La palabra propiocepción(1) deriva de sus raíces “propio-”, que significa de uno mismo; y “-cepción”, que significa consciencia. Es decir, la consciencia de lo propio: la consciencia de la propia postura corporal con respecto al medio que nos rodea. Este artículo pretende ser un resumen para que entiendas su importancia.
Propiocepción: ¿de qué se trata?
A pesar de que no somos conscientes de ello, los componentes de nuestras articulaciones (músculos, tendones y ligamentos) junto con la visión y el equilibrio envían constantemente información al cerebro acerca de su posición con respecto a nuestro entorno, formando una imagen o patrón de la ubicación y estado de cada uno. Esta información es la que le permite a nuestro cerebro fabricar las respuestas, dando como resultado la ejecución de o realización de movimientos precisos. Toda esta información es la propiocepción, y la consideramos un sentido más de nuestro cuerpo.
Junto con la visión y el equilibrio envían constantemente información al cerebro acerca de su posición con respecto a nuestro entorno
¿La propiocepción un sentido? Pero… ¿No eran cinco sentidos?
Existen 5 sentidos que todos conocemos: tacto, visión, audición, olfato y gusto. No es que acabe de inventar un sentido, sólo que éstos que hemos mencionado pertenecen a un grupo llamado “sentidos de exterocepción”, puesto que nos permite percibir lo que ocurre en el exterior de nuestro cuerpo.
Todos sabemos también que tenemos cinco órganos de los sentidos exteroceptivos: la piel nos permite el tacto; los ojos nos proporcionan la vista; los oídos captan sonidos (y nos permiten el equilibrio); gracias a la nariz percibimos olores; y la lengua, que nos proporciona el gusto.
La propiocepción, en cambio, es un sentido de interocepción, es decir, gracias a él nuestro cerebro tiene conciencia del estado interno del cuerpo. Nuestro cerebro recibe la información propioceptiva través de los siguientes receptores:
- Husos neuromusculares: están en el vientre muscular y se estimulan cuando el músculo se estira de manera leve. Son responsables del reflejo miotático, muy importante, ya que es un reflejo de protección ante un estiramiento brusco (por ejemplo, si sufrimos un tirón en un articulación, la musculatura de alrededor se contraerá para evitar mayores daños).
- Órganos tendinosos de Golgi: están en la unión músculo-tendón y en el tendón y se estimulan al alargar de manera pasiva las fibras musculares o al contraer voluntariamente el músculo (cuando aparece una tensión excesiva sobre el tendón que puede conllevar la lesión o ruptura, este receptor manda una señal de relajación al músculo).
- Propioceptores capsuloligamentosos: se encuentran en la cápsula y ligamentos e informan a la corteza cerebral de la posición y el movimiento de la articulación. Son cuatro receptores: de Ruffini, de Paccini, de Golgi-Mazzoni y de terminación libre.
- Propioceptores vestibulares: se encuentran en el oído interno informando de la posición de la cabeza y del movimiento de esta.
¿Qué es la propiocepción y ejercicios propioceptivos? Utilidades y beneficios
En el siguiente vídeo te explicamos detalladamente qué es la propiocepción:
Una vez que sabemos qué significa, debemos saber que la propiocepción es un sentido.
¿Y por qué es importante la propiocepción en fisioterapia?
Los ligamentos desempeñan un papel muy importante en la articulación. Por un lado, ofrecen resistencia al movimiento anómalo (son como unas cuerdas que impiden que los huesos se separen más de la cuenta) y además, aportan una retroalimentación neurológica, es decir, nos informan sobre la posición de la articulación y produce una respuesta que nos protege ante la tensión excesiva, evitando así una posible lesión.
nos informan sobre la posición de la articulación y produce una respuesta que nos protege ante la tensión excesiva
Tras la lesión de una articulación, estos mecanismos quedan desorganizados, por lo que perdemos la estabilización refleja de la articulación (2) y esto contribuye a que la lesión se reproduzca. Por ejemplo: cuando nos hacemos un esguince de tobillo, los ligamentos, cápsula, tendones, etc. éstos quedan distendidos. Esta lesión hará que la señal sensorial llegue alterada a nuestro cerebro por lo tanto, se enviará una respuesta motora inadecuada; de manera que será más fácil volver a tener un esguince en el futuro.
