La artrosis del dedo pulgar también conocida como rizartrosis, es la artrosis más frecuente en la extremidad superior en el ser humano.
El dedo pulgar y su gran movilidad es una de las características peculiares que diferenciaron a los homínidos –que dieron lugar al ser humano– del resto de los animales y homínidos. Pero, esta misma movilidad hace que sea una articulación especialmente expuesta al sufrimiento mecánico y al desgaste en lo que se denomina artrosis o riza artrosis.
Signos radiológicos de la rizartrosis
En la radiografía de la mano se observará cómo la articulación entre el primer metacarpiano y el hueso trapecio habrá perdido su cartílago articular de forma que ambas superficies óseas estarán rozando una contra la otra observándose imágenes de engrosamiento y esclerosis ósea.
Se observa un engrosamiento en la articulación trapeciometacarpiana debido a que en dicha zona aumenta la densidad ósea como una defensa ante el desgaste articular. Además, podrán encontrarse signos osteofíticos en forma de espículas y calcificaciones de tejidos blandos que son los que conformarán el típico abultamiento de la articulación.
Las personas que tienen una artrosis del pulgar van a sufrir de dolores más o menos intensos que les provocarán dificultad y limitación funcional especialmente en algunos gestos o actividades. Además será típica la variación de los síntomas con los cambios de tiempo. En muchos casos especialmente en los más severos, se observará una prominencia o abultamiento de la articulación, que estará dolorosa también a la palpación.