LIPEDEMA: qué es, por qué se produce y tratamiento

LIPEDEMA: qué es, por qué se produce y tratamiento
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    Bárbara Flores
    Fisioterapeuta / Traumatología / Geriatría / Neurología

    Soy Licenciada en Fisioterapia con más de 5 años de experiencia, cuento con un diplomado en fisiología del ejercicio y patología neuromuscular. Me dedico a la atención del adulto mayor y pacientes neurológicos, asimismo, me especializo en lesiones traumatológicas y en ejercicio terapéutico. Por otra parte, también soy redactora y creadora de contenido sobre salud y bienestar.

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El lipedema es una patología que suele afectar principalmente a las mujeres y que se caracteriza por la presencia de acúmulos de grasa en las piernas y algunas veces, en los brazos. Es una patología crónica y de avance progresivo, la cual produce un aumento de volumen desproporcionado entre los miembros inferiores y el resto del cuerpo, lo que suele confundirse muchas veces con la obesidad pero nada más alejado de la realidad, ya que el lipedema no cede con ejercicios ni con un cambio en la alimentación y se relaciona más a problemas hormonales y de permeabilidad intestinal.

El lipedema suele pasar muchas veces desapercibido por un mal diagnóstico, producto del desconocimiento sobre esta enfermedad y sobre la poca información que se tiene sobre ella, además de que muchas personas ni sospechan que pueden sufrir de este problema, por eso, en este artículo vamos a dar a conocer qué es el lipedema, por qué se produce, como se puede prevenir, cómo se diagnostica y cuál es su tratamiento.

¿Qué es el lipedema?

Como mencionamos antes, el lipedema afecta a las células de grasa de las piernas, provocando que las mismas crezcan de manera acelerada y sin control, lo que produce una acumulación que se ve y se siente dura y dolorosa al tacto (principalmente en estadíos más avanzados). En ese sentido, el lipedema afecta al tejido graso subcutáneo, es decir que se produce un engrosamiento de la piel y un aumento de presión intersticial, lo que provoca un aumento de volumen y alteraciones a nivel linfático y vascular que, a su vez, produce el edema crónico, la sensación de pesadez y sensibilidad al tacto.

Es una patología casi propia de la población femenina, afectando entre el 4 y 17% de las mujeres a partir de la pubertad, sin embargo, por la poca diferenciación del lipedema con otras condiciones y/o patologías, el diagnóstico se suele realizar en estadios más avanzados, en torno a los 30 años de la paciente. Asimismo, pueden aumentar los síntomas por los cambios hormonales propios de la vida de la mujer como son el embarazo y la menopausia.

Causas del lipedema

La causa del lipedema aún es desconocida en su totalidad, sin embargo, gracias al estudio y al avance de la medicina, se han desarrollado varias hipótesis en cuánto al origen de la alteración en las células de grasa, las cuales tienden a aumentar de tamaño y a multiplicarse sin control, agrupándose en zonas que se tornan endurecidas y provocan dolor al tacto, sensación de pesadez y presión. 

Fisiopatológicamente, el lipedema se debe a trastornos hormonales, vasculares y linfáticos que afectan a la función de los adipocitos, haciéndolos crecer por una hipertrofia y retención de líquido, lo que disminuye el espacio entre ellas y el tejido subcutáneo y la piel se vuelve más dura y dolorosa. Esto a su vez, produce una sobrecarga en el sistema de drenaje y se produce un edema. Adicionalmente, el aumento de presión en el espacio intersticial provoca una fragilidad en los capilares sanguíneos, haciendo que la paciente sea más propensa a la aparición de hematomas, equimosis y telangiectasias. Dentro de las hipótesis que se manejan actualmente podemos mencionar el hipotiroidismo, la diabetes tipo II, los ovarios poliquísticos, los problemas en la permeabilidad intestinal,, el sistema inmune y alteraciones a nivel circulatorio.

