El estilo de vida actual junto con el estrés y con abundantes desequilibrios nutricionales conducen a acidificar al organismo, lo cual, conducirá a los problemas típicos de una mala alimentación: cansancio, agotamiento, irritaciones y e incluso alteraciones orgánicas (es decir, de órganos como el hígado, intestino delgado, riñón y estómago) que producen contracturas en la zona cervical, lumbalgias, inflamaciones articulares, dolores de cabeza, tendinitis o tendinopatías y aún más importantes los dolores de espalda. Podríamos aseverar entonces que una acidificación del organismo conduce a un mal funcionamiento de todos estos órganos favoreciendo sus consecuencias negativas sobre la espalda. En éste video hablamos de todos los consejos que hay que tener en cuenta para alcalinizar el organismo.
¿Qué relación existe entre el pH y nuestro organismo?
Nuestro pH (siendo el pH el grado de acidez o basicidad de una solución) de nuestro organismo, específicamente de nuestra sangre debe de encontrarse en una zona óptima, es decir, entre el 7,36 y el 7,42.
El pH disminuye por el metabolismo celular: los procesos celulares, una vez realizados, generan desperdicios cuya estadía en el organismo disminuye el pH y altera el medio ideal para que los procesos puedan ocurrir con normalidad. Existen diversos ejemplos: el oxígeno luego de metabolizado se convierte en dióxido de carbono, la grasa se metaboliza y genera ácidos grasos, las proteínas al metabolizarse generan ácido úrico,… Y así con muchas más sustancias en el organismo que se convierten en tóxicos.
Pero gracias a varios órganos mantenemos estable el pH: el hígado, el riñón, los pulmones y la piel actúan como filtros que limpian y expulsan los desperdicios de la sangre. El problema se presenta cuando lo que realizamos día a día genera mayor cantidad de desperdicios de las que el organismo puede manejar: el estrés, la mala alimentación, la falta de sueño y el sedentarismo; obligando al organismo a generar nuevos mecanismos para manejar éstas cantidades de desechos.
¿Qué hace entonces el organismo con los desechos tóxicos?
Una de las vías para manejar los desechos es cristalizarlo y almacenarlo. El almacenamiento genera problemas tanto en los órganos de filtración como en el organismo completo y no disminuye la acidez. El mismo organismo busca defenderse ante la acumulación de desechos, provocando:
- Retención de líquidos (para intentar diluir éstos tóxicos)
- Desmineralización ósea (se saca cristales del hueso para conseguir neutralizar los ácidos)
- Saturación del sistema nervioso (el sistema nervioso se sobreexita, se irrita; lo que permite que los órganos afectados por las emociones provoquen reflejos en la espalda mucho más intensos)
Estos 3 mecanismos de defensa generarán aumento de peso, aumento al riesgo de sufrir fracturas, aumento al riesgo de sufrir calcificaciones de tejidos blandos y peor aún a sufrir alteraciones en nuestro código genético (que puedan manifestarse en enfermedades más graves, como el cáncer).
Por todas éstas razones es necesario alcalinizar nuestro organismo, volverlo más básico.
¿Cómo alcalinizar el organismo para volvernos más saludables?
Tenemos muchas herramientas para alcalinizar el organismo. Unas cuestan más, y otras cuestan menos y son menos importantes, pero todas ayudan. Entre las herramientas tenemos:
Ejercicio físico
El ejercicio físico es muy buen alcalinizante. En la medida en que nos desestresa nos quita acidez. Además, nos ayuda con la eliminación de las sustancias tóxicas para el organismo, y a sentirnos mejor, tanto física como mentalmente e incluso socialmente.
Baños con agua salada
El agua de mar o el agua salada ayuda al estímulo de la piel para depurar todas aquellas sustancias de desecho que se encuentren en ella. Se dice que aquellos problemas de piel que producen escozor (como la psoriasis o la dermatitis) no son más que mecanismos de la piel para combatir la acidez del cuerpo, por lo que el agua salada puede ayudar. Puede que al principio empeoren los síntomas de escozor, pero luego se produce una mejora increíble.
