Aunque generalmente esta afección se ve asociada con el origen de lumbago o dolor lumbar, una persona diagnosticada con una hernia discal lumbar no siempre presenta síntomas como la lumbalgia. Entonces ¿cómo se reconoce una hernia discal lumbar? En el siguiente articulo te responderemos esta y otras interrogantes sobre esta discopatía, cómo: causas, medidas preventivas y los métodos de terapia conservadora y quirúrgica disponibles para curarla:
Antes de hablar más a fondo sobre esta lesión del disco intervertebral, te explicaremos un poco acerca de las estructuras anatómicas involucradas: la columna lumbar y los discos intervertebrales lumbares.
Si bien la columna vertebral cuenta con 33 vértebras, la región lumbar dispone de un total de 5 vértebras (L1, L2, L3, L4, L5). Entre cada dos vértebras, hay unas estructuras llamadas discos intervertebrales, las cuales se encuentran próximas a la médula espinal y las raíces nerviosas espinales. El disco intervertebral está constituido por una cubierta de tejido conectivo altamente resistente (anillo fibroso) y un núcleo gelatinoso (núcleo pulposo). Estos discos son los que se encargan de recibir y distribuir el peso que recibe el cuerpo, especialmente la región lumbar. No podría haber movimiento y muchos sistemas no funcionarían sin ellos, ya que además los mismos dan elasticidad a la columna vertebral, contribuyen a la manutención de la postura, soportan cada movimiento y amortiguan las cargas axiales durante el movimiento. Al cumplir todas estas funciones de manera continua, no es de extrañar que eventualmente se degeneren y debiliten con los años. Dando como resultado la lesión que es el tema principal en este artículo.
En el caso de una hernia discal lumbar el tejido conectivo que rodea al núcleo pulposo, o sea el anillo fibroso se rompe, por lo que el material gelatinoso del núcleo fluye hacia afuera y presiona los nervios circundantes (nervios espinales y médula espinal). Las funciones de la columna en su conjunto dependen de la función de cada disco intervertebral, por lo que esta lesión además de provocar dolor de espalda, puede alterar severamente diversas funciones y ocasionar alteraciones motoras y sensitivas.
Esta afección fue indirectamente reconocida por las primeras civilizaciones (griegos y egipcios) quienes indicaron que existía una relación entre la patología de la columna y las molestias en espalda y extremidades inferiores. Debido a que antes de 1930 se creía que la hernia del núcleo pulposo era un tumor o condroma, se cree que las primeras cirugías que se llevaron a cabo a principios del siglo XX para solucionar “condromas” en la columna vertebral en realidad se trataban de hernias discales.
Con la creación de los estudios de imagen, la detección de esta afección fue simplificada. Siendo uno de esos estudios la tomografía axial computarizada, la cual estuvo disponible en la década de los 80 por el trabajo de Hounsfield y Ambrose, la creación de este estudio permitió que la hernia de disco lumbar se pudiese clasificar preoperatoriamente por la dirección (anterior, central, posterolateral y lateral) y el grado del desplazamiento (protrusión, herniación, extrusión). Posteriormente otro importante estudio de imagen creado para valorar esta discopatía, fue la resonancia magnética, introducida para su uso clínico en la década de los 90, este estudio además de ser útil para valorar esta discopatía, demostró que algunas hernias de disco disminuyen de tamaño, lo que, junto con otros datos de historia clínica, impulsaron la idea de reconsiderar la cirugía en casos de pacientes sintomáticos.
Gracias al avance de la ciencia y la tecnología desde el año de 1930 hasta el presente 2020, la comprensión de la fisiopatología, el diagnóstico y el tratamiento de esta afección ha seguido siendo cada vez más simplificado. Sin embargo, a pesar de la cantidad de estudios disponibles, sigue habiendo controversia sobre los mejores enfoques terapéuticos para pacientes con esta afección, en este artículo te nombraremos los más destacables.
En la siguiente infografía podrás observar como se ve una vértebra lumbar sana y como se ve desplazado el núcleo pulposo, cuando la red de bandas tendinosas del anillo fibroso se rompe dando origen a la hernia de disco lumbar:
Se estima que la incidencia de esta discopatía es de aproximadamente 5 a 20 casos por cada 1000 adultos al año y que la misma es más común en personas que se encuentren en la tercera o quinta década de vida (30-50 años). Siendo afectados en el 95% de estos casos, los discos L4-L5 y L5-S1, hernias por encima de estos niveles es común en personas mayores de 55 años. La prevalencia de esta lesión en Estados Unidos es de aproximadamente 1-3%, afectando más a hombres que a mujeres con un índice de relación de 2:1. Es importante destacar que el síndrome clínico de radiculopatía asociado a la hernia de disco es una causa importante de morbilidad y costo en los Estados Unidos.
