Fisioterapia en el cólico del lactante

Fisioterapia en el cólico del lactante
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El cólico del lactante es uno de los trastornos más consultados por los padres en las consultas de pediatría y de fisioterapia pediátrica, dada la desesperación que provoca tanto al bebé que lo sufre, como a los padres, que no saben cómo actuar ante estos episodios.

Durante muchos años se ha obviado este problema y se ha considera algo “normal” de la crianza y variable según el bebé. Actualmente, se considera como un cuadro patológico de diferentes causas posibles, y se intenta abordar desde diferentes prismas sanitarios, con tal de paliar los síntomas actuales, como posibles repercusiones futuras.

Los fisioterapeutas, como profesionales sanitarios, pueden utilizar diferentes tratamientos no invasivos y naturales para el abordaje de esta alteración.

Introducción: ¿qué es el cólico del lactante?

El cólico del lactante es un trastorno benigno que no comporta un riesgo vital para el bebé y que es frecuente (10-40% de los niños lo padece) en los menores de seis meses. Se compone por un conjunto de signos que pueden resultar muy molestos para los bebés y para los cuidadores. (1,2,3,4,5)

Se suele caracterizar por un llanto inconsolable, además de otras manifestaciones clínicas que veremos a continuación, que puede durar hasta más de 3 horas y que sucede diariamente a la misma hora,  sobre todo por la tarde-noche. Este cuadro suele durar como mínimo 3 semanas y es habitual que se resuelva espontáneamente conforme el menor vaya creciendo. (1,2,3,4,5)

Fig 1: Llanto típico en el cólico del lactante. Fuente: www.okdiario.com

El cólico del lactante suele aparecer normalmente, a partir de las 3 semanas de vida y tiende a aumentar en la sexta semana; suele resolverse en torno a los tres meses de vida hasta los seis meses; estos valores son orientativos a modo de diagnóstico y pueden variar de un bebé a otro. (1,2,3,4,5)

A pesar de que la lactancia materna (si se realiza adecuadamente), puede reducir su aparición, se observa este trastorno tanto en niños amantados como alimentados en leche de fórmula. (1,2,3,4,5)

Como ya se ha mencionado anteriormente, este cuadro, habitualmente desaparece de manera natural, por lo que en principio no es algo preocupante, ya que no suele haber secuelas a largo plazo. A pesar de ello, cabe destacar que, se ha demostrado que en algunos niños, pueden desencadenar a la larga, trastornos conductuales, del sueño y episodios de dolor abdominal reiterado a partir de los 3 años. (1,2,3,4,5)

El cólico del lactante suele producir ansiedad en los padres y falta de seguridad de su capacidad del cuidado infantil, por lo que se hace necesario,  aclarar en qué consiste,  las causas que lo provocan, ofrecer técnicas terapéuticas que alivien los síntomas y dar pautas para abordar el cuadro. (1,2,3,4,5)

Manifestaciones clínicas y diagnóstico

No existe ninguna prueba para diagnosticar el cólico del lactante, por lo que suele hacerse en base a los signos clínicos que los bebés presenten. 

Como ya se ha mencionado anteriormente, el llanto intenso e inconsolable es lo más evidente; suele aparecer tras la alimentación y empeorar a lo largo del día, aunque es más frecuente en la tarde-noche. El llanto suele terminar cuando el bebé queda exhausto o cuando defeca y/o expulsa gases, volviendo a un aspecto natural y tranquilo. (3,5)
Además del llanto, suele ir acompañado de otros signos y síntomas como:

Fig 2: Ejemplo de las alteraciones caporales en el cólico del lactante. Fuente: www.gorobelfisioterapia.es

  • Alteraciones corporales: enrojecimiento facial (la boca puede estar emblanquecida), abdomen distendido y tenso, movimientos incesantes de las piernas con flexión hacia al abdomen, piernas con temperatura diferente al resto del cuerpo, expresiones de dolor (ceño fruncido), puños apretados y arqueo de la espalda entre otros. (3,5)
  • Alteraciones conductuales: inquietud, malestar, irritabilidad, agitación, alteraciones del sueño. (3,5)
  • Vómitos o regurgitaciones: las regurgitaciones es algo completamente natural en el lactante, es signo de que tiene el estómago lleno, por lo que expulsa lo que le “sobra”; en caso de que aparezcan con frecuencia y con mucha cantidad, puede ser indicativo de excesivo consumo de leche pero pobre en calorías (motivo del cólico). Los vómitos o regurgitaciones suelen ser de color blanco o transparente, si existiera algún cambio de coloración a amarillo-verdoso, no se debe considerar como algo asociado al cólico, ya que puede ser indicativo de otra alteración digestiva diferente. (3,5)
  • Gases: es importante valorar la frecuencia y el tipo de gases y eructos que tiene el bebé, ya que si son frecuentes y abundantes, es indicativo de un exceso de gases abdominales debido a la gran cantidad de hidrogeno absorbida en las tomas, provocando esa distensión abdominal y dolor típicas del cólico del lactante. (3,5)
  • Alteración de las heces: las heces en los lactantes suelen ser de color amarillento y de consistencia grumosas o pastosas; en caso de que las heces presenten cambios de coloración a tonos verdosos, marrones o negros y/o tengan cambios en la forma (liquidas o duras), es signo de que existe un cólico del lactante. Además si existiera un mal olor en ellas, puede ser señal de una sobrecarga de lactosa a causa de un mal agarre al pecho o una intolerancia (en caso de lactantes de fórmula), motivo por el que se produce el cólico. Por último, se puede observar en los bebés con cólico del lactante, alteraciones en la frecuencia de las deposiciones, variando desde el estreñimiento a la diarrea en algunos casos y también en la cantidad, siendo en el caso de esta patología, muy abundantes. (3,5)

