Los meniscos son fibrocartílagos en forma de semiluna fijados a la parte superior de la tibia. Están diseñados para estabilizar la articulación de la rodilla, permitir una mejor distribución de la carga, disminuir el desgaste del cartílago y absorber el impacto de choque entre fémur y tibia.
Tipos de lesiones meniscales
Entre las más comunes encontramos las lesiones degenerativas que suelen ser por la edad o microtraumatismos que suceden a lo largo de los años (desgarros degenerativos), las lesiones traumáticas que ocasionan desgarros o roturas meniscales, tras grandes torceduras (desgarros circunferenciales y pedunculares; y roturas longitudinales y transversales); y las lesiones mecánicas que pueden ocurrir cuando el complejo articular de la rodilla presenta un mal funcionamiento (como unos meniscos anormales, hiperextensión, ángulo Q aumentado…).
Ejercicios y consejos para el tratamiento de problemas de menisco.
Una de las lesiones más comunes de las rodillas es la rotura de meniscos. Esta es una lesión que sucede en todas las poblaciones, pero con más frecuencia en deportistas y en adultos. ¿Quieres saber más sobre esta lesión? El doctor Gonzalo Samitier te explicará todo lo que necesitas saber.
Causas para las lesiones de meniscos
Las causas son muy variadas y dependen fundamentalmente de la edad y estado de salud del afectado, entre ellas encontramos:
- Degenerativas: al ir envejeciendo, los meniscos se van resecando y deshidratando hasta que, casi de forma natural, se terminan por romper durante cualquier gesto que realicemos.
- Traumáticas: por alta presión o aplastamiento (si al aterrizar después de un salto no flexionamos las rodillas), con una violenta rotación de la rodilla (cualquier cambio de dirección mientras caminamos o corremos), una repentina hiperextensión de la rodilla.
- Mecánicas: la rodilla puede funcionar mal debido a alguna deformidad o pequeño desperfecto como lo puede ser una rotación excesiva, una hiperextensión, un ángulo Q disminuido, etc. Por lo tanto, una rodilla con un mal funcionamiento (después de algún tiempo), va a dar lugar a una lesión de menisco.
¿Cómo se lesionan los meniscos?
En el movimiento normal de la rodilla, la flexión se acompaña de una ligera rotación interna de la tibia sobre el fémur y, en la extensión, de una ligera rotación externa de la tibia sobre el fémur.
Con la flexión máxima de rodilla, las porciones posteriores de los meniscos quedan comprimidas. La rotación interna del fémur sobre la tibia, en esta posición, forzará al segmento posterior del menisco interno hacia el centro, por lo que una extensión repentina de la rodilla puede ocasionar que quede atrapado su cuerno posterior sufriendo una rotura longitudinal.
La extensión de la rodilla en posición de rotación externa del fémur sobre la tibia, hala al menisco externo desgarrándolo transversal u oblicuamente.
Tratamiento conservador tras una lesión meniscal
Inmediatamente después de sufrir la lesión debemos seguir el protocolo RICE (reposo, hielo, compresión y elevación) para controlar tanto el dolor como la inflamación. Se recomienda utilizar muletas para no poner carga sobre el menisco dañado.
Si la lesión es leve, es posible que sólo con reposo y fisioterapia puedas volver a tu vida cotidiana tras un tiempo; de lo contrario, si el tratamiento conservador no da los resultados esperados, se requiere una visita al traumatólogo para programar una cirugía.
No hay estudios que indiquen la eficacia comprobada del tratamiento conservador para las lesiones meniscales. Si eres un atleta no podrás desarrollarte de manera eficaz en tu deporte con una lesión de menisco, en este caso, será difícil evitar la cirugía.
Tratamiento de una lesión de menisco en la rodilla
En este vídeo se explica cómo tratar una lesión del menisco en la fase aguda, para reducir la inflamación y el dolor de rodilla:
Tratamiento quirúrgico para una lesión de menisco
Casi siempre se hace por artroscopia, ya que es una alternativa menos invasiva a las operaciones abiertas. En el pasado, el cirujano realizaba una meniscectomía –se retiraba la totalidad del menisco–. Sin embargo, esto daba lugar a la aparición de artritis temprana, porque el peso del cuerpo era soportado por toda la superficie articular de la tibia, debido a que ya no había menisco que se encargara de esta acción.