La #hernia discal afecta normalmente a personas mayores de 40 años, con una musculatura abdominal y lumbar débil https://t.co/Y6yT4e1ovN vía @SaberVivir_TV pic.twitter.com/9FRuYuNb5e
— Equipo De la Torre (@EquipodelaTorre) October 1, 2018
Cómo ya hemos destacado los discos intervertebrales están muy cerca de importantes estructuras de la columna vertebral: nervios espinales y médula espinal, los cuales inervan a la región inferior del cuerpo y lo conectan con el sistema nervioso central. Por lo que, si alguno de los discos intervertebrales lumbares se abulta o hernia, el material desplazado puede hacer contacto con los nervios circundantes y comprimirlos. Esto puede causar síntomas como dolor lumbar y dolor en áreas del cuerpo que a menudo están lejos de la ubicación de la herniación. Así como también trastornos sensitivos y motores, los cuáles pueden variar según el segmento afectado en la columna lumbar.
Los síntomas dependen de entre otras cosas, de la ubicación del disco herniado y si está presionando los nervios o no. Si no se comprime los nervios, esta afección puede continuar sin ocasionar dolor y fallas neurológicas. Por lo tanto, se considera un caso asintomático que no tiene que ser tratado. Teniendo en cuenta que los casos sintomáticos pueden desarrollar variedad de alteraciones dependiendo de la raíz lumbar comprimida, los patrones sintomáticos de cada segmento herniado son:
Es importante destacar que los patrones de molestias detallados anteriormente no se presentan siempre de la misma manera en cada caso, ya que algunas personas tienen una composición anatómica distinta a los demás, lo que consecuentemente ocasiona síntomas diferentes a los anteriormente expuestos.
Investigaciones científicas actuales exponen que el origen de esta discopatía radica en la combinación de varios factores. En primer lugar, se cree que para que se origine esta lesión, tienen que existir años de desgaste en el disco intervertebral relacionado con la edad, con una deficiencia o por la sobrecarga permanente de la columna vertebral.
Dado que los discos intervertebrales no reciben un aporte sanguíneo como otras estructuras, su nutrición es obtenida a través de un proceso llamado difusión, el cual consiste en un intercambio pasivo de líquidos y nutrientes (glucosa, lactato y oxígeno) provocado por el movimiento y la compresión. Por lo tanto, el ejercicio físico es directamente responsable de la nutrición del disco intervertebral. Si la persona se mueve muy poco, la difusión del líquido nutriente de los discos intervertebrales no se realiza óptimamente, lo que conduce a la disecación, desnutrición y a largo plazo degeneración y al debilitamiento del anillo fibroso que recubre al núcleo pulposo, aumentando el riesgo de que el núcleo se deslice, salga del anillo fibroso y presione la raíz nerviosa o médula. Este riesgo se ve exacerbado por factores adicionales.
La degeneración del disco intervertebral se presenta en varias etapas. Un disco intervertebral sano e intacto, cuenta con un núcleo pulposo rodeado por un resistente anillo fibroso. Si este resistente recubrimiento cede bajo la presión del núcleo gelatinoso por los factores anteriormente mencionados, se da inicio a las siguientes fases:
Si bien, el proceso de envejecimiento del disco intervertebral que conlleva a la herniación no puede ser detenido, se pueden tomar acciones enfocadas en la ralentización del mismo. A continuación, te dejamos algunas recomendaciones enfocadas en la prevención de esta discopatía:
Para que realices adecuadamente la última recomendación, te dejamos el siguiente vídeo en donde un fisioterapeuta experto te explicará de manera detallada como mantener una espalda sana y evitar lesiones discales al levantar determinadas cargas:
Desde el punto de vista sintomatológico y clínico, existen muchas enfermedades que lesiones con similitudes esta discopatía lumbar. Las más destacables son las siguientes:
Generalmente, un exhaustivo examen físico y neurológico combinado con la anamnesis, es suficiente para determinar si hay una hernia de disco en la región lumbar. En el examen físico realiza un examen palpatorio, se inspecciona la función motora, sensorial y refleja para determinar el nivel de raíz nerviosa afectada, y se valora la fuerza muscular para detectar anomalías o debilidades. También se realizan pruebas de amplitud articular y de provocación, todos estos procedimientos aportan importante información que permite no sólo la confirmación del diagnóstico, sino que también permiten a un médico o fisioterapeuta experto poder inferir sobre el nivel de la herniación presente.
Es importante destacar que incluso si se detecta una herniación de disco en la resonancia magnética o la tomografía computarizada, no tiene que ser la causa de los síntomas que aquejan al paciente. Ya que, en muchos casos, se produce una hernia de disco sin síntomas (casos asintomáticos).