Causas del cólico del lactante

No se sabe con exactitud los motivos por los que se produce este cuadro sintomatológico, aunque entre las diferentes teorías que existen, destacan las siguientes causas:

  • Intolerancia a la lactosa: se produce cuando el bebé no es capaz de descomponer la lactosa de los alimentos, por lo que por un proceso metabólico se produce ácido láctico e hidrogeno, distendiendo el colon y provocando dolor. (1,3,4,5)
  • Hipersensibilidad a los alimentos o alergia: es debido a reacciones alérgicas a determinados alimentos; el más habitual es la leche de vaca o a algunas proteínas de la leche de vaca, ya sea porque ingieren leche de fórmula, o a través de la lactancia por ingestas de la madre. (1,3,4,5)
  • Inmadurez de la función intestinal y alteración movilidad: durante el desarrollo del lactante, se puede producir una hipermotilidad intestinal (espasmos en el intestino que dificulta la evacuación de las heces) lo que favorece el estreñimiento y el cólico del lactante. (1,3,4,5)

Fig 3: Reflujo gastroesofágico. Fuente: www.rehabilitaciónpremiummadrid.com

  • Reflujo gastroesofágico: cuando el lactante hace su ingesta, la leche pasa desde el esófago hacia el estómago, pasando por el esfínter esofágico. Cuando este último se relaja, el alimento pasa de nuevo al esófago y/o boca, produciendo acidez o regurgitaciones o vómitos. Este proceso es algo natural y habitual en el lactante (64%), puede ser debido a la cantidad ingerida, una posición inadecuada durante la ingesta o presiones ejercidas sobre la cavidad abdominal, entre otras. Cuando las regurgitaciones son recurrentes, provoca malestar en el lactante por la acidez que nota en su esófago, provocando el cólico. Cabe destacar que si los vómitos o regurgitaciones, van asociados a problemas respiratorios o dificultad para subir de peso, se debe consultar con un pediatra, ya que puede estar ligado a otra patología más severa. (1,3,4,5)
  • Alteración de la microflora intestinal: según algunos estudios una irregularidad de las bacterias intestinales podrían provocar los cólicos del lactante, debido a una inmadurez en la barrera intestinal. (1,3,4,5)
  • Dificultades en la alimentación: se ha demostrado que los bebés con cólico del lactante suelen presentar problemas relacionados con la alimentación como: alimentación desorganizada, succión menos rítmica que provoca una mala ingesta de sus necesidades nutricionales,  molestias tras las ingestas y menor capacidad de respuesta durante las lactancias. (1,3,4,5)
  • Hormonal: se sabe que un aumento hormonal (grelina), provoca un aumento de apetito sin ser necesario, por lo que cada hora y media, el lactante solicitaría comer, aun no siendo beneficioso para él darle de comer. (1,3,4,5)
  • Interacción materno-infantil inadecuada: se cree que la crianza occidental (donde hay menor contacto físico y una menor duración de la lactancia) y el clima desfavorable de padres inexpertos y ansiosos, favorece la aparición del cólico del lactante, ya que éstos, no sabrían responder adecuadamente a las necesidades del bebé, aumentando sin querer, el llanto y la desesperación del menor. También se observa que las depresiones post-parto, aumentan la probabilidad de que el bebé sufra cólicos del lactante. (1,3,4,5)
  • Alteraciones craneales durante el parto: se cree que el momento del parto es traumático para el bebé,  puesto que soporta numerosas fuerzas mecánicas sobre el cráneo, esto da lugar a oclusiones en sus nervios craneales, los cuales tienen la función de regulación del sistema digestivo.  (1,3,4,5)

