¿Por qué el vértigo no mejora después de 9 meses?

Los vértigos tienen un origen multifactorial, por lo que frecuentemente ocurre que una persona con vértigos vaya de un especialista a otro sin conseguir alivio a sus síntomas, si ya tenemos descartados medicamente factores neurológicos hay que considerar el vínculo que existe entre el vértigo, la columna cervical y la vesícula biliar.

Para entender este vínculo es necesario entender que las disfunciones viscerales pueden repercutir a nivel musculoesquelético y afectar el riego sanguíneo de importantes órganos como el oído interno y el cerebelo desencadenando el vértigo. La disfunción de la vesícula biliar (asociada a los vértigos y mareos) tiene cuatro puntos que influyen en su origen: el carácter, el estrés, la alimentación o la emoción que repercute en la vesícula biliar. Esta disfunción se ve reflejada en la zona dorsal alta que desestabiliza la biomecánica cervical y la región sub-occipital haciendo que haya bloqueos de las dos primeras vértebras cervicales por donde discurren las arterias vertebrales disminuyendo así el riego sanguíneo hacia el cerebelo (provocando inestabilidad y mareo) y oído interno (provocando crisis de vértigo).

Teniendo en cuenta estos factores causales, sumamente frecuentes pero poco tomados en cuenta, es necesario tratar desde la fisioterapia integrativa el origen de la disfunción visceral mediante actividades que disminuyan el estrés (ejercicios aeróbicos), técnicas de manejo de las emociones (disgustos familiares, amargura, traumas de la infancia) que afectan a la vesícula biliar con acompañamiento de un psicólogo y uso de plantas medicinales, reducir el consumo de alimentos como fritos, café bebidas de cola o chocolates resultan (altamente nocivos para la vesícula biliar), así como también es necesario la intervención de un osteópata o fisioterapeuta que trate los síntomas musculoesqueléticos originados por disfunción visceral mediante manipulaciones en la zona dorsal, cervical y sub-occipital.