La cirugía puede ser una alternativa terapéutica tanto para pacientes con deformidades leves, como para pacientes con deformidades agravadas. En la actualidad, los médicos ofrecen variedad de alternativas quirúrgicas, la selección de la más adecuada dependerá de las características específicas de cada caso. Conoce algunas de las técnicas más usadas a continuación:
La deformidad de los dedos en garra caracterizada por la flexión dorsal sostenida de la articulación metatarsofalángica y una flexión plantar mantenida de las articulaciones interfalángicas proximal y distal, no suele ser operada en todos los casos. Es más, el abordaje quirúrgico sólo se considera una opción en casos muy agravados o después de un abordaje terapéutico conservador infructuoso. Los casos que son candidatos para el tratamiento quirúrgico son:
- Pacientes con al menos 6 meses de tratamiento conservador, que aún presenten dolor o notables molestias y que no haya tenido los resultados esperados.
- Pacientes con notable dolor, que les impida la realización de sus actividades de la vida diaria.
- Pacientes con articulaciones rígidas, en los que las articulaciones no pueden ser corregidas ni activa ni pasivamente.
- Pacientes que además de presentar dedos en garra, presentar otras afecciones como hallux valgus, callos dolorosos o espolones calcáneos.
- Pacientes con múltiples callosidades y ampollas.
En casos muy raros, los huesos de los dedos de los pies pueden salirse de la articulación metatarsofalángica, lo que hace inevitable una operación. También está disponible la opción quirúrgica para aquellos pacientes que presentan molestias de naturaleza puramente cosmética o estética.
El objetivo del tratamiento quirúrgico es restaurar en la medida de lo posible la función del dedo o dedos del pie afectados y eliminar los puntos de presión dolorosos. Los procedimientos quirúrgicos actualmente se realizan de manera ambulatoria, esto quiere decir que una vez el cirujano realice la corrección y usted haya pasado la recuperación posoperatoria, se le da el alta. La mayoría de los procedimientos suelen durar máximo dos horas, esto varía dependiendo de la gravedad de la deformación, la cantidad de dedos comprometidos y las deformidades acompañantes.
El objetivo del tratamiento quirúrgico es restaurar en gran medida la función del dedo o dedos del pie afectados y eliminar los puntos de presión dolorosos..."
Si la desalineación no es tan grave, la reubicación quirúrgica de los tendones extensores largos podría resultar suficiente. Si la deformidad ha existido durante mucho tiempo y los dedos de los pies se han deformado gravemente, el cirujano puede que necesite extirpar partes de los huesos del dedo (cabeza de la falange media o hueso metatarsiano) para poder enderezar los dedos o realizar una fusión en las articulaciones comprometidas. Esto puede aliviar los puntos de presión y los callos y permitir que estos sanen.
Los métodos de una operación de dedo en garra son múltiples y pueden variar desde intervenciones quirúrgicas solamente a tendones o hasta operaciones que involucren la intervención de articulaciones y huesos. El abordaje quirúrgico lo decide el médico, dependiendo de los hallazgos encontrados en un examen clínico previo, la técnica utilizada es muy diferente en deformidades rígidas que las usadas en las deformidades flexibles. Los abordajes quirúrgicos suelen ser dos: digital plantar (o sea, que la incisión la realizan debajo de los dedos) y digital dorsal (lo que significa que la incisión la realizan sobre el dedo), sin embargo, las técnicas quirúrgicas son muy variables. En caso de articulaciones móviles o flexibles las técnicas quirúrgicas más comúnmente usadas por los cirujanos son:
- Corrección quirúrgica mediante la redirección del tendón flexor: el médico corrige la postura anómala desplazando el tendón flexor largo sobre el tendón extensor del dedo, provocando así una posición recta en la articulación interfalángica base cuando se activa el músculo. La región operada se inmoviliza durante 2 semanas aproximadamente.
Ahora bien, en caso de articulaciones inmóviles o rígidas las técnicas quirúrgicas más comúnmente usadas por los cirujanos son:
- Resección articular: el método quirúrgico más utilizado es la técnica de Hohmann, en la que el cirujano quita el extremo de uno de los huesos y estira el tendón flexor acortado para que el dedo del pie pueda extenderse por completo. Seguidamente estabiliza el dedo con alambres que atraviesan las articulaciones corregidas, estos alambres suelen ser retirados después de 2 semanas aproximadamente, para lograr que dedo quede recto durante el proceso de curación.
- Artrodesis de las articulaciones interfalángicas: esta técnica implica que el cirujano corta ligamentos y tendones y retira la articulación media y distal del dedo en garra, para seguidamente estabilizar el área con un alambre, que contribuirá a la formación de un tejido que reemplazará la articulación. Este alambre recto sobresale de la punta del dedo, pero no se preocupe, será retirado por el médico después de 3-4 semanas de la cirugía.
Dado que la operación suele ser ambulatoria en la mayoría de los casos, generalmente el médico le indica irse a casa después de la operación. Pero allí no culmina el tratamiento, posterior a la intervención el médico seguirá un abordaje terapéutico de seguimiento en donde le retirará el material de osteosíntesis usado, bien sea ganchos o alambres (de ser el caso) así como también las suturas aplicadas. Posterior a ello, sería ideal iniciar un proceso de rehabilitación desde la fisioterapia, para evitar las complicaciones y lograr la recuperación completa de las funciones de las articulaciones intervenidas.