El abordaje de las patologías del suelo pélvico es un motivo frecuente de consulta en fisioterapia. A menudo, la fisioterapia está considerada como la primera elección de tratamiento en estos trastornos, dado su carácter no invasivo (en la gran mayoría de los casos), los buenos resultados obtenidos en cuanto al alivio sintomático y el bajo riesgo de efectos secundarios. Es por eso, que se hace indispensable, un conocimiento completo y holístico, además de tener varias posibilidades terapéuticas, en función de los pacientes a tratar.
Fisioterapia y disfunciones de suelo pélvico
La fisioterapia, no sólo se basa en el tratamiento y prevención de las disfunciones del suelo pélvico, sino que además, tiene en cuenta todos los trastornos funcionales de la región abdominal y lumbo-pélvica.
Existen diferentes métodos de tratamiento, como son los ejercicios analíticos de Kegel o mediante ejercicios globales como los hipopresivos y el Pilates; uno de los más demandados y preguntados en los últimos tiempos, es el método hipopresivo.
En este artículo, se pretende explicar en qué consiste el método, cómo se debe ejecutar el programa de manera adecuada y si es realmente un tratamiento por sí mismo o se debe de combinar con otras terapias para conseguir los resultados esperados.
¿Qué son los ejercicios hipopresivos?
Los ejercicios hipopresivos, se definen como un conjunto de técnicas posturales que provocan una disminución de la presión intrabdominal (en la cavidad torácica, abdominal y pélvica) y la activación simultánea de los músculos abdominales y del suelo pélvico, consiguiendo a largo plazo un aumento del tono muscular de ambos grupos musculares sin presionar las estructuras y órganos internos (1-6).
Fueron diseñados por el Dr. Marcel Caufriez en 1980, con el objetivo principal de recuperar los músculos abdominales tras el parto y prevenir las disfunciones del suelo pélvico, sobre todo en aquellas con poca propiocepción de la musculatura de la zona y que los ejercicios específicos, les resultase complicado de llevar a cabo. Actualmente, se ha extendido su uso, tanto en la prevención, como en el tratamiento de las mismas (1-6).
Ejercicios hipopresivos: tipos de ejercicios
La técnica hipopresiva, se compone de ejercicios respiratorios y posturales, provocando posiciones mantenidas en isometría y/o contracción excéntrica (1-6). Actualmente las técnicas Hipopresivas se clasifican en tres categorías de ejercicios:
Técnicas de aspiración diafragmática
Tienen el objetivo de facilitar el retorno venoso desde los miembros inferiores a la pelvis menor para tratar el edema venoso y la congestión de la pelvis, ayudando de este modo, a otras técnicas manuales e instrumentales en el tratamiento del periné. Se trata de una aspiración de las vísceras internas hacia arriba y hacia delante, en dirección al diafragma, el cual se relaja y permite la apertura de la parrilla costal. El músculo que principalmente interviene en esta técnica es el serrato mayor (4).
Técnicas de transferencia tensional
Tienen el objetivo de la relajación músculo-aponeurótica de estructuras como el diafragma, los isquiotibiales, los multífidos o los espinales superficiales. Además, incluyen ejercicios específicos para facilitar el momento expulsivo del parto (4).
Gimnasia abdominal hipopresiva
Son las técnicas más conocidas. Son ejercicios basados en una secuencia de movimientos hasta llegar a una postura final, estática o dinámica con el fin de intervenir en toda la faja abdomino-pélvica y en la zona del periné para tonificarlo (1-6).
Ejecución de los ejercicios hipopresivos
Los ejercicios hipopresivos deben de cumplir una serie de especificaciones técnicas para conseguir los objetivos deseados. Se basan en los siguientes principios:
Principios posturales
Entre los principios posturales encontramos (1, 3-6):
- Elongación axial: se debe provocar un estiramiento de la columna vertebral, para provocar un aumento de la tensión de los músculos espinales profundos y extensores de la espalda.
- Doble mentón: se deberá hacer una retracción del mentón hacia posterior para provocar una tracción del vértex craneal, hacia arriba .