Existen diferentes posibilidades de acción con base en el tipo de lesión, la edad del paciente y el tipo de trabajo o actividad que lleve a cabo:
- Se recomienda la artroscopia para menores de 40 años, que estén muy motivados a continuar con su actividad deportiva y que no padezcan de osteoartritis, rodilla inestable o deformidades (en varo o en valgo) para que la cirugía y su posterior rehabilitación sean exitosas.
- Hoy en día, la cirugía más común es la meniscectomía parcial o selectiva donde se extraen sólo los fragmentos dañados del menisco. Necesita de un posterior programa de fisioterapia, refuerzo muscular y re-educación propioceptiva.
- Se puede realizar una donación de trasplante de menisco en casos donde se necesita una meniscectomía total, sin embargo, los pacientes deben tener menos de 40 años, estar motivados, sin inestabilidad ni artritis de rodilla. Estas intervenciones no son muy frecuentes, pero las pocas realizadas no han mostrado signos de rechazo aunque los tiempos de recuperación son más largos.
Trasplante meniscal: ¿Es necesario o se puede evitar?
Cuando ha ocurrido una extirpación previa de menisco y aparece el síndrome postmeniscectomia, un trasplante de menisco se convierte en una opción; pero no es una cirugía a la que todos se puedan someter.
Para que un trasplante de menisco sea efectivo es necesario que el paciente sea menor de 55 años, presentar demasiado dolor y una rodilla que este estable y con buen eje. ¿Por qué es tan específico? Porqué es necesario que el paciente tenga un excelente pronóstico de recuperación debido a que no es una intervención quirúrgica común, además de que es muy compleja y debe ser realizada por médicos con mucha experiencia.
Tratamiento tras la cirugía de meniscos
Después de la operación quirúrgica es importante realizar un tratamiento de rehabilitación a fin de mejorar y agilizar este proceso de recuperación.
Primera semana
Durante la primera semana post-operatoria se busca controlar el dolor y la inflamación mediante el protocolo RICE (reposo, hielo, compresión, elevación) y los AINES, empezar a movilizar la rodilla y activar los músculos del cuádriceps. Debes ver a tu médico aproximadamente a los 10-14 días después de la cirugía. Las suturas serán removidas y comprobarán tu progreso.
- Rango de movimiento: puedes extender la rodilla en su totalidad pero no doblarla más de 90 grados.
- Muletas: al darte el alta volverás a casa con muletas y una ortesis de rodilla bloqueada en extensión total. A menos de que el doctor te dé otras instrucciones, usa las muletas para caminar y soportar peso en la pierna operada mientras se está de pie.
- Ortesis post-operatoria: úsala bloqueada mientras camines para proteger la rodilla en caso de caída. Puedes desbloquearla para sentarte o para mover la rodilla cuando no estés caminando.
- Bombeo: con la pierna elevada, mueve el tobillo y los dedos del pie hacia arriba y hacia abajo (por lo menos 10 veces, cada hora) para prevenir la flebitis (coágulos de sangre en las venas).
- Ejercicios: para mantener el tono muscular del muslo y los rangos de movimiento normales de las rodillas debes realizar los siguientes ejercicios:
- Cuádriceps: acostado con la rodilla en completa extensión, contraemos el cuádriceps contra la cama o el piso y mantenemos durante 5 segundos. Hacemos 20 repeticiones, 3 veces al día.
- Extensión de rodilla: sentado en el piso con una toalla enrollada debajo del tobillo o sentado en una silla con el talón sobre una superficie elevada, relajamos la rodilla en extensión y tratamos de mantener durante 5 minutos, 3 veces al día.
- Flexión de rodilla: sentados en una silla o en la orilla de la cama, soportamos la pierna operada con la otra pierna. Dejamos que la rodilla operada se flexione, controlando con la pierna no operada que no se sobrepasen los 90 grados de flexión de rodilla. Mantenemos durante 5 segundos y volvemos a la posición inicial de extensión con la ayuda de la pierna no operada. Repetimos 20 veces, 3 veces al día
De la segunda a la sexta semana
Se busca proteger la rodilla y permitir la curación, limitar la flexión de rodilla a 90 grados y empezar el fortalecimiento muscular.
- Rango de movimiento: puedes extender la rodilla en su totalidad pero no doblarla más de 90 grados para proteger la reparación del menisco.
- Muletas: al ser capaz de sostener tu peso corporal sin presentar dolor, puedes dejar de utilizar la muleta del mismo lado de la rodilla afectada.
