La leche es el último alimento que el ser humano ha incluido en su dieta, hace poco más de 7-8 mil años, y no estamos ni por mucho menos adaptados a ella. Es por eso que genera intolerancia en muchísimas personas y otras muchas que no lo saben.
Argumentos en contra de la leche
A continuación os explicamos las razones por las cuales la leche y sus derivados están implicados en numerosos problemas de salud:
¾ partes de la raza humana no toma leche
En Oriente no les ha gustado nunca el tomar la leche de otro animal, y sin embargo, sobreviven y no tienen problemas de salud. Paradójicamente, en Oriente tienen unos niveles de osteoporosis inferiores a aquellos países donde se toma gran cantidad de lácteos.
El ser humano toma leche desde hace sólo 7000 años
A partir del pastoreo de animales se descubrió que algunos daban leche y que al consumirla quitaba un poco el hambre, por lo tanto, fue imprescindible durante 2 billones de años.
Sus componentes generan gran cantidad de problemas
La proteína de la leche, que se llama caseína, provoca múltiples alteraciones intestinales (debido a que se digiere mal porque neutraliza a los ácidos estomacales y acaba alterando a la membrana intestinal), problemas autoinmunes (estimula procesos artríticos y enfermedades autoinmunes de la piel y de los huesos), bronquitis, sinusitis…
La grasa de la leche es el alimento que más cantidad de colesterol tiene. Aunque consumas leche semi-desnatada o desnatada, no eliminas el ácido araquinódico (precursor de las prostaglandinas, de la inflamación).
El azúcar de la leche, la lactosa, suele digerirse muy mal ya que gran cantidad de la población adulta pierde la enzima que digiere éste tipo de azúcar.
El calcio de la leche no se asimila bien a nivel intestinal porque está en mala proporción con respecto al fósforo y al magnesio, por lo que los huesos no lo captan bien. Esto es un gran problema, porque al no asimilarlo, el cuerpo debe hacer un esfuerzo por eliminar este mineral, generando gran cantidad de calcificaciones (en los riñones, en los tendones, en las articulaciones…).
Grupos sanguíneos y la leche
Los únicos que toleran bien la leche son el grupo sanguíneo B y AB, los más modernos, los que más se han adaptado al consumo de lácteos en los últimos 7000 años ya que estos grupos sanguíneos son mutaciones genéticas que se han ido produciendo en los últimos años –el grupo AB apenas hace 1000 años.
El resto de los grupos sanguíneos –el A y el O, que corresponden prácticamente al 70% de la población mundial– no toleran bien la leche (sobre todo si son personas muy morenas).
Por lo que está clarísimo, el consumo de leche, sólo te va a traer perjurios para tu salud.
Si quieres ampliar tus conocimientos acerca de los lácteos te invito a leer el siguiente artículo: ¿Es bueno tomar lácteos para nuestro sistema músculo-esquelético?