Se trata de un tipo de espolón calcáneo (1) localizado en la parte postero-superior del mismo, en el cual se produce una prolongación ósea, provocando una irritación del tendón de Aquiles cuando se produce el roce de esta protuberancia con el calzado, pudiendo llegar a producir bursitis en muchos casos.
¿Cuáles son sus causas?
Existen distintos factores (2) que pueden provocar la aparición de esta deformidad, como por ejemplo:
- Alteraciones de la pisada (pies cavos o supinadores).
- Calzado inadecuado.
- Excesivas tracciones y sobrecargas sobre inserciones tendinosas (grupo muscular gemelo-sóleo).
- Acortamientos musculares o tendinosos.
- En el caso de deportistas, además, correr por zonas elevadas y superficies duras.
¿Cómo se manifiesta?
- Aumento de partes blandas en el talón.
- Dolor en la zona de inserción del tendón de Aquiles.
- Inflamación en la zona postero-superior del calcáneo.
- Enrojecimiento de la zona.
¿Cuál es su tratamiento?
Hay dos tipos de tratamiento:
1. Tratamiento conservador:
- Uso de calzado adecuado (que no se cierren a la altura del espolón), para evitar el rozamiento con el relieve óseo y por tanto, la irritación de la zona.
- Ortesis y plantillas para corregir la pisada.
- Estiramientos de la musculatura, provocando así una disminución de la tensión en el tendón de Aquiles.
- Ondas de choque, para reducir el crecimiento óseo y disminuir la inflamación de los tejidos blandos.
- Elevadores y almohadillas de talón con el fin de disminuir la presión en el talón y reducir la irritación al andar o durante la práctica deportiva.
2. Tratamiento quirúrgico:
Este tipo de tratamiento se planteará si después de 6 meses de tratamiento no se han conseguido avances en el tratamiento de la lesión. Esta intervención consiste básicamente en un limado del hueso para disminuir el exceso óseo producido en el mismo,
¿Cómo se puede prevenir?
La mejor forma de prevenir este tipo de lesión es mediante la utilización de un zapato adecuado y el uso de plantillas o demás dispositivos ortopédicos en el caso de que tuviéramos una alteración de la pisada.
En el caso de deportistas, como por ejemplo, corredores, es muy importante realizar unos buenos estiramientos después de la práctica deportiva para evitar el acortamiento del tendón de Aquiles, sobre todo, después de entrenamientos o competiciones con pendientes o por superficies duras.