A nivel estadístico la artrosis de rodilla es considerada como una de las más comunes que existen, llegando a representar casi el 47% de todas las articulaciones en general. Según distintos estudios realizados, existe una prevalencia mayor en personas de 45 años y va en aumento con la edad.
Desgaste de los meniscos articulares ubicados a nivel de la rodilla…
¿Cuáles son las causas de la artrosis de rodilla?
Dentro de los factores que pueden considerarse como desencadenantes se pueden destacar los siguientes:
Padecimiento de sobrepeso, que suele generar una sobrecarga directamente a nivel de los tejidos articulares
Realización de deportes de alto impacto a nivel de la rodilla como running, senderismo, esquí u algun otro durante la juventud
Levantamiento de objetos pesados durante alguna actividad laboral de manera continua durante varios años
Padecimiento de alteraciones estructurales como el valgo y varo de rodilla
Padecimiento de enfermedades reumáticas
Sedentarismo
¿Cuáles son los síntomas y signos de la artrosis de rodilla?
Éste tipo de patología suele manifestar una sintomatología bastante característica donde se resalta:
Inflamación generalizada de la rodilla, especialmente al estar mucho tiempo de pie o caminar largas distancias
El movimiento activo suele ser doloroso sobre todo al momento de realizar los movimientos de flexo - extensión de la rodilla por tanto el rango de movimiento puede encontrarse limitado considerablemente
El dolor puede ser descrito por profundo e irritable que puede aliviar con el descanso pero se agrava al movimiento
Puede haber hipersensibilidad en la rodilla ante climas fríos y húmedos.
¿Cómo se puede prevenir la artrosis de rodilla?
Para lograr evitar la aparición de éste tipo de problemas es necesario cumplir con las siguientes recomendaciones:
Mantener un buen hábito alimenticio
Realizar actividad física y evitar el sedentarismo
Mejorar los hábitos posturales
Acondicionar al cuerpo previamente para realizar cualquier tipo de esfuerzo físico.
Tratamiento para la artrosis de rodilla
El tratamiento médico para ésta patología puede darse en casos leves y moderados a través de métodos conservadores indicando el uso de analgésicos y antiinflamatorios para controlar los síntomas asociados, en conjunto al uso de una órtesis para controlar los movimientos de la rodilla e incluso se puede indicar la inyección de ácido hialurónico para lubricar la articulación. El tratamiento quirúrgico, puede involucrar el trasplante o intercambio de los meniscos articulares por una prótesis resistente.
El tratamiento fisioterapéutico irá dirigido a mejorar los síntomas asociados para ello se aplican técnicas como:
Terapia manual ortopédica: Para mejorar la movilidad articular y disminuir la compresión de las superficies
Liberación miofascial: Buscando liberar las restricciones miofasciales
Ejercicios terapéuticos activos: Fortaleciendo la musculatura estabilizadora de rodilla
Agentes físicos