Respecto a los problemas de permeabilidad intestinal se menciona que la microbiota (conjunto de bacterias ubicadas en el intestino) sufre un proceso inflamatorio y por ende, las citoquinas (proteínas que se encargan de controlar el crecimiento de las células y regulan el buen funcionamiento de las células del sistema inmune y circulatorio) pasan al torrente sanguíneo y llegan a los depósitos de las células de grasa, inflamándoles hasta diez veces más de su tamaño. El cuerpo como respuesta a esta inflamación produce más células de grasa para distribuir mejor, sin embargo, las citoquinas inflaman también las células nuevas.

Signos y síntomas del lipedema

El lipedema va manifestándose a medida que avanza la patología, por tanto, es de carácter muy progresivo y los signos clínicos no se aprecian sino hasta grados más avanzados, sin embargo, es importante tener en cuenta los síntomas y las manifestaciones para estar atentas y procurar un diagnóstico diferencial precoz.

Por la similitud en ciertos aspectos que tiene con la obesidad y el linfedema, suele resultar motivo de confusiones, es por eso que aquí te compartimos los signos y síntomas principales del lipedema para su diferenciación. 

  • Aumento de volumen: es la principal y más notoria característica del lipedema, por la inflamación y multiplicación de los adipocitos, por eso, las extremidades tienen a aumentar de tamaño y a confundirse en un principio con un aumento de grasa normal como en la obesidad.
  • Dolor y sensibilidad: es un síntoma progresivo y que suele agravarse conforme avanza la enfermedad, es por eso que al principio no suele ser intenso y se suele tomar como una simple sensación de piernas cansadas o pesadez, sin embargo, en estadíos más avanzados si puede resultar limitante porque duele al tacto y dificulta caminar e incluso al estar en reposo.
  • Fragilidad capilar: se produce por el aumento de presión intersticial, lo que comprime los pequeños capilares sanguíneos y favorece su debilidad, favoreciendo la aparición de hematomas, várices y mucha sensibilidad al tacto principalmente en muslos y pantoriilas.
  •  Bilateralidad: Afecta a ambas extremidades. Es una característica importante ya que lo diferencia del linfedema.
  • Desproporción: Ya que suele afectar a ambas extremidades y frecuentemente a las piernas, se denota una marcada desproporción entre éstas y el tronco, así como entre el tronco y los brazos (el lipedema afecta más a las piernas pero puede afectar también los brazos). Es por eso que también se diferencia de la obesidad ya que el patrón de grasa en el cuerpo es irregular.
  • Signo de la copa o Cuff: se produce porque el aumento de grasa en las piernas termina de manera directa por encima del tobillo, dejando una clara desproporción entre la pantorrilla y el pie, que suele tomar una forma de copa, de allí el nombre.
  • Almohadilla del lipedema: es otro signo que se caracteriza por la acumulación de la grasa detrás y debajo de la rodilla, dejando un aspecto de almohadilla.
  • Signo de comprensión infracondílea interna: este es positivo si al pellizcar el área se produce dolor.
  • Ausencia del signo de fóvea: aunque se suele mencionar que el lipedema es un edema graso, el mismo no conlleva una retención de líquidos importante, por lo que el signo de fóvea no se produce.
  • Celulitis suprarotuliana: se aprecia con mucha facilidad encima de las rodillas y en los muslos sin necesidad de apretar la piel, esto debido a la acumulación de células grasas en esa región.
  • Reducción de la movilidad: se produce una rigidez articular producto de la tensión en la piel y la dificultad para poder mover las piernas.

Tipos de lipedema

Existen cuatro tipos de lipedema que se clasifican según sus síntomas y se diferencian según el estadío de la enfermedad, es decir, conforme avanza el lipedema, es por eso que es muy importante estar atento al cuadro clínico de la paciente y atender a tiempo la patología para evitar que aumente la severidad y prevenir complicaciones. Para diferenciar entre cada etapa del lipedema hay que observar el estado de la piel y la presencia de signos clínicos.