- Ejercicios: el siguiente programa de ejercicios (de ser posible, hazlo a diario) debe ser supervisado por el médico o por el fisioterapeuta. Mantente haciendo los 3 ejercicios anteriores y agrega los siguientes:
- Elevación recta de la pierna: acostado con la pierna afectada extendida y la otra pierna flexionada, contrae el cuádriceps, eleva la pierna (máximo hasta alcanzar la otra pierna), mantén 5 segundos, desciende la pierna y relaja la contracción del cuádriceps. Repetimos 20 veces, 3 veces al día. Si la rodilla se flexiona cuando intentas elevar la pierna, no hagas este ejercicio.
- Elevación de ángulo corto: acostado con la rodilla doblada (unos 25 grados) sobre una toalla enrollada, eleva el pie hasta que la rodilla se extienda por completo, mantén 5 segundos y desciende la pierna lentamente. Repetimos 20 veces, 3 veces al día.
- Abducción de cadera: tumbados de lado sobre el lado no operado, manteniendo ambas rodillas totalmente extendidas, separa la pierna operada hacia el techo (unos 45 grados), mantén 3 segundos y desciende la pierna lentamente. Repetimos 20 veces, 3 veces al día.
- Elevación de talones: frente a una pared o a una mesa para poder sostenerse, contrae los cuádriceps, eleva los talones del piso, mantén 3 segundos y desciende lentamente. Repetimos 20 veces, 3 veces al día.
- Sentadillas en la pared: de espaldas a una pared, separa los pies a la altura de tu cadera sosteniendo el 50% de tu peso en cada pierna, lentamente desciende la cadera flexionando ambas rodillas (máximo 45 grados) y deslizándote por la pared, mantén 5 segundos y regresa a la posición inicial lentamente. Repetimos 20 veces, 3 veces al día.
Si los primeros 3 ejercicios pueden realizarse fácilmente después de la primera semana, puedes añadir una pesa-tobillera para incrementar la resistencia del ejercicio y ganar más fuerza. Empieza con medio kilo y agrega medio kilo cada semana hasta alcanzar un peso de 2,5 kilos. Haz estos 3 ejercicios a diario durante la primera semana, luego disminuye la frecuencia a un día sí y un día no cuando empieces a utilizar las pesas-tobilleras.
Pide una cita con tu médico para el final de la 6ta semana post-operatoria.
Ejercicios de fortalecimiento o potenciación de cuádriceps (Fase inicial)
En este vídeo se muestra una rutina de ejercicios de fortalecimiento para la musculatura anterior del muslo:
De la sexta a la doceava semana
Se busca recuperar en su totalidad tanto los rangos de movimiento como la fuerza muscular de las piernas.
- Rango de movimiento: ahora sí puedes sobrepasar, de manera gradual, los 90 grados de flexión de rodilla.
- Muletas: bajo indicaciones del médico podrás discontinuar el uso tanto de las muletas como de la ortesis. Evita cojear, camina lento pero normal.
- Ejercicios: el siguiente programa de ejercicios debe ser realizado un día sí y un día no, 10 repeticiones cada ejercicio, 3 veces al día. Debe ser supervisado por el médico o por el fisioterapeuta. Mantente haciendo todos los ejercicios anteriores y agrega los siguientes:
- Bicicleta estática: puedes pedalear durante 10 a 20 minutos diariamente.
- Isquiotibiales: frente a una pared o a una mesa para poder sostenerse, contrae los isquiotibiales para flexionar la rodilla operada hasta colocarla paralela al piso, mantén 3 segundos y desciende lentamente.
- Sentadillas en la silla: con las piernas separadas a la altura de la cadera, desciende las caderas hacia la silla hasta que tus glúteos la toquen e inmediatamente (de manera lenta) vuelve a la posición inicial. Después de la primera semana, al realizar este ejercicio, puedes sostener mancuernas de 1 a 2 kilos. Aumenta 1 kilo de peso cada semana hasta llegar a los 5 kilos en cada mano.
- Prensa: si tienes una máquina de prensa de piernas a tu disposición utiliza una cantidad de peso que te permita realizar 20 repeticiones por serie durante las 3 series. Utiliza este peso durante la primera semana antes de aumentarlo (aproximadamente 5 kilos cada semana). Usa como límite la magnitud de tu peso corporal cuando utilices ambas piernas y la mitad cuando utilices una sola pierna. Evita la extensión violenta de rodillas y sobrepasar los 90 grados de flexión.