Zumo de patata
El zumo de patata, específicamente de patata cruda, se utiliza sobre todo porque alcaliniza el tubo digestivo, el estómago y al intestino (en ese orden). Es un remedio natural que ayuda a limpiar el organismo de la acidez, actuando desde adentro hacia afuera.
Arcillas
Hay diversos tipos de arcillas que se pueden utilizar para alcalinizar o regular el pH del organismo: la arcilla blanca se consume en cápsulas con éste fin, la arcilla verde actúa igual que el agua de mar estimulando la piel para liberar las sustancias tóxicas de la misma y la arcilla es muy conocida y utilizada en los emplastos, para ayudar a la reabsorción de contusiones, por ejemplo en los esguinces de tobillo.
Plantas medicinales
Todas las plantas medicinales tienen el objetivo de regular el organismo, y entre esa regulación se encuentra el alcalinizarlo. Son muchas plantas las que existen, pero se indican para cada persona, de acuerdo al caso y las características. Es necesaria la ingesta de infusiones y extractos recomendadas por un experto.
Evitar los medicamentos
Es necesario evitar los medicamentos innecesarios. Los analgésicos o los antiinflamatorios, por ejemplo, lo que buscan es tapar el dolor; lo cual no actúa sobre la causa sino sobre la consecuencia. Además, los medicamentos tienen efectos secundarios que con el tiempo afectan a otros órganos, lo cual empeora aún más nuestra salud.
Beber agua y agua de mar
Beber abundante agua es una manera de eliminar las toxinas, de limpiar al organismo. Igualmente el agua de mar: tomar ayuda a equilibrar el pH cuando nuestro organismo está ácido.
Equilibrio emocional
Si tenemos un equilibrio emocional nuestros órganos van a funcionar mejor. Si funcionan mejor, nuestro cuerpo se mantiene más en equilibrio. La salud no se obtiene sólo del equilibrio físico, la salud es el producto de la interacción entre lo físico y lo emocional.
Dieta para alcalinizar nuestro organismo
Todo lo que comemos se puede clasificar en 3 grupos:
- Las proteínas. Los alimentos más representativos de las proteínas son las carnes, los pescados, la leche y los huevos. En nuestra dieta, las proteínas deben representar sólo un 15% de lo que comemos día a día.
- Los lípidos. Los lípidos están divididos en saturados (a éste grupo pertenecen los aceites recalentados, los aceites hidrogenados, los aceites de algunos vegetales como el de palma o el de coco y las grasas de origen animal salvo el del pescado, como la mantequilla) e insaturados o monoinsatirados o poliinsaturados (aceites vegetales como el de oliva, lino o el de girasol, los frutos secos y la grasa que proviene del pescado azul). Un consumo del 25% de lo que comemos día a día de lípidos es lo más saludable.
- Hidratos de carbono. Los hidratos de carbono también se dividen en 2: los de absorción rápida (que son fundamentalmente los azúcares y las harinas refinadas, altamente procesadas y los cereales refinados o endulzados) y los de absorción lenta (como la patata, las frutas, el arroz integral, los cereales integrales, las legumbres y las verduras). En cuanto a los hidratos de carbono, se deben consumir hasta un 60% de lo que comemos día a día.
Los alimentos acidificantes son los lípidos saturados, los hidratos de carbono de absorción rápida y las proteínas de origen animal (aunque esta última en menos medida. Los alimentos alcalinizantes serían el resto: los lípidos insaturados y los hidratos de carbono de absorción lenta.
Infografía: alimentación y alimentos ácidos o acidificantes y alcalinos o alcalinizantes.
Conoce aquellos alimentos que vuelven ácido tu organismo y cómo combatir la acidez son alimentos alcalinizantes.
La acidificación del organismo favorece entonces todo tipo de dolores de espalda, aparición de inflamaciones y procesos alérgicos, que garantizan una mala salud. Esto sólo se puede evitar con ejercicio físico, el sueño o descanso de calidad y por supuesto, una nutrición y una dieta conveniente donde sean abundantes las verduras, la hortaliza, la fruta, los frutos secos, el arroz integral y se eliminen o se reduzcan alimentos como los dulces, los lácteos, el embutido e incluso, la carne roja.
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