- Activación de la cintura escapular: se provoca realizando una abducción de las escápulas y coactivación de los músculos serratos.
- Adelantamiento del eje de gravedad: desequilibrio del eje anteroposterior que implica variación del centro de gravedad.
Principios respiratorios
Entre los principios respiratorios encontramos (1, 3-6):
- Respiración costo-diafragmática: es el tipo de respiración indicada para estos ejercicios. Se deberá hacer una secuencia de inspiraciones y espiraciones normales (con los parámetros posturales indicados anteriormente), para seguir con una espiración forzada y una apnea respiratoria. De este modo, durante la fase de inspiración, se consigue, un aplanamiento en dirección caudal del diafragma provocando, una apertura costal que facilita la expansión pulmonar y la reducción de la presión de la caja torácica. Ayudan a este hecho los músculos, intercostales laterales, el ECOM y los músculos serrato anterior y posterior. Todo ello, genera un efecto de aspiración de las vísceras hacia atrás y hacia arriba. En la espiración normal se produce una disminución de la cavidad torácica y de la retracción del tejido pulmonar; es un proceso pasivo que comienza cuando se relajan los músculos inspiratorios. En la espiración forzada se contraen los músculos espiratorios (intercostales internos y abdominales: transverso, oblicuo menor y mayor y recto abdominal) que empujan los órganos abdominales contra el diafragma relajado, aumentando su forma de cúpula y disminuyendo por tanto, el diámetro de la cavidad torácica.
Fig 1: Ejemplo de especificaciones posturales de miembro superior en el ejercicio hipopresivo.
- Apnea espiratoria y apertura costal: espiración total de aire y con apnea mantenida (entre 10 y 25 segundos). Se añade una apertura costal simulando una inspiración, pero sin aspiración de aire, junto con un cierre automático de la glotis; contracción voluntaria de los músculos serratos mayores y de los músculos elevadores de la caja torácica (intercostales, escalenos y ECOM). El diafragma en la fase de apnea espiratoria se relaja y es relativamente succionado, junto con las vísceras pélvicas, como consecuencia de la apertura costal y la elevación de la caja torácica. Esta relajación podría conseguir el descenso de la presión torácica y abdominal. Los ejercicios deberán realizarse de manera lenta. Las posturas se repetirán un máximo de tres veces cada una, con una duración mínima de la sesión entre 20-60 min.
Fig 2: Ejemplo de ejercicio hipopresivo.
Fisiología de los ejercicios hipopresivos
Los ejercicios hipopresivos se basan en la teoría de que el mantenimiento rítmico y secuencial de las posturas mantenidas (supino, sedestación, cuadrupedia y bipedestación), provoca un equilibrio entre los músculos hipertónicos (diafragma torácico) y los hipotónicos (faja abomino- pélvica y suelo pélvico). Esto está facilitado por la acción respiratoria, ya que la apnea espiratoria, característica de los ejercicios hipopresivos, provoca una ligera hipercapnia, estimulando la secreción de catecolaminas; éstas, tienen la función de inhibir los centros inspiratorios y activar los espiratorios. Estos centros respiratorios, tienen una función indirecta de control muscular, de este modo, se consigue relajar el diafragma torácico y activar los músculos del suelo pélvico y de la faja lumbo-pélvica (1-6).
Dicho de otro modo, los ejercicios hipopresivos, generan mensajes propioceptivos que envían al SNC, consiguiendo a largo plazo nuevos esquemas corporales y respuestas anticipatorias ante determinados gestos y esfuerzos; esto es debido a la integración, la memorización y la automatización de dichos mensajes propioceptivos (1-6).
- La integración: es una fase de aprendizaje de los ejercicios, donde se generan un bombardeo de mensaje propioceptivos al SNC, desencadenando diversas respuestas motrices tanto a nivel de los músculos posturales, respiratorios y lisos.
- Memorización: esta fase se produce durante el sueño, al filtrar el SNC la información procesada durante ante el día.
- Automatización: es el aprendizaje de la conducta frente a determinados estímulos propioceptivos, produciendo una reactividad motriz inmediata. Se sabe que este estadio de nuevos esquemas propioceptivos, se alcanza tras un periodo de aprendizaje de por lo menos 10 sesiones de una hora aproximadamente, cada una de ellas.
