La electrólisis percutánea intratisular (EPI) es una técnica médica y fisioterapéutica guiada mediante ultrasonido, que produce una reacción orgánica causando un proceso inflamatorio local exclusivamente en la zona de tratamiento, lo que conduce a una rápida regeneración del tejido lesionado.
Los tendones son estructuras que están constantemente sometidos a cargas, y más cuando la persona tiene un nivel de actividad física tan alto como el de un deportista. En este caso el tendón está sometido a cargas altas y constantes. Las células del tendón entiende que la sobrecarga debe de contrarrestarse con un ejército de sustancias, entre ellas citosinas pro-inflamatorias, factores proantiogénicos y factores de crecimiento. Este es un mensaje erróneo, ya que la segregación de estas sustancias sólo puede derivar en un proceso de curación incorrecto que finalice en el deterioro estructural del tendón.
La técnica EPI se aplica mediante una corriente galvánica a través de una aguja de acupuntura produciendo aumento de la muerte celular, de la inflamación y del estrés oxidativo en los primeros días de tratamiento. Esto conduce a la producción de nuevas fibras de colágeno inmaduras que por medio de estímulos excéntricos se convierten en fibras de colágeno maduras obteniendo buenos resultados tanto a corto como a largo plazo en términos de dolor y función.
Después de estos días, la recuperación del tejido lesionado es más rápida en comparación con los casos donde no se utiliza la técnica EPI. Por lo tanto, la aplicación de EPI, junto con la realización de ejercicios excéntricos, conducen a la recuperación anatómica y funcional del tejido lesionado.
Con la electrólisis percutánea intratisular se pueden tratar las siguientes patologías:
Hay varias razones por las que debes elegir la EPI por sobre otros tratamientos para las tendinopatías:
Si quieres saber más acerca de la EPI, te invito al leer el siguiente artículo: Electrólisis percutánea intratisular (EPI).
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