El lipedema es una enfermedad más frecuente en mujeres que se presenta como un gran acúmulo de grasa que no está asociado a la obesidad o el sobrepeso, la cual se encuentra depositada en las piernas, caderas y en ocasiones brazos, generando una apariencia desproporcionada con respecto al resto del cuerpo. Este acúmulo de grasa afecta a alrededor del 5 a 7% de las mujeres y es el resultado de una proliferación excesiva de células grasas (células adiposas) que presentan cambios patológicos.
En general, la presencia de lipedema suele ocasionar síntomas tales como:
- Sensación de pesadez
- Dolor
- Hematomas
- Tumefacción o hinchazón
- Fragilidad capilar
- Picor
En una etapa avanzada, los acúmulos de grasa del lipedema generan una dilatación en los vasos del sistema linfático y circulatorio, provocando un cuadro mixto denominado linfolipedema.
El origen del lipedema no está del todo establecido pero las teorías lo asocian principalmente a la combinación entre factores genéticos y trastornos hormonales, vasculares o linfáticos.
Algunos estudios indican que existen factores genéticos asociados a la aparición de acumulación progresiva de células grasas, colocando los antecedentes familiares cómo uno de los principales riesgos para padecer de lipedema.
Los factores hormonales que podrían ser responsables de generar un lipedema se ven favorecidos durante etapas de cambios o alteraciones a nivel hormonal como lo son el embarazo y la pubertad. Patologías como la diabetes tipo II, el hipertiroidismo u ovarios poliquísticos son las principales asociadas a esta condición.
El lipedema se clasifica en 4 diferentes tipos según el área o zona del cuerpo afectada, los cuáles se encuentran descritas a continuación:
- Tipo 1: La grasa se localiza en la zona de las nalgas y caderas.
- Tipo 2: Igualmente afecta las caderas, esta vez la grasa en las piernas alcanza hasta la zona de las rodillas.
- Tipo 3: Se extiende por toda la pierna, desde las caderas hasta los tobillos.
- Tipo 4: El tejido graso se encuentra expandido hasta los brazos, sin afectar la zona de las muñecas.
Además de esto, el nivel de afectación se puede cuantificar también en 3 grados que están descritos según la estructura de la superficie de la piel. Estos son:
- Grado I: La grasa está presente con nudos finos y poco perceptibles. No se presenta dolor y aunque el tejido subcutáneo ya se encuentra engrosado, la superficie de la piel aún mantiene una apariencia lisa.
- Grado II: La grasa tiene formaciones de nudos más gruesos, por lo que presenta una superficie irregular en la piel, con bultos palpables y abolladuras.
- Grado III: Superficie de la piel dura y áspera, con formación de bolas de tejido adiposo.
- Grado IV: Este último estadio corresponde al denominado linfolipedema, ya que se encuentra presente la formación del edema como producto de la alteración de la circulación del sistema linfático.
En cuanto al tratamiento para la condición de lipedema, este puede ser llevado a cabo a través de métodos conservadores o quirúrgicos, teniendo dentro de sus objetivos evitar la progresión de la enfermedad, disminuir la discapacidad y prevenir posibles complicaciones, buscando de esta manera mejorar la calidad de vida de la persona que lo padezca.
El tratamiento conservador para el lipedema debe ser llevado a cabo por un equipo de profesionales multidisciplinario que englobe el abordaje de fisioterapia, nutrición y psicología y ejercicio físico. Básicamente, este enfoque de tratamiento es paliativo, busca la disminución de los síntomas ocasionados por el lipedema sin modificar la apariencia o disminuir la grasa. Desde la fisioterapia el lipedema se aborda principalmente mediante técnicas como el drenaje linfático manual, en caso de que exista además un cuadro o patología linfática, también es posible aplicar una terapia descompresiva compleja mediante el uso del drenaje linfático manual y el vendaje compresivo.
Por otra parte, el método de tratamiento mediante cirugía se enfoca en eliminar la acumulación grasa y así mismo, los síntomas que ésta produce. El procedimiento más aplicado en la actualidad es denominado Liposucción WAL, el cuál consiste en una extracción de la grasa patológica mediante una liposucción con agua a presión. La mayor parte de los pacientes que acuden al abordaje quirúrgico mediante liposucción selectiva requieren al menos cuatro procedimientos para alcanzar el resultado deseado y disminuir los síntomas o molestias que presentan.
Algunas de las posibles complicaciones al realizar un procedimiento de extracción del tejido adiposo en lipedema serán la formación de fibrosis o adherencias en los tejidos, úlceras, seromas e infecciones.
En la actualidad sigue siendo necesario mayores estudios de los resultados a largo plazo de este tipo de procedimientos, ya que la extracción del tejido graso no detendrá la proliferación de nuevas células grasas, por lo cuál, se desconoce si esto podría acelerar el proceso de formación del nuevo tejido, ocasionando lo denominado como efecto rebote.
El abordaje quirúrgico deberá ir en conjunto con la participación de la fisioterapia pre y post-operatoria, la cuál tendrá como propósito en la etapa previa la preparación de los tejidos para la cirugía así como la activación del sistema linfático, garantizando una mejor respuesta al momento del procedimiento. Además, en la etapa de recuperación, la fisioterapia será responsable de ayudar al paciente a disminuir las molestias o dolores presentes y garantizar un proceso de recuperación más efectivo.
Los cuidados y tratamientos planteados serán capaces de disminuir el progreso de esta enfermedad así como de mejorar la calidad de vida de la persona que la padece, disminuyendo las consecuencias que este provoca, sin embargo, el lipedema es una condición crónica y progresiva, por lo cuál no es posible detener completamente la proliferación del tejido graso en el cuerpo.
