través de la alteración de la conciencia, con comportamientos de confusión, despiste o fuera de lugar. Otros de los síntomas más frecuentes son:
- Tos productiva, generalmente con moco de coloración verde o amarilla.
- Fiebre o escalofríos
- Disnea o dificultad para respirar.
- Dolor torácico que se presenta mayormente al inhalar profundamente o al toser.
- Náuseas, vómitos o diarrea.
Factores de riesgo para padecer neumonía
- Personas mayores de 65 años
- Personas en edades menores a 5 años
- Enfermedades crónicas
- Sistema inmunológico deficiente
- Mala alimentación
- Exposición al tabaco
- Personas no vacunadas con antineumocócica o vacuna de la gripe
- Abuso en el consumo de alcohol
- Disfagia
¿Cómo podemos prevenir la neumonía?
Mantener la vacunación al día: Las vacunas ayudan a prevenir varios tipos de neumonía, principalmente las causadas por neumococo y virus de la gripe. En caso de infección, las vacunas permiten presentar menores complicaciones y una recuperación más rápida.
Tener buena higiene: Lavarse las manos con frecuencia, en especial después de sonarse la naríz, ir al baño o antes de tener contacto con alimentos.
Cuidar la limpieza en el hogar: Evitar el hacinamiento permitirá disminuir el contacto con microorganismos que puedan ser riesgosos.
Dejar de fumar: El consumo de tabaco aumenta el riesgo de padecer neumonía hasta 4 veces, ya que disminuye la capacidad de los pulmones de filtrar correctamente los gérmenes u otros agentes externos, incrementando también el riesgo de padecer otras enfermedades del sistema respiratorio.
Reducir el consumo de alcohol: El consumo de alcohol recurrente se puede asociar al desarrollo de neumonía, generalmente, por aspiración de pequeñas cantidades de alcohol.
Llevar una dieta adecuada: La buena alimentación es fundamental para la prevención de todo tipo de enfermedades, manteniendo el sistema inmunológico en un estado óptimo para que sea capaz de defenderse ante agentes infecciosos.
Mantener una buena higiene bucal: Es recomendable cepillarse los dientes de forma recurrente y asistir a los chequeos odontológicos anuales. Esto evitará que se alojen bacterias o microorganismos en la boca que posteriormente puedan desplazarse a la zona alveolar.
Si serás sometido a una cirugía: Seguir las recomendaciones de tu doctor. Si vas a asistir a un proceso quirúrgico en general no se recomienda ingerir alimentos y bebidas horas antes de la intervención. Esto se indica para evitar que al estar anestesiado, los líquidos o alimentos que se encuentren en el estómago se desplacen, llegando a alojarse en los pulmones.
Los pacientes que tienen dificultad a la deglución o disfagia deben adoptar ciertas medidas de precaución adicionales para prevenir esta enfermedad. Entre estas se mencionan las siguientes:
- Ingerir alimentos blandos y suaves
- Tomar bocados pequeños de los alimentos
- Hacer la pausa necesaria entre cada uno de los bocados
- Utilizar un pitillo al momento de ingerir líquidos
Tratamiento para la neumonía
Tratamiento médico
El abordaje médico para la neumonía se basa inicialmente en un tratamiento farmacológico. Su efectividad depende en gran medida de identificar correctamente el origen del problema, ya que el tratamiento varía según el tipo de organismo que ha originado la infección. En caso de ser ocasionada por un virus, la neumonía puede ser tratada mediante medicamentos antivirales, así mismo, antibióticos o antimicóticos según sea cada caso.
Uno de los puntos fundamentales en cuanto al cumplimiento del tratamiento farmacológico es su continuidad, ya que no se recomienda suspender la medicación antes del tiempo indicado aunque exista una mejoría y ya no se presenten síntomas debido a que en caso de que el microorganismo responsable continúe presente, este podría desarrollar resistencia a dicho tratamiento, dificultando el proceso de recuperación de la enfermedad.
Tratamiento en fisioterapia respiratoria
La neumonía es una de las enfermedades respiratorias que se puede ver favorecida por el tratamiento fisioterapéutico. Desde la fisioterapia, se aplican diversas técnicas con objetivos enfocados en ayudar a que el paciente logre una mejor respiración, consiguiendo disminución en la sintomatología y permitiéndole mantener al máximo posible su capacidad física.