Tratamiento en el cólico del lactante

Como se ha comentado anteriormente, existen numerosas hipótesis para explicar la aparición del cólico del lactante e incluso, puede ser debido a varias de ellas. Este cuadro a pesar de no ser preocupante, es muy desesperante y frustrante, por lo que los padres suelen acudir a pedir ayudar para poder sobrellevar mejor la situación; entre los tratamientos habituales que existen destacan: 

  • Tratamiento farmacológico: debe ser pautado por un médico, entre los fármacos más habituales destacan  Diciclomida y Simeticona.(1,3,4,5)
  • El fomento de la lactancia materna: se sabe que la leche materna contiene la hormona melatonina, la cual favorece la conciliación del sueño del bebé y por tanto la reducción del cólico del lactante. (1,3,4,5)
  • Evitar el consumo de la proteína de vaca: las madres que hayan optado por la lactancia materna, deberán suprimir todos los alimentos que contengan proteína de vaca por si el cólico fuese provocado por una intolerancia alimentaria. En el caso de los lactantes de fórmula, se deberá optar por leches hidrolizadas. (1,3,4,5)
  • Uso de prebióticos: se ha demostrado que su utilización, mejora la microflora intestinal y mejoran la sintomatología del cólico del lactante. (1,3,4,5)
  • Fitoterapia: algunas infusiones de plantas medicinales como la verbena, manzanilla, hinojo, melisa, regaliz y bálsamo del limón, pueden ayudar a disminuir el llanto en los bebés ya que calman sus espasmos abdominales y amortiguan la disminuyen la tensión abdominal; sin embargo, se desaconseja su uso excesivo porque podría provocar una menor ingesta de leche. (1,3,4,5)
  • Educación para los padres: deben estar tranquilos y no agotarse con este trastorno, es importante que sepan que los cólicos no son debidos a su mala gestión e informarles que deben transmitir calma al bebé y no sobreestimularlo. En relación a esto, es importante que los padres sepan que un exceso de estímulos puede provocar ansiedad en el bebé, por lo que es aconsejable no sacudirlo cuando llora (hay que mecerlo suavemente), bajar la luz de la habitación, reducir ruidos y se aconseja que bajo vigilancia, se ponga al bebe boca-abajo, ya que la presión del abdomen calma al bebe. (1,3,4,5)
  • Tratamiento fisioterápico: se describirán a continuación,  las técnicas más utilizadas para el tratamiento del cólico del lactante. (1,3,4,5)

Fisioterapia en el cólico del lactante

La fisioterapia, como disciplina sanitaria, puede ayudar a reducir la sintomatología que caracteriza al cólico del lactante reduciendo el dolor que sufren los bebés, entre las técnicas más utilizadas, destacan:

El masaje

Se ha demostrado que esta técnica de terapia manual aporta grandes beneficios en el lactante, ya que favorece el desarrollo neurosensorial, mejora los movimientos gastrointestinales, facilita el aumento de peso en los bebes prematuros, alivia el dolor, ayuda a la conciliación del sueño, aporta tranquilidad al bebe y mejora sus defensas (favorece la secreción de endorfinas), promueve el crecimiento y desarrollo de los niños, aumenta la fuerza muscular y la flexibilidad y por supuesto, mejora la sintomatología del cólico del lactante. (1,2,3,4,5)

Se aconseja dar el máximo confort al bebé para realizar el masaje, para ello, deberá estar en una habitación cálida sin corrientes de aire y hacerlo entre toma y toma para que no tenga sensación de hambre.  (1,2,3,4,5)

Fig 4: Masaje en el cólico del lactante. Fuente: www.golablfisiomadrid.es

El masaje deberá realizarse de manera suave y manteniendo siempre el contacto visual; se empezará por las piernas con movimientos ascendentes y descendentes, para posteriormente, seguir en la zona del vientre, donde nos centraremos principalmente. De este modo, conseguiremos drenar y facilitar la eliminación de gases y mejorar el estreñimiento, lo que mejorará el cólico al cabo de los días. Se seguirá por la zona del pecho, de la espalda y de los brazos. (1,2,3,4,5)

Debido a que los beneficios del masaje son innumerables, es importante que también los padres, puedan aprender a aplicar la técnica para que sus bebés puedan beneficiarse de ello; para ello, pueden hacer uso de aceite de lavanda. De este modo, se mejorará la relación paterno-filial, ya que el bebé se sentirá querido, aumentando su autoestima y confianza y aportando a los padres mayor seguridad en el cuidado del bebé. (1,2,3,4,5)

El masaje orofacial

Otra de las técnicas utilizadas en fisioterapia, son las técnicas orofaciales. Destacan por hacer masaje tanto en la zona de la cara como hacer técnicas de estimulación dentro de la cavidad oral (boca). (1,5)