Si quieres conoces como se puede observar esta discopatía en estudios radiológicos, te recomendamos ver el siguiente vídeo, en donde un experto fisioterapeuta te explicará de manera breve y didáctica cuáles son los signos radiológicos de esta afección:
En los casos sintomáticos el tratamiento médico puede ser conservador o invasivo, siendo el primero el más seleccionado por los médicos debido a los óptimos resultados obtenidos. Con el tratamiento conservador los síntomas de una hernia de disco mejoran e incluso pueden desaparecer con la prescripción de fármacos o medicamentos que varían dependiendo de las molestias o síntomas presentes: analgésicos para el dolor, antiinflamatorios no esteroideos (AINES), medicamentos anticonvulsivos para analgesia del dolor neuropático (gabapentina - neurontin), complementos vitamínicos para facilitar la reparación de tejidos cartilaginosos y conectivos (complejo B, vitamina C, glucosamina y condroitina), relajantes musculares entre otros…
Si el dolor no se puede manejar con la medicación habitual, algunos médicos suelen indicar una infiltración peridural o periradicular para aliviar el dolor.
Una vez agotadas todas las medidas conservadoras, y el dolor se vuelve inmanejable, hay signos claros de parálisis o la persona afectada ya no puede controlar su vejiga, la cirugía es necesaria para evitar daños irreparables de las raíces nerviosas. Son varias las técnicas quirúrgicas disponibles en la actualidad, la selección de alguna de ellas dependerá de las características de cada paciente. Los métodos quirúrgicos más usados son:
Si tienes dudas sobre si deberías someterte o no a una intervención quirúrgica, te recomendamos que veas el siguiente vídeo, en donde el experto fisioterapeuta Roberto Junquera te hablará desde su experiencia y sus amplios conocimientos, sobre los factores que te indican que es necesario la intervención quirúrgica:
El tratamiento fisioterapéutico no restaura la función de los discos intervertebrales lesionados si el volumen ya se ha reducido significativamente por la fuga del núcleo pulposo. El objetivo del tratamiento es fomentar el proceso de regresión natural del disco con diferente medidas y herramientas terapéuticas, lo que consecuentemente ocasiona la reducción de los síntomas presentes.
Diferentes estudios demuestran que el movimiento y el ejercicio terapéutico es la medida conservadora más efectiva en caso de esta lesión. Mientras que el reposo y la protección es contraproducente. Las intervenciones fisioterapéuticas que tienen un alto grado de efectividad basada en la evidencia son las siguientes:
Antes de hablar sobre el tratamiento propuesto de esta visión es necesario esclarecer un poco de que trata. Siendo así, la Fisioterapia Integrativa – Fiit Concept está basada en la filosofía de la Medicina Tradicional China (Medicina Oriental, esta medicina establece que cada emoción concreta contribuye al desarrollo de una alteración de algún órgano o víscera en concreto, la presencia de esta alteración podrá repercutir negativamente en el tono muscular y sobre la biomecánica intervertebral, debido a la relación establecida por el sistema simpático y parasimpático. Adicionalmente otros factores causales muy importantes, pero poco tomados en cuenta como la nutrición y el mal manejo del estrés también contribuyen a la instauración de una disfunción visceral que finalmente genere alteraciones en el sistema musculoesquelético.
Toda esta relación la podrás ver ejemplificada en el siguiente diagrama:
Ya aclaradas las bases de nuestra visión terapéutica podemos afirmar que la hernia discal lumbar no sólo se produce por factores físicos o mecánicos (malas posturas, trabajos repetitivos, exceso de ejercicio o sedentarismo) mencionados anteriormente en el pasado artículo, sino que además puede verse influida por la presencia de estrés, alteraciones nutricionales y emocionales pueden ser los causantes.
Desde el punto de vista Fiit Concept – Fisioterapia Integrativa la hernia discal lumbar se origina como consecuencia de una disfunción visceral del riñón, la vejiga, los órganos sexuales (útero-ovarios y próstata) y del intestino, sobre todo en aquellas hernias discales lumbares que están presentes durante mucho tiempo o que son muy difíciles de tratar con los tratamientos de fisioterapia convencionales.
Desde el punto de vista Fiit Concept – Fisioterapia Integrativa la hernia discal lumbar se origina como consecuencia de una disfunción visceral del riñón, la vejiga, los órganos sexuales (útero-ovarios y próstata) y del intestino,
Cuando alguno de los órganos y vísceras mencionados anteriormente presenta una alteración en su funcionamiento, puede ocasionar de manera refleja rigidez en la zona dorsal baja, lumbar alta y pelvis, conduciendo a una zona lumbar hipermóvil e inestable que acabará en bloqueos vertebrales y desbalances musculares de la zona lumbar y pélvica, lo cual aumentará la presión sobre el disco intervertebral que consecuentemente termina por provocar el dolor característico de la hernia de disco lumbar.