Indicaciones y contraindicaciones de los ejercicios hipopresivos
A pesar de que los ejercicios hipopresivos tienen muchos efectos positivos que veremos en el siguiente punto, la indicación principal por la que fueron creados, son las disfunciones del suelo pélvico, tanto en hombres como en mujeres (1, 2, 4-6).
Cabe destacar que las disfunciones del suelo pélvico, son más acusadas en el género femenino (entre 25%-46% de la población femenina, padecen alguna disfunción a lo largo de su vida e incluso pueden coexistir varias en una misma persona). Los principales factores de riesgo que dan lugar a las mismas son: la edad, el embarazo, el tipo de parto, la pariedad, el sobrepeso, la tos crónica, el trabajo o ejercicio físico de impacto así como problemas de salud asociados (1, 2, 4-6).
Dada la gran cantidad de población que puede sufrir disfunciones del suelo pélvico, es importante clarificar las indicaciones y las contraindicaciones de los ejercicios hipopresivos.
Indicaciones:
Se indican los ejercicios hipopresivos para (1, 2, 4-6):
- Incontinencia de orina: incontinencia de esfuerzo, de urgencia y mixta.
- Incontinencia anorrectal: incontinencia fecal, incontinencia de gases, estreñimiento, pérdida de mucosa rectal.
- Prolapsos de órganos pélvicos: vagina, recto, peritoneo, útero o vejiga.
- Disfunciones sexuales: disfunción eréctil, eyaculación precoz, anorgasmia, falta de deseo sexual,…
Contraindicaciones
Deben evitarse los ejercicios hipopresivos en (1, 2, 4-6):
- Cardiopatías.
- Hipertensión arterial.
- Embarazo.
- Puerperio inmediato: no se deben realizar los ejercicios hipopresivos, hasta pasados al menos, 40 días tras el parto.
- Disfunción obstructiva respiratoria.
Es importante destacar, que dado que las hipertensiones arteriales, en numerosas ocasiones, no están diagnosticadas, se deberá tomar la tensión previamente al inicio del tratamiento, sobre todo, en primero pacientes y de este modo disminuir el riesgo de posibles efectos adversos.
Efectos de un programa de hipopresivos
Uno de los grandes beneficios de los ejercicios hipopresivos, como hemos venido indicando, es la reeducación del suelo pélvico, pero dado que la cavidad abdomino-pélvica se considera un sistema, donde sus estructuras están relacionadas, es importante prestar atención al resto de componentes que lo forman: diafragma, abdominales, columna vertebral (especialmente, la zona lumbar).
Fig 4: Efectos del método hipopresivo.
Los ejercicios hipopresivos, no sólo producen efectos a nivel del periné, sino que indicen sobre todas las estructuras citadas anteriormente. Es especialmente importante, conocer todos los efectos que este método otorga, para entender al paciente como una globalidad y sacar el máximo partido a estos ejercicios. Entre todos los efectos que podemos observar destacan (2-6):
Mejora del control lumbo-pélvico
Se produce por el fortalecimiento de la musculatura profunda del abdomen (transverso abdominal y oblicuo interno), de los paravertebrales superficiales y de los músculos pélvicos. Esto da lugar a una estabilización de la articulación sacroilíaca, un aumento de la flexión troncal, aumento de la movilidad lumbar y una disminución del dolor en la zona pélvica y en las lumbalgias lumbares inespecíficas (2-6).
Mejora en el funcionamiento de los órganos pélvicos
Esto es producido principalmente, por la mejora del tono muscular del suelo pélvico y la disminución de la tensión músculo-ligamentosa de la zona, provocando una mejora biomecánica que facilita el buen funcionamiento de los órganos que allí se encuentran. Como resultado, se obtiene una mejora en la excreción y en los mecanismos obstétricos y sexuales. Aunque cabe destacar, que se ha demostrado, que un entrenamiento combinado con hipopresivos y ejercicios de Kegel, son la combinación perfecta, para obtener buenos resultados, ya que los hipopresivos trabajan las fibras de tipo I de la zona del periné, mientras que los ejercicios de Kegel, trabajan las fibras de tipo II; de este modo, se conseguiría aumentar los efectos deseados (2-6).