Fig 5: Técnica orofacial en el cólico del lactante. Fuente: www.assido.org

Con esto, se intenta relajar toda la zona, ya que el bebé suele mostrar mucha tensión debido a la lactancia, dentición y llanto, lo que puede influir en una succión-deglución anómala, facilitando el cólico del lactante. De esta manera, nos aseguraremos que exista una coordinación tanto en la función respiratoria como deglutoria adecuada y reducir los cólicos del lactante. (1,5)

Manipulaciones vertebrales

Se sabe que existe una relación entre la espalda y las vísceras digestivas. Una restricción en la movilidad de la espalda, puede influir en un mal funcionamiento de alguna víscera que provoque el cólico del lactante. Las manipulaciones vertebrales, tienen el objetivo de restaurar la movilidad natural de las vértebras y de manera indirecta, interferir en las vísceras.(1.3,5)

La técnica, se realiza con una fuerza mínima, sin provocar dolor al bebé, ejerciendo fuerza con la punta de los dedos del terapeuta. (1.3,5)

Osteopatía craneal

Se basa en la aplicación de técnicas manuales suaves en la cabeza del bebe, para liberar tensiones en ligamentos o músculos que puedan limitar la movilidad articular.(3,5)

Fig 6: Osteopatía craneal en el cólico del lactante. Fuente: www.innofisio.com

Durante el parto, los huesos del cráneo del bebé tienen la capacidad de solaparse para que la cabeza ocupe menos espacio y pueda salir más fácilmente por el canal del parto. Normalmente estos solapamientos tienden a desaparecer y la cabeza del bebé adopta una posición adecuada. Pero en algunos casos (sobre todo en partos instrumentalizados), se produce un aplastamiento del cráneo y un atrapamiento del Nervio Vago, lo que hace que éste no funcione correctamente y provoque alteraciones en el sistema digestivo. (3,5)

Con la osteopatía craneal, se pretende liberar este nervio y mejorar la sintomatología del cólico del lactante. (3,5)

Osteopatía visceral

Estas técnicas tienen la finalidad de liberar todas las estructuras que puedan interferir en el buen funcionamiento de las vísceras (membranas fibrosas, músculos, nervios,…). Se basan en una liberación de adherencias de estas estructuras con técnicas manuales y mejorar la irrigación visceral. (3,5)

Entre las vísceras que pueden influir en el cólico del lactante y que pueden ser tratadas con osteopatía visceral destacan: el estómago, duodeno, intestino delgado, intestino grueso, colon, páncreas e hígado entre otros. (3,5)

Estas técnicas estarán adaptadas al crecimiento del bebé y a la delicadeza de sus estructuras; son muy efectivas para el estreñimiento, los gases y el reflujo gastroesofágico, síntomas muy comunes en el cólico del lactante. (3,5)

Fig 7: Osteopatía visceral en el cólico del lactante. Fuente: www.efisioterapia.com

Conclusiones sobre el cólico del lactante

Podemos concluir que:

  • El cólico del lactante es un trastorno habitual que causa mucha frustración y preocupación en los padres, pero que no es peligroso para la vida del bebé, ya que normalmente se resuelve de manera natural a los tres meses de vida.
  • No se sabe con exactitud cuáles son las causas que lo provocan, existen numerosas teorías al respecto, aunque se cree que puede deberse por varias causas a la vez.
  • Es importante que los padres estén bien informados y no se angustien, ya que puede favorecer, aún más si cabe el cuadro.
  • Existen numerosos tratamientos para ayudar en la sintomatología y ayudar a relajar al bebé.
  • La fisioterapia puede ayudar a reducir los síntomas del cólico del lactante, mejorando la vida de los bebés y como consecuencia la de los padres.

Referencias bibliográficas

  1. Cuendias Fernández P. Etiología y tratamiento del cólico del lactante: Revisión bibliográfica. RqR Enfermería Comunitaria (SEAPA). 2017 Noviembre; 5(4): 24-34
  2. Castillo Ramírez M, Vargas Durán K. Efectividad del masaje en el área abdominal para la reducción de los cólicos del lactante. Enfermería Actual de Costa Rica. 2017 Junio; 32   
  3. García Marqués S. Fisioterapia en el cólico del lactante: validación de cuestionario de valoración y diagnóstico y análisis de la eficacia terapéutica (tesis doctoral). Sevilla (España). 2015; 36-76
  4. Salazar Granda E.S, Valarezo Terán J.A. Análisis del efecto del masaje terapéutico en la distensión abdominal por aerofagia asociada a la lactancia. Universidad de las Américas de Quito (Ecuador). 2017; 12-18
  5. Corbella Gamazo S, Laudo Pardos C. La fisioterapia en el cólico del lactante: Revisión bibliográfica. Universidad de Valladolid (campus de Soria) España. 2016 Enero; 6-32
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