¿Por qué tengo relaciones sexuales dolorosas?

¿Por qué tengo relaciones sexuales dolorosas?
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En la actualidad muchas mujeres sienten dolor durante las relaciones sexuales y la mayoría de ellas no piden ayuda, esto es un problema ya que no va a permitir a la mujer relacionarse correctamente y va a afectar de manera importante su autoestima.

El sexo debe resultar placentero, además, genera importantes beneficios para la mente, ayuda a la liberación de ciertas hormonas (1), aumentar la relajación, la capacidad física, y a reducir el riesgo de ciertas enfermedades cardiovasculares, pero si el sexo no es placentero sino que es doloroso, no se producen estos beneficios y se convierten en relaciones sexuales no normales, por ello hay que buscar el origen y tratarlo correctamente.

Causas de la dispareunia

Dispareunia es el término técnico con el que se determinan las relaciones sexuales dolorosas y hay que buscar el origen, algunas de las causas dispareunia son:

Infección vagina

Las infecciones, bien sean producidas por hongos, (enfermedades micóticas) o bacterianas pueden no producir graves síntomas, quizás algo de malestar general, como si se tratase de un catarro o algo de escozor al orinar, pero en algunos casos la mucosa de la vagina está inflamada y la fricción con el pene resulta dolorosa, en este caso tratando la infección conseguiremos remitir la disapenuria.

Irritación vaginal

Muchas situaciones y especialmente muchos productos que hay en el mercado pueden irritar el tejido que recubre la vagina. Usar tampones durante más de cuatro horas seguidas o llevar compresas o protege-slip cuando no se tiene la regla (algunas mujeres lo utilizan como “protección” puesto que empiezan a tener pérdidas de orina.

Para conseguir eliminar el dolo en este caso es necesario identificar el agente irritante y evitarlo en la medida de lo posible.

Sequedad vaginal

Cuando la mujer presenta excitación sexual las paredes de la vagina segregan una mucosidad para que esté lubricada y así las relaciones sexuales sean placenteras, cuando esta lubricación no se produce correctamente (por nervios, falta de preliminares, edad avanzada ya que disminuyen los niveles de estrógenos, o cualquier otra razón) las relaciones queden resultar dolorosas.

En este caso hay que buscar el origen principal de la falta de lubricación y buscar el tratamiento adecuado bien mediante un tratamiento psicológico, hablando con su pareja para normalizar su relación con respecto al sexo y/o con el uso de lubricante.

Tensión vaginal

Ocurre cuando la mujer se siente tensa en las relaciones sexuales y no puede relajar los músculos de las paredes de la vagina, puede ocurrir incluso cuando hay una correcta lubricación. Esto es habitual en mujeres jóvenes, las primeras relaciones cuando el himen no está suficientemente abierto, en este caso el problema suele desaparecer con el tiempo.

Vaginismo

En el vaginismo se producen espasmos muy fuertes de los músculos de la pared vaginal, lo que hace que la penetración sea muy dolorosa o imposible, a menudo además estas mujeres tienen también problemas y/o dolores con el uso de tampones y en las exploraciones ginecológicas. Se trata de un problema complicado ya que habitualmente se debe a algún trauma psicológico relacionado con la penetración o relaciones sexuales.

El tratamiento habitual consiste en el uso de dilatadores vaginales para aumentar el espacio de manera progresiva, cada mujer deberá seguir un ritmo diferente, además, este tratamiento deberá apoyarse con el tratamiento psicológico pertinente para normalizar la relación de cada mujer con su sexo.

Vulvodinia

Se trata de una alteración nerviosa que produce dolor, escozor y/o alteraciones sensitivas en el área genital (incluye la apertura vaginal, los labios y el clítoris) es una situación que tiende a la cronicidad y con muy difícil tratamiento, en ocasiones hay que desensibilizar el nervio, pero hay una alta tasa de tratamientos sin éxito.

Enfermedades de transmisión sexual

Existen numerosas enfermedades de transmisión sexual (VIH, clamidia, hepatitis B…) y además de presentar otros síntomas, algunas, cursan también con dolor en la zona genital como el herpes genital o la gonorrea, entre otros.

Lo mejor ante estas enfermedades es protegerse evitando las técnicas sexuales de riesgo y utilizando el preservativo, incluso en épocas tempranas de una relación estable. También se deben realizar análisis periódicos y estar atento ante cualquier posible síntoma. En caso de haber sido infectado no debes de sentirte culpable, debes de acudir a tu médico y consultarle en ligar de evitar la situación ya que la mayoría de las ETSs tienen tratamiento si se comienzan a tratar en etapas iniciales.

Enfermedad inflamatoria crónica

Esta situación abarca cualquier infección en los órganos reproductores (2), es decir, además de la vagina puede afectar otros órganos como el útero, los ovarios o las trompas de Falopio.

Los síntomas son iguales que los de cualquier infección vaginal pero con frecuencia son mucho más intensos. Esta enfermedad puede ser peligrosa pudiendo producir situaciones como una infección que se extiende o generaliza en el cuerpo o dando lugar a una infertilidad.

Otras causas de dolor

Penetraciones bruscas o muy profundas pueden causar dolor al mantener relaciones, de igual manera también puede generar ese dolor situaciones como el estreñimiento, complicaciones en el parto, abortos mal practicados, quistes ováricos, violaciones, histerectomía…

¿Qué debo hacer?

Como hemos visto las causas de las relaciones sexuales dolorosas son muy variadas por lo que debemos consultar a un especialista, habitualmente el médico de cabecera que nos derivará al ginecólogo, aunque puede ser interesante la opinión de otros profesionales como la matrona o un fisioterapeuta especializado (3) en el tratamiento de las alteraciones del suelo pélvico, el especialista que visitemos deberá buscar y conocer la causa para lograr una mejora definitiva de las causas ya que las relaciones sexuales son una importante parte de nuestra vida y deben de resultar placenteras, no dolorosas.

Referencias Bibliográficas

  1. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1877575617303464?via%3Dihub
  2. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4380910/
  3. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0301051113002147?via%3Dihub
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