El ligamento cruzado posterior es en conjunto con el ligamento cruzado anterior estructuras importantes para la estabilidad de la rodilla. Su lesión por rotura requiere de una intervención quirúrgica en ciertas ocasiones, en este vídeo te explicamos de una forma sencilla cómo se lleva a cabo la cirugía por rotura del ligamento cruzado posterior.
¿Cuáles son las características del ligamento cruzado posterior (LCP)?
La rotura del ligamento cruzado posterior es poco frecuente, la misma puede estar ocasionada por un traumatismo sobre la tibia, caídas o lesiones deportivas, a diferencia del ligamento cruzado anterior este ligamento puede cicatrizar parcialmente en algunos casos.
"La rotura del ligamento cruzado posterior es poco frecuente."
Esta cirugía se recomienda en pacientes jóvenes cuando hay una rotura total del ligamento, adicional a un desplazamiento posterior la tibia por encima de los 8-10 milímetros. Aunque esta lesión no produce gran inestabilidad en la rodilla puede deteriorarse con el paso del tiempo.
¿En qué consiste la cirugía de la rotura del ligamento cruzado posterior (LCP)?
La técnica realmente consiste en la reconstrucción del ligamento mediante el injerto con un tendón del paciente bien sea del tendón rotuliano o de los isquiotibiales o un aloinjerto del banco de tejidos como del tendón de Aquiles o del tibial anterior a manera de reproducir la anatomía de este ligamento lesionado.
Es bastante relevante en la aplicación de la técnica la posición en la que ubique el ligamento, la tensión que se le dé al mismo y la experiencia del cirujano para realizar dicha intervención.
¿Cómo se realiza la cirugía de la rotura del ligamento cruzado posterior (LCP)?
Lo inicial es ubicar el punto de inserción femoral y tibial a nivel posterior, al tenerlos localizados se inicia haciendo una tunelización a nivel de la inserción femoral para introducir a través de él el tendón adquirido del paciente para que se integre con el hueso. Posteriormente se realiza el túnel en la inserción tibial donde se introducirá el tendón. La fijación del tendón se puede realizar con múltiples métodos pero uno de ellos son los tornillos interferenciales que se integran con el hueso y comprimen la pastilla ósea con el túnel de manera que queda perfectamente fijado a presión en esa zona tanto a nivel femoral como tibial.
Para esta cirugía se hace necesaria la aplicación de anestesia espinal y un tiempo aproximado de 120 minutos, de igual forma el paciente puede ser ingresado uno o dos días en el centro hospitalario.
El periodo postoperatorio en descarga inicia aproximadamente entre la 2-3 semanas, además la utilización de rodillera articulada especial y las muletas se hace necesario por unas 6-8 semanas. El tiempo de recuperación es relativamente largo por lo que es de entender que la mejoría se podrá notar poco a poco.