Todos sabemos o hemos escuchado alguna vez decir que nadar o hacer natación es muy bueno para la espalda. Esto es así y es verdad, pero… ¿sabemos por qué? Si entendemos cómo y por qué ir a la piscina nos beneficia, sabremos utilizarlo solo en estos casos y le sacaremos mayor provecho. Pero igualmente hay que entender a quiénes no le conviene la natación, es por ello que en este vídeo te explicaremos con detalle todo lo relacionado a este deporte.
Características de la natación
La natación es un deporte que se caracteriza por:
- Ser un ejercicio muy dinámico y global. En la natación se está constantemente en movimiento y se trabajan casi todos los músculos del cuerpo. De hecho, se utilizan mucho los patrones cruzados, patrones que nos sirven de mucho en nuestro día a día.
- Es simétrico (si se hace correctamente, realizando los movimientos tanto con un lado del cuerpo como con el otro).
- Exige una respiración profunda y coordinada.
- No tiene impacto en las articulaciones y en el agua se anula la gravedad, por lo cual es un ejercicio fácil de asumir.
- El agua ofrece una resistencia muy baja y muy suave.
¿Quién puede realizar natación?
La natación está indicada sobre todo en personas que:
- Sufren de tensión muscular y nerviosa. El agua relaja enormemente todos los tejidos del cuerpo y el ejercicio ayuda a liberar tensión.
- Tienen cansancio y atasco.
- Padecen de dolores generalizados.
- Quieren mantener una buena salud.
¿Quién no debería realizar natación?
A pesar de los beneficios de la natación, la misma no beneficia a aquellos que:
- Tienen dolores puntuales y concretos.
- Tienen bloqueos articulares.
- Padecen de lesiones musculares, tendinosas y ligamentosas.
- Tienen problemas agudos.