Los pies son los pilares de nuestro cuerpo, elementos complejos formados por huesos, músculos, tendones y otros tejidos blandos. Es un órgano totalmente adaptado para realizar infinidad de actividades y movimientos, además de tener una importantísima función como es la marcha y el equilibrio corporal.
Con el paso de los años, el organismo va sufriendo las consecuencias del desgate físico. Una de las partes más afectadas son los pies, que durante toda la vida soportan el peso de nuestro cuerpo, y a los cuales les prestamos muy poca atención. Aunque la patología del pie geriátrico es muy amplia y en la mayoría de las ocasiones el pie sufre más de una alteración (sobre todo en mujeres), podríamos dividirlas según vienen dadas por alteraciones vasculares y articulares, producidas por enfermedades congénitas, o asociadas al propio envejecimiento o al estrés.
Es este articulo trataremos las dolencias o lesiones más comunes, para posteriormente hablar de su prevención, y tener así mejor calidad de vida.
Alteraciones de las uñas
El envejecimiento conlleva cambios ungueales, donde las uñas se vuelven más duras, secas y quebradizas. Básicamente las alteraciones que afectan a las uña son: onicogrifosis, onicocriptosis, onicomicosis y paroniquia.
- La onicogrifosis es el aumento exagerado del grosor de las uñas. Suele producir malestar y dolor, dificultando la deambulación en algunos casos.
- La onicocriptosis también llamada uña encarnada, es aquella afección en la que la uña se clava por debajo de la piel. Es uno de los trastornos más comunes en la población en general y en la anciana en particular, y se asocian a un corte inapropiado de la uña o a una hiperpresión producida por el calzado.
- La onicomicosis es la infección fúngica de la uña.
- La paroniquia es la inflamación de uno o ambos pliegues ungueales habitualmente causada por una infección, como puede ser la causa de onicocriptosis. Los signos de inflamación incluyen eritema, edema y un posible aumento de la temperatura local.
Alteraciones digitales
En este apartado trataremos dos alteraciones bastantes frecuentes en las personas de avanzada edad.
- En primer lugar encontramos el Hallux valgus, más conocido como “juanete”. Se produce por desviación del primer dedo hacia fuera, con orientación del primer metatarsiano hacia dentro, que modifica la orientación del resto de dedos a medida que se agrava el proceso. Su origen puede hallarse en factores hereditarios, reumatismo inflamatorio o afecciones podológicas tales como pies planos y pies cavos, o el uso de un calzado inadecuado con puntera estrecha. El síntoma más característico es el dolor sobre el hueso:
La fisioterapia puede contribuir de manera muy beneficiosa al alivio de los síntomas del hallux valgus o comunmente conocido como "juanete". Para ello, la fisioterapia os brinda las siguientes técnicas de tratamiento:
- En presencia de un hallux valgus es importante realizar movilizaciones pasivas (es decir, realizadas por el terapeuta) para mejorar la movilidad de la zona y movilizaciones activas (hechas por el paciente) que permitan activar la musculatura propia del pie.
- Masajes para aliviar el dolor y las molestias ocasionadas por el hallux valgus.
- Realizar una reeducación de la marcha que permite al paciente realizar el apoyo de manera adecuada y sin causar molestias en la zona.
Para conocer de manera más detallada acerca del hallux valgus o juanete, os compartimos un enlace en donde encontrarás información más amplia sobre esta afectación: Hallux Valgus o juanete. Tratamiento en fisioterapia.
- El dedo en martillo es otra alteración de gran incidencia en los ancianos. En esta, la parte final del dedo del pie se dobla hacia abajo en una deformidad similar a una garra. Es causado de forma secundaria por otras alteraciones de mayor importancia, como el Hallux valgus o el pie cavo. También es más probable en mujeres que usan zapatos que no se ajusten bien o que usan tacones altos: Dedo en martillo. Todas sus causas y tratamiento.
La fisioterapia puede actuar en el tratamiento del dedo en martillo por medio de diversas técnicas y herramientas, como por ejemplo:
- Termoterapia
- Estiramientos y movilizaciones.
- Electroterapia.
- Masoterapia.
- Ejercicios específicos para este tipos de lesión.
Todas estas técnicas y herramientas en conjunto, contribuirán a disminuir lo síntomas que se presentan cuando se produce un dedo en martillo, entre esos, el dolor. Además, al disminuir estas sintomatologías mejora el estado anímico del paciente y su actitud hacia la lesión, pero sobre todo, indudablemente su calidad de vida se ve beneficiada.
Alteraciones de la piel
Las alteraciones descritas a continuación pueden ser acumulativas sobre el pie del anciano, creando dolor, pérdida de movilidad y una discapacidad funcional que acaba afectando a su calidad de vida y su capacidad para andar.
Afectando a la piel directamente es donde más alteraciones encontramos.
- La piel se va a volver más seca, poco elástica, fría y con abundantes hiperqueratosis. La hiperqueratosis es el aumento de grosor de la capa córnea en zonas sometidas a presión y/o rozamiento, y causa dolor. Las zonas más sensibles para la aparición de hiperqueratosis son la zona metatarsal y el talón.
- Las grietas son alteraciones dermatológicas debidas a una sequedad excesiva de la piel. Frecuentemente aparecen en los talones, pudiendo ser sumamente dolorosos, al tiempo que también pueden ser fuente de infección.
- La hiperhidrosis es una enfermedad caracterizada por una excesiva producción de sudor en uno o varios niveles del cuerpo, de forma crónica. A menudo es evidente entre los dedos la piel blanca, macerada y pastosa.
- La bromhidrosis es el mal olor corporal, usualmente asociado a la hipersudoración. Cuando es intenso puede llegar a constituir un problema de salud.
El tratamiento de la hiperhidrosis y de la bromhidrosis debe concentrarse en primer lugar en la disminución del sudor. Deben tomarse medidas preventivas, como no usar zapatos cerrados, y usar polvos absorbentes. Si es necesario consultar con un médico para la receta de algún tratamiento especifico.
- Pie de atleta: enfermedad del pie producida por un hongo, y cuyos síntomas son enrojecimiento, vesículas y grietas entre los dedos.
Alteraciones asociadas al envejecimiento
Además de todas las anteriores, hay alteraciones que se dan simplemente por el paso del tiempo, y el deterioro físico y mental de la persona.
Se produce una pérdida de movilidad y elasticidad muscular, lo que ocasiona la rigidez de las estructuras como tendones y ligamentos. Debido a ello la longitud del paso disminuye junto con el ritmo y la velocidad, aumenta el ancho de la zona de apoyo, y aumenta el tiempo que permanece con los dos pies apoyados a la misma vez sobre el suelo.
Debido a la atrofia muscular, muy evidente en los músculos que forman la bóveda plantar, se que produce el hundimiento del pie (pie plano).
Finalmente, es muy común encontrar pacientes que padecen diabetes o problemas vasculares, por lo que aumenta el riesgo de úlceras y la consiguiente complicación del tratamiento al no percibir presiones dañinas que le puedan provocar un zapato inadecuado, cambios bruscos de temperatura u objetos extraños que le provoquen heridas.
Si queréis saber una serie de consejos para evitar la aparición o el agravamiento de estas lesiones os dejamos el siguiente artículo: Consejos para el cuidado del pie geriatrico