En fracturas simples el período de curación puede durar de seis a ocho semanas y generalmente no suele dejar complicaciones a largo plazo. Sin embargo, las fracturas complicadas como las abiertas o aquellas muy desplazadas pueden tardar meses en repararse, además, en estos casos la probabilidad de desarrollar complicaciones es mayor que en una fractura simple. Conoce algunas de las complicaciones más habituales después de una fractura de tibia:
¿Qué es una fractura de tibia?
Se trata de una de las fracturas que se puede desarrollar en la parte distal de la pierna. En esta zona se encuentran dos huesos largos, uno con mayor grosor: la tibia y otro más delgado: el peroné. Su parte proximal forma parte de la articulación de la rodilla y junto con la parte interna del tobillo forma parte de la articulación del tobillo. Dada las características de la tibia, está capacitada para soportar mayor carga que el peroné, por lo tanto, la rotura de este hueso es más relevante que una del peroné.
Se trata de una de las fracturas que se puede desarrollar en la parte distal de la pierna..."
Esta fractura puede ocurrir producto de una fuerza directa, como un golpe o una patada, o una fuerza indirecta, como una torsión o compresión sobre la pierna. Existen causas menos comunes, como situaciones de estrés y sobrecarga del hueso que conllevan a su rotura (fractura por estrés) o como consecuencia de enfermedades que afecten el tejido óseo como la osteoporosis.
¿Cuáles son las complicaciones de una tibia fracturada?
Una tibia rota tarda mucho más en recuperarse que otros huesos, esto implica un periodo más largo de inmovilización. En promedio, demora de tres a seis meses, esto claro, dependiendo de si se trata de una rotura simple que se trata con yeso o si necesita cirugía para su solución. Después de un cierto período de rehabilitación (que varía en cada caso), la pierna debe recuperar su funcionamiento por completo. Sin embargo, esto no se lograr en algunos casos, ya que se pueden desarrollar variedad de complicaciones, tales como:
Pseudoartrosis
En algunos pacientes, es posible que su hueso no logre un proceso de consolidación correcto. Frecuentemente son responsables de esto, los fragmentos que no están alineados correctamente, se unen de manera inadecuada o torcida. Si los fragmentos fracturados de la tibia no crecen juntos correctamente, se produce inestabilidad y una movilidad anormal del hueso, debido a este movimiento anormal, la pseudoartrosis también es conocida como falsa articulación.
Las consecuencias de la pseudoartrosis son notables deformidades, así como lesiones musculares y problemas articulares como la artrosis, que limitan significativamente la funcionalidad de las extremidades y desmejora la calidad de vida del paciente. Dependiendo de la gravedad de esta complicación, puede resolverse de manera conservadora o quirúrgica. En algunos casos, la estabilización con un yeso nuevo puede ser suficiente, pero en otros la cirugía suele ser necesaria, para estabilizar el foco de la fractura el médico inserta clavos en el hueso para estabilizarlo, además, de placas y tornillos para mantener unido el hueso.
Enfermedad de Sudeck (Síndrome de dolor regional complejo (SDRC))
En raras ocasiones, después de la recuperación de fracturas complicadas de tibia, puede suceder que no se pueda encontrar la causa del dolor severo en las piernas. Este síndrome se conoce como enfermedad de Sudeck . Después de una operación o lesión grave, el dolor no desaparece, sino que se intensifica. Además, a menudo se acompaña de hinchazón, enrojecimiento y restricciones funcionales de la pierna afectada. En cuanto a su tratamiento además de los analgésicos, también se utilizan medidas fisioterapéuticas y psicoterapéuticas para el manejo del dolor. Las consecuencias a largo plazo también pueden ocurrir junto con la enfermedad de Sudeck, como la pérdida de tejido muscular u óseo.
Fragmentos de la fractura consolidados de manera torcida
Siempre antes tratar una tibia rota, el médico utilizará una radiografía para determinar dónde está la rotura y si es necesaria una cirugía o un simple yeso y la inmovilización de la pierna son suficientes. En algunos casos, un hueso roto puede repararse de forma torcida. Esto puede suceder, por ejemplo, si el paciente ante esta lesión no ve a un médico y permite que el hueso se cure por sí solo, sin que antes sea alineado con un yeso de París o con el uso de material de osteosíntesis. (clavos, placas).
Una carga demasiado temprana también puede hacer que los fragmentos del hueso fracturado se desplace y no crezca correctamente..."
En casos muy raros, el hueso se desplaza mientras se aplica el yeso y repara en la posición dejada justo antes de que el chequeo habitual revele la falla. Si un hueso torcido no se trata, existen importantes consecuencias a largo plazo, como dolor permanente o una mala marcha. Ante una tibia consolidada de manera torcida el paciente asume la postura de compensación, por lo que comienza a cojear resguardando la pierna afectada. Una fractura que ha crecido torcidamente se puede reparar, generalmente volviendo a romper el hueso torcido durante un procedimiento quirúrgico y colocándolo en la posición correcta y uniendo material de osteosíntesis.
Fractura de cabeza tibial y articulaciones de rodilla.
Una fractura en la cabeza de la tibia puede tener graves consecuencias para la articulación de la rodilla. Aunque la fractura puede curarse con la misma facilidad que las fracturas simples, el riesgo de lesiones graves en la rodilla aumenta significativamente en este caso. La fractura en la cabeza de la tibia puede afectar las superficies articulares de la rodilla, lo que a menudo conlleva al desarrollo temprano de artrosis. En esta enfermedad articular, la capa de cartílago amortiguador de la articulación se destruye y el hueso hace contacto con otras estructuras ósea, resultando en notables restricciones de movimiento de la rodilla y reacciones inflamatorias constantes.
Sensibilidad climática
Algunas personas sin ninguna justificación son sensibles cuando cambia el clima, mientras unas padecen dolor en las articulaciones, otras tienen problemas circulatorios o dolores de cabeza. Pero, generalmente, las lesiones son las que causan un cambio de sensación cuando cambia el clima. Las cicatrices comienzan a molestar con una sensación de hormigueo, las viejas heridas que deberían haber sanado hace mucho tiempo pueden volver a sentirse de repente. En el caso de una tibia rota, cuando cambia el clima todavía se puede sentir donde estaba la lesión años después de la fractura real. Sin embargo, no todos los pacientes se ven afectados y algunos apenas notan molestias con fluctuaciones significativas de temperatura.