Al igual que otros músculos del cuerpo, los músculos del suelo pélvico se debilitan por las mismas razones (1) “naturales”, es decir, la edad y la inactividad. Pero estos músculos en particular, a menudo, también se debilitan por los cambios hormonales que ocurren en el cuerpo de la mujer, menopausia o lactancia, y, sobre todo, con acontecimientos como el embarazo y el parto. Durante estos se ejerce una fuerte presión sobre el suelo pélvico.
Debilitamiento del suelo pélvico
Partos largos y difíciles, con fórceps, partos múltiples o bebés de gran tamaño son bastante traumáticos para estos músculos. Es importante saber que los daños pélvicos que un parto ocasiona pueden no aparecer de manera evidente hasta muchos años después. En general, todas las acciones que ejercen una presión, puntual o continuada, sobre los músculos del suelo pélvico (2), si éstos no están lo suficientemente fuertes, provocan que éstos se abomben hacia afuera.
Lo que poco a poco irá estirándolos, fatigándolos y debilitándolos hasta desgastar su capacidad de garantizar una apropiada continencia a la hora de miccionar o defecar, un correcto sostén de los órganos y vísceras de la cavidad abdominal (3), unas sensaciones en nuestras relaciones sexuales, etc.
Es importante conocer las causas del debilitamiento del suelo pélvico y, con ello, ser consciente de lo que debes evitar.
Referencias Bibliográficas
(1)https://sci-hub.se/10.1016/j.cpha.2018.02.011
(2)https://sci-hub.se/10.1016/j.clinimag.2014.10.007