Ahora bien, por un lado, una disfunción en los riñones puede producir herniaciones hacia el lado izquierdo de ciertos discos intervertebrales lumbares (L4-L5, L5-S1). Mientras una falla en el funcionamiento de la vejiga suele contribuir a la aparición de una hernia lumbar izquierda L3-L4.
Tanto el útero-ovarios como la próstata pueden provocan un aumento notable de la presión discal hacia el lado derecho (L5-S1). Finalmente, el intestino delgado origina una hernia hacia el lado derecho muy específica de la L4-L5, allí también se ve asociado el colon irritable que va a provocar una hernia hacia el lado izquierdo (L1-L2, L5-S1). Una vez aclarado esto, podemos decir que una herniación lumbar derecha es producida por la disfunción del intestino delgado y la disfunción del útero-ovarios o próstata, depende del caso. Mientras que la herniación izquierda está asociada a la disfunción visceral de riñón, vejiga y del colon irritable. Esta disfunción puede originarse por variados factores que a continuación te explicaré:
Al fin y al cabo, todos estos factores influyen negativamente en el sistema musculoesquelético a nivel lumbar, originando tensión en los músculos lumbares, rigidez en la zona dorsal baja, lumbar alta y pelvis, conduciendo a una zona hipermóvil e inestable que acaba dañando al disco intervertebral lumbar, lo que por ende ocasiona la instauración de una hernia discal derecha o izquierda con respuesta refleja ante estas disfunciones viscerales.
Si bien el ejercicio realizado para esta afección debe estar supervisado y personalizado por fisioterapeutas, existen varios de menos impacto que son compatibles con esta patología. Algunos de ellos te los mostramos en los siguientes vídeos de nuestro portal en YouTube FisioOnline.
Primero te dejaremos a continuación unos valiosos consejos por parte de un fisioterapeuta con varios estudios y años de experiencia, te brindará importante información que no sólo te ayudará a tratar adecuadamente esta lesión, sino también a prevenir su aparición:
Cómo ya hemos destacado en la información del pasado artículo, el ejercicio físico en la herramienta terapéutica más eficaz para tratar esta hernia de disco. Es por ello que en el siguiente vídeo te mostramos algunos ejercicios fáciles de realizar, pero altamente efectivos para tratar esta patología, además teniendo en cuenta el positivo efecto que tiene el automasaje en cuanto a la lumbalgia, te enseñamos como realizarlo adecuadamente:
No sólo el factor físico y mecánico puede ocasionar esta alteración de la salud del disco, además existes factores viscerales que pueden promoverla. Es por ello que te dejaremos en el vídeo a continuación un tratamiento natural para la herniación L4-L5, que ayudará a recuperar la función visceral alterada:
Al igual que la herniación L4-L5, la herniación L5-S1 es muy frecuente, para remediarlas mediante el tratamiento natural te recomendamos ver el siguiente vídeo, en donde obtendrás información acerca de los tratamientos enfocados en las disfunciones visceral que promueven la aparición de esta discopatía:
Muchos discos herniados lumbares pasan desapercibidos. En los casos sintomáticos, el pronóstico es favorable ya que la mayoría del dolor y los síntomas desaparecerán después de algunas semanas con el tratamiento conservador. Sin embargo, incluso después de un tratamiento exitoso, puede reincidir la lesión en el mismo disco intervertebral afectado o entre los cuerpos vertebrales adyacentes. Para reducir el riesgo de que esto ocurra, todos los que hayan sufrido esta patología deben entrenar regularmente sus músculos lumbares y mantener los consejos dados por el fisioterapeuta para evitar reincidencias y mantener la salud en general.
En los casos sintomáticos, el pronóstico es favorable ya que la mayoría del dolor y los síntomas desaparecerán después de algunas semanas con el tratamiento conservador.
Aunque el tratamiento quirúrgico tiene una alta tasa de éxito, la cirugía debe considerarse cuidadosamente en la mayoría de los casos. Ya que hay pacientes que la cirugía no logra proporcionarle la libertad síntomas deseada a largo plazo. Esto debido al hecho de que la intervención no eliminó la causa real del dolor o que creó nuevas causas de dolor (daños nervios o de otros tejidos). Por lo tanto, un disco herniado solo debe operarse si es urgentemente necesario, por ejemplo, porque causa parálisis. Hasta el momento, no hay forma de averiguar de antemano qué pacientes con hernias discales se benefician más de una operación de disco intervertebral.