El nervio ciático es uno de los nervios más importantes del cuerpo (1) convirtiéndose en el nervio más largo de la pierna y el más grueso del cuerpo.
Es un nervio que se afecta frecuentemente, bien generándose una ciática, que es una afectación del nervio en su salida de la columna vertebral por acción de una hernia discal, pero también con una ciatalgia (dolor en el área del nervio ciático) que es la afectación del nervio ciático, habitualmente al pasar junto o atravesar el músculo piramidal. En ocasiones se le llama también falsa ciática o diagnostica erróneamente como ciática.
Los nervios, al igual que otras estructuras se afectan y pierden flexibilidad tras un tiempo de inmovilización, o también si las estructuras vecinas (músculos, fascias, ligamentos…) se afectan van a dificultar el correcto funcionamiento del nervio.
Para realizar estos ejercicios es importante tener en cuenta la intensidad o tensión que se le debe aplicar al nervio (2) ya que si es mucho no va a ser beneficioso para el tratamiento, pero también es importante hacer los movimientos rítmicos ya que de esta forma vamos a poder conseguir de una mejor manera la flexibilización del nervio, pero de manera indirecta también vamos a conseguir la flexibilización de las estructuras vecinas. Ese es un factor importante que debemos tener en cuenta, siempre que se lesiona una estructura debemos tener en cuenta el nervio cercano y cuando se lesiona un nervio hay que valorar las estructuras vecinas.
Para realizar este ejercicio debemos colocarnos boca arriba en cualquier superficie plana en donde tengamos un apoyo vertical donde colocar nuestras piernas, como por ejemplo una pared.
Para aumentar la tensión, nos acercamos más al apoyo que hayamos escogido y estiramos, para disminuir nos alejamos.
Es importante mantener la rodilla estirada y el pie en flexión ligeramente para mantener una tensión media y una vez en esta posición, haremos uso de la cincha pasándola por nuestro pie y tomando ambos extremos con nuestras manos y procedemos a aumentar la tensión en nuestro pie durante unos 3 segundos y disminuimos de nuevo la tensión. De esta manera, movilizamos nuestro nervio ciático para brindarle mayor flexibilidad (3) y a su vez, ser menos propensos a presentar lesiones y para que se encuentre más nutrido y sano.
Para volver este ejercicio más global y dinámico, aumentamos la tensión en el pie y aumentamos la tensión en nuestra cabeza realizando una flexión de cuello, mantenemos unos segundos y relajamos nuevamente.
Si invertimos diariamente unos minutos de nuestro tiempo para realizar este ejercicio con constancia, al paso de un tiempo notarás una mejoría y además, estarás evitando desarrollar posibles lesiones de este nervio.
(1)https://sci-hub.se/10.1016/j.radcr.2017.06.010
(2)https://sci-hub.se/10.1016/j.jbmt.2016.02.012
(3)https://sci-hub.se/10.1016/j.jcm.2013.10.007