Mejora de la postura y del equilibrio, la coordinación y los reflejos
Se ha demostrado que gracias al uso del método hipopresivos, se consigue mejorar el centro de gravedad, mejorar las curvas vertebrales (reduciendo la cifosis dorsal, la hiperlordosis lumbar, la hiperlordosis cervical y mejorando las desviaciones laterales) y normalizar las tensiones musculares, estirando toda la cadena posterior (isquiotibiales, cuadrado lumbar, pelvitrocantéreos). El aumento del equilibrio, la coordinación y los reflejos viene dado por activación del Sistema Nervioso Simpático (2-6).
Disminución de la congestión de la pelvis menor
Debido a que el método favorece, un aumento de la circulación de retorno de los miembros inferiores. Esto es especialmente importante, para aliviar la sintomatología de patologías como el dolor pélvico crónico o el síndrome de congestión pelviana (2-6).
Conclusiones
Para resumir:
- Los ejercicios hipopresivos son un buen método de entrenamiento para la reeducación del suelo pélvico.
- Este método provoca numerosos beneficios tanto a nivel del periné, en la faja abdomino-pélvica, en el esquema corporal, en la propiocepción y en la mejora de la circulación de la pelvis menor.
- Son ejercicios que requieren de una técnica muy específica para ser realizados correctamente y conseguir los efectos deseados, por lo que se hace indispensable un buen aprendizaje de los mismos a cargo de profesionales cualificados, como los fisioterapeutas especializados en el método.
- Para conseguir todos los beneficios deseados sobre el suelo pélvico, es aconsejable la combinación de los hipopresivos con métodos tradiciones de contracción voluntaria del suelo pélvico, como los ejercicios de Kegel.
- En personas con escasa propiocepción del periné, es un método ideal de entrenamiento de la zona, ya que se consiguen un aumento del tono, sin precisar una contracción voluntaria.
- Se debe hacer más estudios acerca de sus beneficios ya que existe mucha controversia en la comunidad científica de si son realmente tan efectivos como indica su creador y existen escasas referencias bibliográficas.
Referencias bibliográficas
- Navarro Brazález B, Torres Lacomba M, Arranz Martín B ,Sánchez Méndez O. Respuesta muscular durante un ejercicio hipopresivo tras tratamiento de fisioterapia pelviperineal: valoración con ecografía transabdominal. Fisioterapia. 2017; 39(5):187-194.
- Álvarez Sáez MM, Rial Rebullido T, Chulvi Medrano I, García Soidán JL, Cortell Tormo JM. ¿Puede un programa de ocho semanas basado en la técnica hipopresiva producir cambios en la función del suelo pélvico y composición corporal de jugadoras de rugby? RETOS. Nuevas Tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación (FEADEF). 2016; 30, 26-29
- Rial T, Pinsach P. Principios técnicos de los ejercicios hipopresivos del Dr. Caufriez. EFDeportes.com, Revista Digital. 2012; 172.
- Sirvent Pinar MA. “Un protocolo de ejercicios basados en el Método Hipopresivo puede ser implementado como trabajo muscular coadyuvante en la prevención primaria de las disfunciones del suelo pélvico” (tesis doctoral). Universidad Miguel Hernández de Elche, Alicante (España). 2017; 1, 36, 54-74.
- Díaz Águila ME. Efectividad de la gimnasia abdominal hipopresiva frente al entrenamiento perineal clásico en el fortalecimiento del suelo pélvico de la mujer: revisión sistemática. Universidad Alcalá de Henares (Madrid). 2012; 4-17.
- Pinsach P, Rial T, Caufriez M, Fernandez JC, Devroux I, Ruiz K. Hipopresivos un cambio de paradigma. (monografía en internet). 2012. Disponible en: http://www.coplefc.cat/files/mes%20arxius/Hipopresivos un cambio de paradigma%20%282%29.pdf