  • Grado I: El aspecto de la piel es normal y la grasa se siente blanda al tacto, sin embargo pueden sentirse pequeños bultos o nódulos suaves.
  • Grado II: La piel ya se nota irregular por la presencia de bultos, éstos ya son de una consistencia más dura y la piel se nota más engrosada por el acúmulo de grasa.
  • Grado III: Hay un aumento bastante notorio en la cantidad de bultos y los mismos son duros y de diferentes tamaños, ocasionando que la piel se vea deformada y con un aspecto de piel colgante por el exceso de grasa.
  • Grado IV: Hay afectación de los tobillos y pies, producto de una combinación del lipedema con el linfedema (lipo-linfedema), lo que produce una retención de líquido por el aumento de presión. 

En todos los estadíos, el dolor es un síntoma constante y que aumenta con el avance de la enfermedad, de igual forma la sensación de pesadez y cansancio.

Ahora bien, el lipedema al ser un acúmulo de grasa de manera desproporcionada hace posible que también se identifique dependiendo de la distribución de la grasa en el inicio de la enfermedad en 5 tipos diferentes:

  • Tipo I: Afecta a las caderas, glúteos y pelvis.
  • Tipo II: Afecta desde las caderas hasta las rodillas.
  • Tipo III: Afecta desde las caderas hasta los tobillos (signo de Cuff).
  • Tipo IV A: Afecta sólo a los brazos.
  • Tipo IV B: Afecta sólo a las pantorrillas.
  • Tipo V: Afecta desde las caderas hasta los tobillos y también a los brazos.

Diagnóstico del lipedema

El diagnóstico del lipedema está basado en la historia y cuadro clínico, prestando atención a los síntomas y antecedentes del paciente durante la evaluación médica. En ese sentido, es muy importante valorar cada aspecto de la paciente como son:

  • La distribución de la grasa
  • Dolor
  • Sensibilidad al tacto
  • Edema sin fóvea
  • Engrosamientos proximales o distales en las extremidades inferiores
  • El aspecto de la piel
  • Várices y equimosis

Todo esto con el fin de descartar otras patologías que compartan las mismas características como el linfedema, la obesidad, la insuficiencia venosa crónica, insuficiencia cardíaca, insuficiencia hepática o renal y tipos de edema (cíclico idiopático y ortostático). Por otra parte, como pruebas complementarias de imagenología, se pueden realizar el ECO doppler, una linfografía, resonancia magnética, ecografía cutánea y tomografía computarizada. 

Lipedema y linfedema

Dentro de las enfermedades que suelen descartarse antes de diagnosticar el lipedema está el linfedema, esto se debe por su gran parecido en los síntomas clínicos pero que es importante conocer para diferenciar uno del otro. Antes de todo, se debe conocer que ambas patologías pueden llegar a coexistir por ejemplo en un grado IV del lipedema, donde ya hay afectación de los conductos linfáticos. 

Lo importante de conocer los síntomas de cada patología se debe a que las dos son de carácter progresivo y el diagnóstico suele tardar porque muchas personas no saben ni que padecen de eso, por eso, al momento de identificar cada enfermedad es crucial conocer sus características clínicas y buscar ayuda profesional, es por ello que te nombraremos algunas diferencias:

  • El lipedema afecta solo a mujeres, mientras que el linfedema puede aparecer en hombres también. 
  • El lipedema afecta a ambas piernas, por el contrario, el linfedema puede aparecer en una sola o ambas.
  • El edema del lipedema es graso, por consiguiente no tiene signo fóvea positivo mientras que en el linfedema es un edema como tal y este signo es positivo, además de que cede con la compresión y elevación.
  • En el lipedema es común la presencia de equimosis mientras que en el linfedema no es característico.
  • La turgencia y consistencia de la piel en el lipedema es blanda a pesar de los nódulos que se puedan encontrar, sin embargo, en el linfedema la piel se encuentra firme y con volumen.
  • El lipedema es doloroso y sensible a la palpación  mientras que el linfedema no.
  • En el lipedema no es frecuente que se produzcan infecciones pero en el linfedema si es una gran posibilidad.