- Subida y bajada de escalón: ubícate de costado a un escalón o escabel con el pie de la pierna operada sobre dicho objeto, elévate manteniendo el balance y desciende lentamente justo hasta tocar el piso (debes tener especial cuidado en mantener la rótula alineada con el zapato). Para progresar en este ejercicio empieza con un escalón de 7 cm de altura con 3 series de 5 repeticiones, agrega una repetición por serie cada día hasta llegar a las 10 repeticiones. Si no hay dolor, progresa hacia un escalón de 15 cm y finalmente hacia uno de 22 cm.
- Estiramientos: podemos realizarlos 1 ó 2 veces al día, de 5 a 7 veces por semana, cada estiramiento se mantendrá durante 30 segundos, realizando 3 veces cada uno de ellos.
- Cuádriceps: tumbado boca abajo, flexiona la rodilla hasta agarrar el tobillo, pie o los dedos del mismo. Si no eres lo suficientemente flexible, puedes colocar una correa o una toalla alrededor del tobillo. Hala el talón hacia el glúteo hasta sentir tensión en la parte anterior del muslo.
- Isquiotibiales: de pie, eleva la pierna sobre alguna estructura, flexiona ligeramente las rodillas (entre unos 10-15 grados) y desciende el tronco buscando alcanzar con las manos el pie.
- Gemelos: frente a una pared para poder sostenerse, adelanta una pierna, mantén ambos talones apoyados en el piso mientras acercas la cadera hacia la pared, flexionando la rodilla de la pierna adelantada hasta sentir tensión en la pantorrilla y tendón de Aquiles.
Pide una cita con tu médico para el final de la 12va semana post-operatoria.
De la duodécima semana en adelante
Se busca trabajar en el acondicionamiento cardiovascular y en realizar ejercicios específicos de cada deporte.
- Semana 12 a 16: debes continuar con el programa de ejercicios durante 3 días a la semana realizando 3 series de 10 repeticiones de cada ejercicio. Puedes progresar realizando los ejercicios de sentadillas en la pared y en la silla de manera monopodal (apoyando una sola pierna). No realices lunges, entrenamientos de alto impacto ni giros donde el pie se quede fijo. Evita las sentadillas donde flexiones las rodillas más de 90 grados.
- Semana 16 a 20: si tu cirujano te lo permite, puedes comenzar a trotar en estructuras suaves. Durante las 2 primeras semanas, trota 3 veces a la semana durante 10 minutos. Si no hay dolor ni inflamación asociada al trote, puedes incrementar 1 minuto por sesión hasta un máximo de 30 minutos. También podemos caminar y hacer montañismo en senderos moderados como actividad de acondicionamiento cardiovascular.
- Semana 20 a 24: mediante un programa de velocidad y agilidad para correr se busca retornar de manera segura al deporte practicado. Se realizará 2 ó 3 veces por semana tras un previo calentamiento (caminata, ciclismo o trote). Consiste en:
- Correr a velocidades medias viendo hacia el frente.
- Correr en zig-zag, cortando esquinas, hacia atrás, deteniéndose y continuando hacia adelante, en círculo, en figura de 8 y en carioca (intercambiando un pie por delante del otro).
- Corrida suicida (correr de un lado a otro en un espacio determinado tocando el piso cada vez), corrida en cuadrado (hacia adelante, hacia un lado, hacia atrás y hacia el otro lado) y corrida de agilidad (a través de conos).
Ejercicios de propiocepción o propioceptivos de rodilla. Nivel avanzado. Reforzar la rodilla
En este vídeo se muestran una serie de ejercicios de propiocepcion para reforzar y estabilizar la rodilla en las fases finales de la recuperación o rehabilitación de lesiones de la rodilla:
Puntos claves acerca de las lesiones meniscales
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Los meniscos son fibrocartílagos en forma de semiluna fijados a la parte superior de la tibia. Funciones: estabilizar la rodilla, distribuir la carga, disminuir el desgaste del cartílago y absorber el impacto de choque entre fémur y tibia.
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Causas: degenerativas, traumáticas (aplastamiento, rotación violenta, hiperextensión) y mecánicas (alteraciones).
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Mecanismo lesionante: rotación interna del fémur con flexión máxima de rodilla o rotación externa del fémur con extensión de rodilla.
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Tratamiento conservador: RICE, AINEs, reposo y fisioterapia.
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Tratamiento quirúrgico: artroscopia, meniscectomía parcial, donación de menisco.