¡¡Como me vuelvas a llamar masajista te comes el bote de crema!!
Este y muchos otros exabruptos pueden oirse en las conversaciones entre los fisioterapeutas y sus pacientes.
Y es que los fisios, estamos un poco cansados ya, después de 50 años de profesión, de que se nos siga confundiendo con masajistas y esto es por varios motivos.
¿Por qué no nos gusta que se nos llame masajistas?
Que no nos gusta esta claro y creo que no es difícil entender por qué aunque quizás algunos de sus motivos no los conozcas:
Conocemos el masaje y utilizamos el masaje, pero sabemos mucho más
No es justo, que después de gastarte miles y miles de euros en formación de postgrado, dedicando aquellos fines de semana en los que los amigos se marchaban a esquiar o de casa rural mientas tu, aprendias RPG, neurodinamia, Mulligan, Mezieres, Bobath, punción seca, fibrolisis diaculiana, osteopatía, kinesiotaping, drenaje linfático, Kalterbon, Maitland, especializaciones en suelo pélvico, infantil, deportiva, neurologia, cardio-respiratoria y tantas y tantas otras cosas que un fisio puede aprender saber y utilizar, después de eso, te llaman masajista...
Y es que... no somos masajistas
No, no lo somos, igual que un odontólogo que saca muelas entre otras muchas cosas, no es conocido como "sacamuelas" no queremos que se nos conozca ni se nos llame en base a solo una de nuestras funciones y labores.
Tenemos una lucha histórica con quienes si se denominan masajistas
Y esto creo que es lo que más nos fastidia... que se nos confunda y se nos mezcle con los que (aunque no es mi caso) como profesión consideramos nuestros enemigos y los intrusos de nuestra profesión.
Defendiendo los masajes
Dicho todo esto, quiero hacer una defensa encarnizada del masaje como herramienta terapeútica, que por muchos motivos, el fisioterapeutas medio está abandonando en pos de esas otras técnicas que antes he nombrado.
El masaje es junto con la movilización la pieza básica, el abc del sistema operativo de la profesíón. Todo lo demás, son complejizaciones más o menos útiles de esta base.
El masaje supone contacto, energía, movimiento de tejidos y fluidos, desintoxicación, apoyo y escucha del cuerpo del paciente y nunca debemos olvidarlo ni relegarlo.
Particularmente, en mi trabajo diario, el masaje constituye un elemento fundamental desde el abordaje postural, fisio-psico-emocional con el que encaro mis tratamientos, siendo el elemento de modelaje y reeducación del cuerpo del paciente, el mensaje el espejo que indica a sus tejidos que hay un lugar mejor en el que vivir que ese que suelen utilizar.
Dicho todo esto, solo me queda pedir a los pacientes que nos llamen por nuestro nombre, Fisioterapeutas y a mis compañeros fisios, animarles s que utilicen más esta maravillosa y elemental herramienta de nuestra profesión.