Tratamiento para el lipedema

El tratamiento para el lipedema puede ser tanto conservador como quirúrgico:

  • Tratamiento conservado: enfocado a aliviar los síntomas, disminuir el dolor y mejorar la calidad de vida de la paciente, es por eso que se realiza con un equipo multidisciplinario, es decir, profesionales de la fisioterapia, nutrición y psicología. Por su parte, dentro del abordaje fisioterapéutico es más paliativo y se basa en el uso de medias de compresión linfática y técnicas de terapia manual como el drenaje linfático, además de otras técnicas y estrategias terapéuticas. Por otra parte, también se indican ejercicios de bajo impacto, especialmente en piscina. Este tratamiento se puede realizar antes o después de una cirugía.
  • Tratamiento quirúrgico: Se realiza una liposucción WAL (Water-Jet Assisted Liposuction), es decir, asistida por agua, para eliminar la grasa y disminuir la presión ocasionada sobre los tejidos. Requiere de apoyo fisioterapéutico pre y post-opertario.

Cómo es el pronóstico del lipedema

Dentro de las posibles complicaciones del lipedema, debemos mencionar que a pesar de realizarse una cirugía y extraer las células de grasa patológica ( aunque éstas no van a volver a crecer porque fueron eliminadas) si es posible que los factores que ocasionan la inflamación e hipertrofia de los adipocitos afecten nuevas células. Sin embargo, con la recuperación post cirugía y sesiones de fisioterapia programadas se puede llevar un control y estar atentos para evitar la progresión. Otro punto importante es mencionar que si la cirugía  no se hace con profesionales puede acabar en complicaciones como un tromboembolismo pulmonar, embolias grasas, necrosis cutáneas, seromas masivos, linfangitis e incluso provocar un linfedema yatrógeno.

Mitos y verdades sobre el lipedema

Existen muchas falsas creencias respecto al lipedema que en muchas ocasiones generan en la paciente malestar emocional por no conocer realmente lo que padece, al punto de generar problemas de autoestima e inseguridad por el cambio físico y ansiedad al no encontrar una ayuda concreta.

Entre los principales mitos que rodean al lipedema, destacan:

  • Es una grasa que se baja con dieta y ejercicio: como mencionamos, no es un problema de obesidad por lo que el someterse a múltiples regímenes alimenticios y de ejercicio, no garantiza ningún tipo de cambio en las acumulación de la grasa patológica.
  • El lipedema solo lo sufren las mujeres obesas: el lipedema se debe a una afectación hormonal por lo que puede aparecer en cualquier mujer, ya sea delgada o de bajo peso (no tiene nada que ver con exceso de peso) y ciertamente, tiene un factor genético.
  • El tratamiento es únicamente quirúrgico: el objetivo principal del tratamiento es mejorar los síntomas y evitar que el lipedema avance, por tanto, el diagnóstico precoz es lo mejor para iniciar lo más pronto posible un tratamiento conservador y en dado caso, la cirugía está indicada en los casos en que na haya una mejoría.

Referencias Bibliográficas

  • Limfacall [internet]. España: Asociación Catalana de Afectados de Linfedema y Lipedema [internet]. [citado el 30 de Agosto de 2022]. Disponible en: Limfacall
  • Nicolás Pereira C. Lipedema: más que un problema de “piernas gordas”. Actualización en la fisiopatología, diagnóstico y tratamiento quirúrgico. Rev. cir [internet]. 2021 Junio [citado el 30 de Agosto de 2022]; 73 (3). Disponible en: Articulo web
  • Redacción CuídatePlus. Lipedema. Cuidateplus [internet]. 2021 Marzo [citado el 30 de Agosto de 2022]. Disponible en: CuidatePlus
  • LipeMedical [internet]. Madrid: Lipe Medical. [Citado el 30 de Agosto de 2022]. Disponible en: LipeMedical
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