Con el trabajo propioceptivo podemos reeducar estas estructuras con el objetivo de favorecer las respuestas automáticas y reflejas.
¿Qué pasaría si nuestra propiocepción se ve afectada o no la entrenamos?
Sin la propiocepción, no podemos movernos. Pongámoslo así: si te pierdes en tu ciudad, inmediatamente buscas ubicarte para poder moverte. De igual manera sucede en nuestro cuerpo: si no sé en qué posición tengo el codo, tampoco sabré cómo moverlo. Tampoco podrías adaptarte a los cambios de tu entorno ni sabrías cómo cuidarte de ellos sin la propiocepción: si tu cerebro no tiene la información acerca del entorno, no podrá generar las respuestas adecuadas y por tanto podrías llegar a lesionarte si se genera un cambio brusco en tu contra en el medio en el que te desenvuelves.
Imagínate ¿qué sería de nosotros sin propiocepción? Un jugador de tenis no podría realizar un saque correctamente, nos costaría meter una llave a través de un cerrojo e incluso llevar una cucharada de comida a la boca. Por eso ¡a trabajar la propiocepción!
si no sé en qué posición tengo el codo, tampoco sabré cómo moverlo
¿Cómo trabajamos la propiocepción?
Principalmente trabajamos la propiocepción a través de ejercicios de equilibrio, coordinación y cambios de superficies (3). Estos ejercicios suelen comenzar de un modo simple, y a medida que vamos obteniendo destreza se van complicando, introduciendo una serie de materiales como pueden ser aros, bancos, balones, plataformas…
Para trabajar la propiocepción, debemos provocar estímulos externos que favorezcan las reacciones musculares reflejas, aumentando la dificultad de manera progresiva.
¿Con qué herramientas puedo trabajar la propiocepción?
En los últimos años se han creado algunos aparatos para mejorar la propiocepción:
- Bosu: es una semiesfera de goma que se puede hinchar de modo que tenga más o menos dureza. La persona se sitúa sobre la semiesfera, tanto colocando la parte plana hacia arriba o hacia abajo, en función del desequilibrio que queramos provocar.
- T-Bow: es un trozo de plástico o madera, con forma de U abierta, sobre la que se sitúa el paciente para provocar desequilibrios.
- Balanceboard: tabla de madera en la que se puede añadir en la parte inferior una madera o balón de diferentes grosores para provocar desequilibrios a la persona que se sitúa sobre ellas.
Si no tienes éstos aparatos no desesperes. Hay elementos que tienes en tu hogar que puedes utilizar para trabajar tu propiocepción: un cojín, una pelota, o incluso trabajar movimientos con una sola pierna te ayudarán a trabajar tu propiocepción.
Hay elementos que tienes en tu hogar que puedes utilizar para trabajar tu propiocepción: un cojín, una pelota...
Ejercicios de propiocepción o propioceptivos de tobillo. Nivel avanzado. Reforzar el tobillo
Estos ejercicios tratan de fortalecer y reforzar el equilibrio y musculatura de la pierna y tobillo, para personas que ya han pasado por un programa de rehabilitación o simplemente si se quiere entrenar la propiocepción en tobillo.
Ejercicios de propiocepción o propioceptivos de rodilla. Nivel avanzado. Reforzar la rodilla
Igualmente, se fortalece y refuerza el equilibrio, ésta vez en rodilla. Los ejercicios son avanzados por lo que deben realizarse en las fases finales de la rehabilitación o las personas sanas.
¡Anímate a trabajar éste importante sentido!