La fisioterapia respiratoria en los pacientes con neumonía facilita la expulsión de las secreciones y mucosa que están muy presentes en esta enfermedad, mediante técnicas de percusión y drenaje postural, además, permite la reeducación de la ventilación pulmonar, es decir, el paciente logra un mayor control de la respiración, alcanzando su máxima capacidad respiratoria, lo que influye en un mejor intercambio gaseoso de oxígeno y dióxido de carbono.
La movilización precoz en pacientes respiratorios que se encuentran encamados ya sean en estado de cuidados intensivos o pacientes en casa, también favorece a su recuperación, evitando una pérdida mayor de las funciones físicas, el rango de movimiento y la fuerza muscular.
De igual manera, el fisioterapeuta participa en el reentrenamiento al esfuerzo, un punto fundamental que puede estar afectado sobre todo en personas de edades adultas o con otras comorbilidades. Para esto, el profesional de la fisioterapia prepara un plan adaptado a la condición física del paciente.
La atelectasia es una de las complicaciones que puede derivar a enfermedades respiratorias cómo la neumonía, en la cuál se presentan grandes cantidades de mucosidad que obstruyen las vías aéreas y pueden generar un proceso infeccioso.
Pero ¿Qué es la atelectasia?
El término atelectasia se refiere a un colapso parcial o total que se produce en la vía aérea cuando los alvéolos pulmonares se llenan de líquido o se desinflan, lo cuál puede estar motivado por causas tanto externas como internas. Esta condición se diferencia de otro tipo de colapso pulmonar como lo es el neumotórax, el cuál se genera cuando el aire se escapa de los pulmones.
Este colapso también se puede presentar como complicación de patologías como fibrosis quística, presencia de líquido en los pulmones, tumores de pulmón o lesiones en el tórax.
Síntomas de atelectasia
La atelectasia puede presentarse sin provocar ningún tipo de sintomatología, sin embargo en ocasiones pueden aparecer los siguientes síntomas:
- Dolor torácico
- Tos
- Dificultad para respirar
Factores de riesgo
- Anestesia
- Objeto extraño
- Enfermedades pulmonares
- Moco
- Reposo prolongado
- Respiración superficial por presencia de dolor
- Derrame pleural
- Tumores en vías respiratoria
Tratamiento
Tratamiento convencional para la atelectasia
El tratamiento para esta condición suele variar dependiendo de la causa que lo haya originado y de cuál sea el nivel del colapso. Por parte de la medicina, se aplica de modo evaluativo y a su vez terapéutico, un procedimiento denominado broncoscopía, el cuál consiste en insertar un tubo delgado y flexible a través de las vías aéreas, el cuál, en el caso de la atelectasia, permite aliviar o retirar cualquier obstrucción que pudiera estar presente. La aplicación de aerosoles o broncodilatadores también suele ser indicada en pacientes con esta condición para aumentar el flujo en la vía aérea.
Tratamiento para la atelectasia a través de la fisioterapia respiratoria
Movilizaciones pasivas y activas, ejercicio, respiraciones profundas con triflow, drenaje postural y técnicas de percusión son algunos de los métodos utilizados desde la fisioterapia respiratoria para el tratamiento de la atelectasia.
Respiraciones profundas con triflow: El triflow es un dispositivo que permite realizar inspiraciones y espiraciones profundas, con el fin de ejercitar los músculos propios de la respiración y mejorar la función respiratoria y ventilación pulmonar.
Drenaje postural: La postura en la que se encuentre el paciente respiratorio puede facilitar o dificultar su ventilación pulmonar. Desde la fisioterapia, se orienta al paciente en cuánto a la postura ideal para favorecer la expulsión de mocos y a su vez, mejorar el flujo de aire a sus pulmones.
En la actualidad, los cuidados han aumentado debido a las nuevas olas de enfermedades virales que afectan al sistema respiratorio, sin embargo, es importante considerar que infecciones como la neumonía no han dejado de representar un problema para la salud y que es necesario seguir los consejos para su prevención, así como realizar un abordaje adecuado mediante un equipo de profesionales multidisciplinario si estamos en presencia de esta enfermedad para así evitar futuras secuelas.